De la carta del Prelado del Opus Dei de julio de 2011. http://www.opusdei.org/
«Hemos de ser almas contemplativas —decía san Josemaría en 1973—, y para eso no podemos dejar la meditación. Sin oración, sin meditación, sin vida interior no haríamos más que el mal (...). Ahora parece que tenemos más obligación de ser verdaderamente almas de oración, ofreciendo al Señor con generosidad todo lo que nos ocupa y no abandonando jamás nuestra conversación con Él, pase lo que pase. Si os comportáis de esta manera, viviréis pendientes de Dios durante todo el día, y os esforzaréis seriamente para hacer muy bien esas dos medias horas diarias de meditación»[9].Nuestro Padre no nos pide que hagamos muy bien la oración, sino que nos esforcemos cada día por empezar, seguir y acabar bien la oración. Es una meta que está a nuestro alcance, con ese recomenzar cada mañana, dejando de lado los fracasos pasados, grandes o pequeños. El resto —prácticamente todo— brota como fruto de la acción del Paráclito en nuestras almas, pues el Espíritu acude en ayuda de nuestra flaqueza: porque no sabemos lo que debemos pedir como conviene; pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables[10].Busquemos, pues, en primer lugar, la puntualidad en esas citas con Dios, que jalonan nuestro caminar diario. Parece un detalle de poca monta, pero os confirmo —siguiendo las enseñanzas de san Josemaría— que reviste mucha importancia. «No dejéis nunca la oración mental. Para ser contemplativos, ¿cuál es el mejor camino?: la oración. Cuando un alma empieza a pensar que no sabe hacer oración, que lo que nos enseña el Padre es muy difícil, que el Señor no le dice nada, que no le oye, y se le ocurre: pues para estar así, lo dejo todo, y me quedo con las oraciones vocales, tiene una mala tentación».«¡No, hijos míos! Hay que perseverar en la meditación. Esas quejas díselas al Señor en tus ratos de oración; y, si es necesario, repítele durante media hora la misma jaculatoria: Jesús, te amo; Jesús, enséñame a querer; Jesús, enséñame a querer a los demás por Ti... Persevera así, un día y otro, un mes, un año, otro año, y al fin el Señor te dirá: ¡tonto, si estaba contigo, a tu lado, desde el principio!»[11].
9 comentarios:
Thanx!
Sí gracias,porque estas cosas si no se recuerdan se enfrían.
Con oración la vida es otra,aunque sea la misma.Un abrazo.
Parece fácil,pero cuesta ser constante.Gracias por recordar nos las pautas que tenemos que seguir
¿Cuanto debemos orar Señor? Y el Señor me contesta, -Mucho mas que las 70 veces 70 del evangelio.-
No me hace gracia Señor, ya sabes que no tengo contancia para estar todo el rato rezando. Me callo. Pienso en como asesinan a los niños dentro de su placenta y solo por cada niño me faltan horas, minutos al dia para rezar y pedir perdón por tal barbarie. Me callo otra vez, largo rato,laaaaarrrrgggiiiiiissiiiiimmmooooooooo... Descubro que rezar debe de ser como respirar, algo esencial y necesario para vida del hombre y yo poniendole escusas a Dios de que soy poco constante, pero seré idiota.
Has sido francamente oportuno. Gracias, la he leído entera y me ha venido de perlas especialmente hoy.
Sin oración es imposible abandonarse en las manos de Dios y aceptar su voluntad.
Gracias a vosotras, os. La verdad es que estás cosas me las escribo para mí mismo, en primer lugar. Y si os sirven , miel sobre ojuelas.
El Señor debe estar siempre a nuestro lado, aunque a veces se dé la inoportuna pregunta ¿Dónde estás?...
Gracias por recordarnos la meditación en nuestra vida, Don Sin retorno...
¿Te das cuenta,sobrino segundo, del derrotero que ha tomado tu blog? Resulta que compartes lo que escribes para ti mismo,tu meditación,tu oración.Yo creo que esto es mágico,la fuerza de rezar unidos tiene que ser muy,muy poderosa.Gracias don Sinre,aqui puede pasar de todo,gloria al Señor!.J
La oración mental se me da fatal, en la adoración a veces paso ratos distraidísimo (tengo que hacer oración vocal para estar en ello). Y la santificación a través del trabajo me parece heroico; en las cosas del día a día se ven verdaderos héroes, los que se vencen a sí mismos para hacer lo que deben para con Dios son héroes (otros héroes por ejemplo son los que hacen el turno de adoración perpetua de 3-4 de la mañana y luego cumplen con su deber, o los que se mortifican durmiendo 6 horas diarias, yo que soy tan dormilón lo veo heroico). San José María me parece un grandísimo santo, merece mucho la pena leerle..., además en mi familia le debemos mucho porque mis abuelos le rezaban implorando por toda la familia a diario. Yo tenía prejuicios contra este santo pero verdaderamente se me han quitado todos ya hace tiempo. Es un gran santo.
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