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Mantengo unos foros de debate apasionantes con mis alumnos de la gran Universidad de Jaén, que cuenta con uno de las mejores áreas de Derecho Eclesiástico del Estado de las Facultades españolas, con toda nuestra humildad, pero a cada cual lo suyo. No acaban de entender por qué si dos hombres o dos mujeres se aman ,pues que se casen y entienden que en España somos unos pioneros. Afirmar que el modelo marimonial en el mundo ha sido siempre heterosexual es decir algo tan obvio que históricamente, por su evidencia, no ha necesitado de argumentación alguna. El matrimonio es una realidad previa a su regulación jurídica, como los derechos humanos. Busquen la voz matrimonio en cualquier diccionario del mundo mundial y lo define como unión estable de hombre y mujer encaminada al complemento vital de hombre y mujer y para que no desaparezca la especie y se la eduque. Evidentemente el problema es profundo. Desprovista la sexualidad de su carácter procreador se nos acaba presentando como una facultad que puede ser utilizada en toda la variada gama que den las posibles combinaciones: uno con una, dos con dos, el bisexual con uno y con otra, animales, consigo mismo,etc. De hecho se admite como "derecho " la libre elección de la orientación sexual al margen de la biología, dejando la puerta abierta del cambio de rol sexual según convenga. Ciertamente que el homosexual ha estado discriminado e incluso castigado por su condición lo que es contrario a la igualdad y la dignidad. Pero también es perfectamente constatable que desde hace cuarenta años los colectivos gay han iniciado una espiral de reivindicaciones que puede distorsionar el sentido común y social. Desde 1993 la OMS declaró que la homosexuaidad no era enfermedad ni anomalía, los medios de comunicación (el lobby rosa es muy influyente, buen nivel de vida, sin gastos de hijos,etc.) y ciertos "avances quirúrgicos" y hormonales de cambio de sexo (operaciones carísimas que asume el sistema público de sanidad, y curiosamente los demás no tenemos asistencia bucodental), han encontrado en la jurisprudencia cierto ambiente favorable y de reparación histórica en conceder algunos efectos a estos conviventes. Parece razonable,pero algunos desenlaces no me parecen como jurista tan razonables, como admitirlos al matrimonio, que se basa precisamente en la diferenciación sexual de las personas. No creo que la actual prohibición en casi todo el mundo de este tipo de uniones como matrimonio vaya en contra de la igualdad o negación de un derecho a una minoría.Nada se dice de homosexualidad en las grandes declaraciones de derechos internacionales, ni son minoría étnica, religiosa o linguística. Seguire....