domingo, diciembre 18, 2005

Más Belenes que nunca.


Este país tan laico y tan moderno, resulta a la postre que en Madrid he detectado este año más Belenes que nunca. Y me alegro, me ilusiona muchísimo ver las figuras, los ríos , los pastores, los Reyes. Alegría porque el hijo de Dios se hizo hombre para salvarnos. Sin eso la alegría, la fraternidad, los buenos deseos, las reuniones, los regalos, la suegra y lo demás, no tiene ningún sentido. Recta final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Has hecho ya tu belén? Javi.

Hard dijo...

El Belén, con perdón, es el que está formando este gobierno en la actual sociedad española. Esperemos que al menos, la llegada de una nueva Navidad nos ayude a todos a postergar nuestras diferencias y vivir el mayor regalo que podemos recibir: la alegría sincera de los peques.

Anónimo dijo...

Tuve la suerte de ir a México (lo escribo como a ellos les gusta) la pasada semana santa. Al volver, no recuperé la maleta, desapareció misteriosamente. ¡Qué disgusto!. Lo único que recuperé porque no iba en la maleta fueron unas figuras de belén típicas de allí, muy originales, con mucho encanto. Llegaron rotas, pero con cierta maña que poseo las pegué. Estas Navidades las he sacado de la caja en que las guardé y aún me parecen más bonitas. Tienen rasgos de allá, aunque san José es güerito. Nada de lo que uno se espera en un belén... pero me gusta tanto ver que Dios es el mismo allí que aquí y que la Iglesia es universal, para todos.
Efectivamente Isabel, este país no es laico porque en él vivimos muchas personas que creen y practican su fe, sea la que sea. Y así será porque aún somos un país libre. Y aún marcamos la casilla de la declaración para financiar aquellas labores sociales de las que la Iglesia se hace cargo:colegios, clínicas, asilos, asistencia a indigentes, a drogadictos, a niños sin hogar, a enfermos de sida...y sin las cuales habría muchas carencias en lo que a preocupación social se refiere. A mí me gustaría que hubiera más casillas, para que los que son de otras creencias asignen el dinero a los centros asistenciales que ellos organizan. Sería muy bonito que todos pudiéramos elegir. Porque eso es libertad.
Nunca será un país laico, pero sí que se pueden hacer leyes laicistas, leyes que prohiban el ejercicio de las libertades a los que profesan una fe. Esto sin duda es un error, es ir en contra de la libertad de los individuos, es dictatorial. A mí esto me preocupa hasta cierto punto, porque he oido que en la china comunista, a pesar de prohibir las manifestaciones religiosas, este año ha habido 150.000 conversiones al catolicismo. De lo que se deduce que el Espíritu Santo sopla donde quiere.
Feliz Navidad a todos. Que el Niño Jesús, mejor que el turrón, nos endulze las posibles amarguras que llevemos en nuestros corazones.