martes, julio 12, 2005

Laico.


He estado en un curso de verano en Aranjuez, como ponente. Hemos hablado de libertad religiosa, laicidad, laicismo, islam,cooperación de la confesiones y el Estado. Por cierto es curioso pero las universidades de verano están mejor que las de invierno, lo que es un contrasentido; en este curso comimos profesores y estudiantes, charlamos, debatimos y además lo pasamos bien. El curso se celebraba en un antiguo cuartel, me da alegría que los cuarteles se conviertan en aulas. El gran tema es definir qué es un estado laico? Para algunos es un Estado ateo, agnóstico, hostil con lo religioso. El Estado no es sujeto de creencias religiosas pero tampoco en sentido negativo. Otros contraponen laico a confesional; falso, soy católico y no renuncio a ser laico porque abomino del clericalismo y del mangoneo de los eclesiásticos en cuestiones temporales. Soy laico, porque no soy más pero tampoco menos ciudadano que los demás. Algunos piensan que laico equivale a neutro, o científico, o aséptico; el que no tiene convicciones religiosas, tienes otras pero también son convicciones, creencias acerca del mundo, el hombre , etc. La Constitución española no habla de laico en ningún sitio; defiende la libertad religiosa como derecho, es aconfesional y se compromete a tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantener relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones. Por cierto, en un intervalo, hablé con Gabriel Cisneros, padre de la Constitución española, y le pregunté si pensaron en el matrimonio homo en el art. 32 de nuestra Carta. Me dijo, que ni por el forro, el matrimonio queda definido como unión heterosexual con igualdad de derechos y deberes de las partes. Que se proponga la cuestión de inconstitucionalidad, cuanto antes y que quien sea tenga un par. Lo digo como laico.

4 comentarios:

Lilian dijo...

Me alegro que estés de vuelta, te extrañé... Muy buen post.

Anónimo dijo...

Para mí un estado laico es uno cuyas decisiones no son revisadas por las autoridades de la Iglesia, donde el gobernante nunca puede tener una investidura eclesiástica y todas las religiones tienen libertad para conseguir sus fines propios, siempre que no sean contrarios al bien común.

Más allá de eso, el Estado está al servicio de las personas, y debe hacer lo que las personas quieren (siempre que no sea inconstitucional), no lo que una ideología laicista o religiosa les diga. Por eso el Estado debe pagar la enseñanza de una religión, si es lo que los ciudadnos quieren.
Toda ley tiene un sustrato moral, y es legítimo que las religiones, como cualquier grupo social, traabjen para que ese sustrato moral sea el propio y no uno que sea hostil.

Anónimo dijo...

Me alegro de tus incursiones por la universidad de verano y que te haya ido bien.Mañana salimos family al sur.

Anónimo dijo...

Como viven los profes.