Yo era profesor joven. La alumna, menuda pero espabilada entró en el depacho y espetó:"yo a usted le he odiado". Hacía un año le había revisado un examen y pensó que no le hice mucho caso. Pero me dijo que se había arrepentido y que ahora me traía dos pasajes de avión para las canarias. Charlamos con más tranquilidad y atravesaba un periodo malo siquícamente. Hablé con sus padres e hizo revisión en el Hospital clínico, con una estancia de quince días. Sus padres me invitaron a comer y ella que se trasladó de ciudad me mandó alguna postal muy amable. Hay que atender bien a los estudiantes. Aquella chica tenía un grancorazón, no sé de ella ahora, pero le agradezco su confianza y la oportunidad que me dio de ayudarle.
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