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No me suelen pasar cosas tan redondas y buenas como al gran Monasterio de pensar por libre, pero hoy sí. Al salir de Misa siempre hay un mendigo especial, es el mismo. No es demasiado mendigo, alguna vez hemos comentado algo, recoge la basura de alguna casa, me llama campeón, cuando no me ve me dice si me he vuelto ateo. Ayer salía yo el último, le dí algo y le dije que ya no quedaba nadie dentro. Hoy al salir me trata de usted, me dice que no me lo tome a mal, que ayer me siguió un poco pero que no me alcanzó y me comenta: "se lo digo con todo el respeto, ayer me dijo usted que no quedaba nadie dentro, pero ahí dentro siempre hay alguien". Lección de Fe y de amor, Jesús está siempre en la Eucaristía, y dentro de la Iglesia siempre hay alguien. Gracias campeón, gracias.