Virgen del Pilar.

Desde pequeño siempre que pasé por Zaragoza, no faltó la visita a la Virgen del Pilar. Es muy chiquita, sólo la saludan niños pequeños que son llevados por los infanticos. La tradición cuenta que estando Santiago el apóstol entre los hispanos, duros de mollera y si eran de la zona cabezotas, estaba muy desanimado pues no le hacían caso de loque predicaba. La Virgen, en carne mortal, es decir que estaba todavía en la tierra, se le apareció, le animó, le confortó. Apareció sentada sobre un pilar. Es famoso el milagro del cojo de Calanda; un hombre que había perdido su pierna y al que la Virgen se la dio. Los de un pueblo cercano, creyeron que todo era un cuento para darse popularidad y mandaron a un notario y es uno de los milagros documentados por autoridades civiles. Numerosos fundadores recibieron aliento de la Virgen: Beato Chaminade y San Josemaría Escrivá, entre otros. Patrona de España y de la Españas del otro lado del mar, no nos fallará y ayúdanos en estos momentos difíciles. Si supiera te bailaría una jotica.

Milagro de Calanda