sábado, marzo 29, 2014

Segunda palabra.











Segunda Palabra:
"YO TE ASEGURO: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO" (Lc 23,43)
  Agonizas y, sin embargo, en tu corazón rebosante de dolor hay todavía un sitio para el sufrimiento de los otros. Vas a morir y te preocupas por un criminal que, atormentado en su martirio infernal, reconoce que su pena fue merecida por su vida de maldad. El abandono de Dios te ahoga y hablas del Paraíso. Tus ojos se velan en las tinieblas de la noche y oteas la luz eterna. Al morir nos preocupamos de nosotros mismos, pues los otros nos dejan solos y abandonados. Tú, sin embargo, piensas en las almas que deben ir contigo a tu Reino. ¡Corazón de misericordia infinita! ¡Corazón heroico y fuerte!
 Un delincuente miserable pide que te acuerdes de él y Tú le prometes el Paraíso. ¿Se puede transformar tan rápidamente con tu proximidad una vida de pecado y de vicio? Si pronuncias las palabras de absolución se perdonan hasta los pecados y las bajezas más repugnantes de cada vida criminal. Nada puede impedir la entrada a la santidad de Dios. Se puede admitir, llevando las cosas al límite, un poco de buena voluntad, en un pecador, pero su perversidad, sus instintos viciados, la brutalidad, el fango..., ¡eso no desaparece con un poco de buena voluntad y con un arrepentimiento fugaz en el patíbulo! ¡Uno de esa calaña no puede entrar en el Paraíso tan limpiamente como las almas que se purificaron toda la vida, los santos que prepararon sus cuerpos y sus almas para hacerlos dignos del Dios tres veces santo! Y, sin embargo, Tú pronuncias las palabras de tu gracia omnipotente que penetra en el corazón del ladrón y transforma el fuego infernal de su agonía en la llama purificadora del amor divino. El amor destruye la culpa de la criatura rebelde. Y así el ladrón entra en el Paraíso de tu Padre.

  ¿Me darás a mí la gracia del atrevimiento temerario que exige y espera todo de tu bondad? ¿El coraje de decir, como si fuera el mayor de los criminales, "Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaimón y yo haciendo amigos por el mundo...mensajitos dejados en el glob de Don Todoerabueno a causa del tem del divorcio:

Vaya por delante que soy laico, economista, estuve en el paro hace 10 años (cuando todavía todo el mundo tiraba cohetes de fiesta y alegría), en esa época mi mujer me abandonó...cuanodo el hambre entra por la puerta el amor sale por la ventana...dicho esto puedo decir por la gracia de Dios:

Se están jugando con cosas que son inamovibles...esas que siempre hemos dicho que son las cuatro cosas realmente importantes ya.

Se juega, por ejemplo, con la indisobulidad del matrimonio ante Dios...y eso no, eso no....eso es estar a favor o en contra del Señor. Eso es así y no hay discusión.

La Iglesia no ha de acercarse a esas posturas.

El mundo no debe exigir a Dios que se acerque Él a sus "cositas".

Es el mundo el que tiene que acercarse a las "cositas" de Dios.

Jyy+

También puedo decir ahora que soy millonario. Sí! lo soy y por eso me importa de este mundo todo un bledo, salvo los que sufren.

Esos me importan muchísimo, son mi vida.

Jyy+

Y...

Aquí si cabe ya el improperio.

Tonto, estúpida ¿no ves que te engañan? Estúpidos! Torpes e inútiles! ¿no os dáis cuenta?

Volved a Casa! Volved y vivir según el amor de Dios!

Se esperaban las eternas razones, los mensajes llenos de "ciencia" y "teología"....volved!

Jyy+


Un abrazo querido amigo nuestro.

Jyy+

Anónimo dijo...

Es buena la segunda palabra y da mucho ánimo.Esperemos que a nosotros que somos pecadores ,no con mala intención,pero no muy luchadores nos haga también un sitio en él paraíso.Ojalá.

Sinretorno dijo...

amén, amén. Pido lo que pidió el ladron arrepentido...

Anónimo dijo...

San Dimas!

Mi heroe!

Jyy+

Cordelia dijo...

Gracias, Sinre, También por las palabras de san Josemaría del otro día; me han dado mucho que pensar y las he repartido por ahí.

Sinretorno dijo...

que bien, Cordelia!!! lo de San Joseamría es muy muy bueno y ayuda mucho...