martes, julio 15, 2008

Profetas en su tierra.

Ni lo soy , ni tampoco soy hijo de profeta, aunque nos llamemos Daniel. Cuando estoy en Donosti con la familia, me viene muy bien para la humildad. Mi aita y mis hermanas y sobrinos me ajustan las cuentas. El catedrático, el pensador, el caraacara resulta ser un huevón con estrella que hace mal la cama, que ayuda poco y teoriza mucho, que mete la pata, que no puede aparentar o que si lo intenta es reconocido rápidamente. Produce un pelín de dolor, a veces porque la convivencia es muy estrecha, pero me ayuda a ponerme en mi sitio. Gracias familia, de verdad, os quiero.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

SinRetorno

No seas "Rarek" el Barbaro, ni pierdas el buen humor y menos la autoestima !!!! Gordos felices quedamos pocos, y tenemos que cuidarnos.


All the Best

Stepario dijo...

Uno de los posts que más me ha gustado. Te honra, de verdad.

tomás moro dijo...

Los dos Moisés

Hay que saber a de lo que somos capaces cada uno. Si no, podemos hacer el ridículo. En Roma, enfrente de la iglesia de Santa María de las Victorias (donde está "el éxtasis de Santa Teresa"), yendo hacia la Stazione Termini, se encuentra una fuente adosada a un edificio, bastante grande, con dos leones egipcios muy bonitos... y una estatua descomunal de Moisés.
Es el resultado del orgullo. Cuando Miguel Angel terminó su Moisés, le llovieron alabanzas sin fin. Incluso el mismo artista estaba tan contento que se cuenta que al acabarlo le dio un golpe con el martillo diciéndole: "¡habla!". Pero un escultor de la época se enfadó: dijo que no era para tanto, y que él era capaz de hacer un Moisés mejor. Tanto dijo que algún mecenas le indicó que lo construyese y que él se encargaría de colocarlo en algún sitio. Como el Moisés de Miguel Angel representa un hombre de una fortaleza extraordinaria, el presuntuoso artista hizo otro aún más fuerte.
El resultado es una especie de gordo feo, con cuernos, que inspira lástima y risa: allí está en aquella fuente lleno de suciedad sin que nadie le diriga dos miradas.

Anónimo dijo...

Convivir es una de las cosas más sanas que existen. Nos ayuda a no dejarnos llevar por nuestros egoismoa, a no volvernos intratables. Aunque a veces cueste, me gusta la convivencia.

Myriam dijo...

No hay nada como la familia para poner a uno en su sitio, y esperemos que no dejen de hacerlo.
¡Muy buena entrada!

Sinretorno dijo...

Gracias a todos. De Rarek nada. Sr Moro lo suyo es un blog dentro de éste, ánimo, siga.Mariazell y miryam, gracias.

Anónimo dijo...

Necesito el post...o no hay inspiración. Saludos sin retorno.

c3po dijo...

Algo debe tener la familia cuándo la atacan tanto los enemigos de la libertad.

Vd y yo (y muchos miles) tenemos mucha suerte porque podemos decir muy de veras que tenemos dos.

Un abrazo desde este lado del Mar por Excelencia (con permiso del Cantábrico, ça va de soi)