sábado, junio 01, 2013

El ciego de Jericó.






Ser ciego hace dos mil años era mala cosa. Jesús se acercaba a Jericó y el ciego, no quiso perder el tren de Jesús Dios, se puso a gritar, a llamarle, a clamar. Los que estaban cerca le rogaban que callase. Cuantas veces, el ambiente, la familia, los prejuicios, el miedo a clamar, la sonrisa de los "compasivos" nos dicen lo mismo: calla, no molestes, eres un ciego, tranquilo ya te daremos unas monedas cuando pase. Jesús le oyó y le dijo que quieres que te haga. "Señor que vea". San Josemaría decía que al llamarle Jesús, tiró su manto; si Dios llama hay que tirarlo todo. Pobre ciego, a lo peor te están tomando el pelo y vas a perder el manto, las monedas . Jesús le hizo ver y le seguía feliz. Tagore relata, me emociono al recordarlo, la escena del pordiosero, que ante la llegada del gran Rey pensaba que sus problemas cesaban. Se le acercó el Rey y le dijo. Qué me das?. Yo a ti?! , esto era al revés. Hurgó en su mísero saco y le dió un grano de arroz. Por la noche al hacer el recuento de sus miserias , encontró un grano de oro y se maldijo por no haberle dado todo. Señor, que vea, que veamos, que vean.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el post.tagore me gustaba mucho.ahora no lo conoce nadie

Anónimo dijo...

Recuerdo Ejercicios Espirituales,tendría yo unos veinte años."Hay que darlo todo,hay que llevar hasta la caja de los clavos".Asi debería ser después de descubrir,de ver al Señor.Pero solamente me atrevo a usar el condicional,un abrazo de Janusa.(Preciosa escena la de Jericó)