viernes, marzo 30, 2007

Sabiduría oriental.

















Una indita muy pobre va a su médico de origen chino y le dice que está esperando un hijo y que no puede más, que quiere abortar. No se excusa en que ha sido violada, ni piensa que cometió un error, lo único que le mueve es no saber que hacer con esa criatura. El Chino le propone que traiga a su hijo mayor, que come más, que gasta más, que ocupa más, para mediante un cóctel de pastillas dejar de sufrir y economizar. La indita se echa las manos a la cabeza y dice "eso no", no lo puedo hacer y con el que llevo dentro tampoco. Esa criatura que vino al mundo por la sabiduría oriental es ahora sacerdote y es la mejor ayuda de su madre que lo cuida y de sus hermanos que viven dignamente. Eso es cultura de la vida. Así, sencillo. Los animales no abortan voluntariamente, ecología lo llaman.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Déjate de historias cutres con final feliz y la cantidad de niños de Brasil, de la calle.