lunes, marzo 26, 2007

Pecadoras y pecadores.
























Jesús habló con la adúltera y no la condenó, también le dijo que lo que había hecho no estaba bien y que no pecara más. Convertirse es cambiar de vida, pero somos débiles. Jesús no dice nada en contra de la ley de Moisés pero deja claro que es injusta. No vine a corregir la ley sino a darle todo su sentido. Por qué los pecadores están más cerca de Dios? Imagina que estamos unidos a Dios por una cuerda, cuando pecamos se rompe la cuerda, al pedir perdón Dios hace un nudo y queda menos cuerda, estamos más cerca. Ojo no es ninguna invitación a pecar, vete y no peques más,pero cuando confiesas eso es lo que pasa. Tu arrepentimeinto te acerca a Dios. Ay del que crea que no tiene pecado, es como el estudiante que cree que sabe y no sabe nada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no puede una pedir perdón directamente a Dios. La vida es confesarse continuamenteMe sorprende que quede gente como tú.

Anónimo dijo...

Nadie esta constantemente analizando, evaluando su vida, si peca sino peca, las personas somos imperfectos por naturaleza y eso no quiere decir que estemos pecando continuamente...me parece que los extremos no son buenos, es bueno hacer examen de conciencia, pero de eso a obsesionarse va una distancia, Dios oye a todos lejos, cerca, aunque no creas en él, nadie apunta los pecados.. sólo la intención de ser mejor persona y por ende mejor ser humano..

Sinretorno dijo...

No se trata de ir obsesivamente anotando o llevando cuenta de los pecados.Pero hay muchos fallos, errores,malas intrenciones, ira y sobre todo la necesidad de ser operdonado, acogido en nuestro ser,abrazado y curado, como una madre que limpia a su hijo que se ha manchado a fondo. Además la confesión se debe realizar una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar.

Anónimo dijo...

la confesion es un sacramento que sana, con un pecador que se confiesa el mundo tiene un poco mas de gracia. Este sacramento dos da la gracia de ser mas fuertes ante el pecado y acreecienta el don del discernimiento. La Virgen y muchos santos lo han dicho, y Yo una simple pecadora y sierva de Dios les puede decir, que por medio de este sacramento yo he resivido inmumerables gracias y alegrias. No es obsesion es entrar en la voluntad y en la humildad. El pecado nos siega y no nos deja razonar con sabiduria. El engano del demonio es precisamente hacernos creer muy sabios reusar aquello que nos pueda traer paz y alegria