sábado, febrero 11, 2006

Amor.


Me ha causado impresión la acogida tan favorable de los medios de comunicación a la primera Encíclica del Papa, sobre Dios es Amor. Tanto que me parece que no la han leido. No la he leido del todo todavía, pero puedo adelantar algunas impresiones: ciertamente el eros griego y la erótica moderna reflejan que en esto del amor hay algo divino, como aspiración,inspiración o explosión; esto no es ajeno al cristianismo, pero es incompleto sino va acompañado y asumido por el agapé, que no busca el bien propio sino el bien de la persona amada. En este sentido, el eros necesita voluntad, disciplina y educación. Sí, hay que educar para el amor, a los tres años, a los 15, a los 30 y a los 60. Distinguir el sentimiento del amor, el impulso de la reflexión, la maduración afectiva, el sacrificio propio de quien es fiel. Nadie quiere y ha querido tanto al mundo y a cada uno como Dios, por mucho que le fallemos siempre permanece fiel. Pero también nos pide que le amemos no sólo de boquilla, sino con obras. El matrimonio resulta ser imagen de la unión de Cristo y su Iglesia. En este océano de la palabras y desierto de las ideas, conviene saber de que hablamos cuando usamos la palabra "amor". Basta con ir a la peluquería y leer una de esas revistas del cuore para no querer usar la palabra en bastante tiempo. Pero hay un amor sublime, en los hombres y en Dios al que la encíclica nos empuja. Lo mejor leerla.

3 comentarios:

Sinretorno dijo...

Usted exagera, el 20 para el Papa Benedicto. Gracias.

Anónimo dijo...

qué significa eso de "El matrimonio resulta ser imagen de la unión de Cristo y su Iglesia". He repasado el catecismo de la Iglesia católica de Juan Pablo II y no he encontrado esa frase.

Sinretorno dijo...

Miraré el catecismo, pero es San Pablo en una de las cartas a los Corintios, donde dice que la unión del hombre y de la mujer es imagen de la profunda unión entre Cristo y su Iglesia.