domingo, enero 06, 2008

Cuento de cuesta de enero.




















Aquel hombre en su mansión veía amanecer. Había sido malo siempre. Pensó que era hora de hacer algo bueno. Pero... no sabía que podía hacer. Reparó en sus dos pequeños peces de la pecera. Calentamiento global, especies en extinción. Ya está les daría libertad inmediatamente. Salió a su playa particular y los dejó en el mar. Dormía a gusto, feliz de su obra, sin reparar en que eran peces de agua dulce.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

porque no te callas, feliz año caraacara.

Cristian dijo...

me dejaste pensando... gracias amigo. Bendiciones y feliz 2008 (no había pasado por acá este año creo)