domingo, septiembre 23, 2007

Autoestima.


















No voy a hablar de esos miles de libros y de documentales que buscan el quererte más, apreciarte, aprovechar tu lado bueno, ser más seguro e incluso sacar ventaja de tus defectos. Voy a decir que la verdadera autoestima proviene de Dios,El me quiere primero antes de que yo le conozca o le quiera. Soy amado, querido, llamado y aunque no mueva el culo o no tenga nada ya por eso valgo, valemos todos un potosí. La humildad no consiste sólo en ponerse a parir, cosa fácil pero a la que saltamos en cuanto nos dicen algo. La primera realidad es que Dios me ama y me llama a un proyecto de vida pleno. Eso para cuando tengamos la estima por los suelos, con razón muchas veces.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón Dios nos quiere seamos como seamos xq somos hijos suyos. Y un padre quiere a todos sus hijos a los buenos, a los regulares y a los que hacen trastadas. Lo que impoeta es estar junto á El. El nunca nos abandonará. Nos querrá siempre. A ti y a mi.

Damián do Santos.

Anónimo dijo...

He estado "wondering" la razon de este "post". Quizás es que SinRetorno está de bajón.... Pensando pensando - siempre hay que buscar la lógica de las cosas - llegué a la conclusión: SinRetorno está fastidiado porque este año solo le interesa el Futbol de segunda División y la Real no se acopla ??????

Viva el futbol con patatas porque la vida puede ser maravillosa :-)

SinRetorno, todo se arregla. El Atleti estuvo dos añitos en el Infierno y ya estamos en la UEFA.

All the best

Anónimo dijo...

Yo creo que la autoestima y la humildad no tienen mucho que ver. Por lo demás, te doy la razón; sólo el hecho de saber que Dios nos tiene en cuenta de forma individual a cada uno es motivo suficiente para, por lo menos, no dismininuir nuestra estima por cualquier simple circunstancia

hna. josefina dijo...

Creo que lo comenté en un post: cuando era jovencita, me fui a vivir a Europa unos años... con la vida (años '70 en España), la lectura y demás, me hice lo que yo llamé 'existencialista': con enormes deseos, y una sensación igual de enorme de frustraciones.
Después de re-encontrar a Dios, Teresita del Niño Jesús, me respondió eso que vos explicás:
Nuestra grandeza -enorme- está en ser hijos amados. De allí parte toda verdadera 'autoestima'.
Después lo he seguido encontrando, patente, en nuestra visión cristiana del hombre.