jueves, agosto 15, 2013

María, en el cielo.









La fiesta de la Asunción de Nuestra Señora nos propone la realidad de esa esperanza gozosa. Somos aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedido y nos señala ya el término del sendero: nos repite que es posible llegar y que, si somos fieles, llegaremos. Porque la Santísima Virgen no sólo es nuestro ejemplo: es auxilio de los cristianos. Y ante nuestra petición —Monstra te esse Matrem-( muéstranos que ere madre), no sabe ni quiere negarse a cuidar de sus hijos con solicitud maternal. ( San Josemaría, www.opusdei.org )

1 comentario:

Francisco Javier dijo...

Feliz día de la anunciación.
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He vuelto a internet.
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Aunque pasaré poco por aquí...
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Dios te bendiga:
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Javi
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