domingo, febrero 19, 2006

Sinceridad.

Hablaba ayer con un amigo que quiero mucho. Solemos enfadarnos amistosamente hablando de cosas de la Iglesia, de la historia, de que una cosa es la doctrina de Jesús y otra la de la Iglesia. Le suelo acusar de agnóstico , de poca fe, aunque muchas veces me ha enseñado mucho de Dios y de coherencia. Le dije , pero por qué te molesta esto (una cuestión) de la Iglesia y me contestó con gran sabiduría y humildad: discuto o me revelo porque a veces, cuando la Iglesia me dice eso parece que me está señalando, porque preferiría que nadie me lo dijese. Qué lección me dio. A lo mejor eso nos ayuda a pensar.

4 comentarios:

Lilian dijo...

Don SR:
Tu post de hoy se podría enlazar con el anterior y encontar en el comentario de tu amigo las razones de por qué a la Iglesia se le critica tanto.
Un abrazote, no te mueras nunca ;)
Bendiciones.

Sinretorno dijo...

Pido perdón a quien se haya ofendido. De corazón.

Anónimo dijo...

Pablo Gallego:Me dolio bastante enterarme de que tù no eras sincero. Me puse muy triste y aùn las lagrimas se me escurren.
Te tenia un gran cariño y aprecio pero este se perdiò.

Anónimo dijo...

Pablo Gallego Garcia: Los escandalos pùblicos he insultos son desagradables y de mal gusto y si eso es lo que te gusta de la persona que tienes a tù lado definitivamente no nos equivocamos.
Tus facetas negativas salieron a flote pero afortunadamente fueron a tiempo.
Amig@s