viernes, septiembre 30, 2011

Prensa..



El momento de la prensa en papel es durísimo. No veo ni a un universitario con un periódico, los tienen en inet, más 50 cadenas de tele informado, más veinte radios, etc. Los anuncios que se pagaban a cien en papel prensa se paga hoy a 30. Duro dilema el que tienen, cuando además con los digitales se hacen su propia competencia.






Pero de lo que quería hablar es de la incuria en temas eclesiásticos de cualquier periodista. Leo un suceso muy doloroso en una Iglesia de Madrid, y quien cubre la información????? dice que estaba presente uno de los becarios parroquiales(sic). Imagino que le dijeron que estaba uno de los vicarios parroquiales, no conozco la figura canónica del Becario parroquial, pero puede que el desinformado sea yo.



martes, septiembre 27, 2011

Conciencia y Constitución.



Copio un artículo aparecido en el diario La Razón (24-9-2011) y que firma Álvaro Redondo Hermida, Fiscal del Tribunal Supremo:CONCIENCIA Y CONSTITUCIÓN. Yo lo copio del blog de Angel, http://derechoyfactoreligioso.blogspot.com/ .






La visita a Madrid del Papa Benedicto XVI con ocasión de las Jornadas Mundiales de la Juventud ha venido acompañada de la presencia de confesionarios en lugares públicos, hecho que ha llamado la atención por su carácter infrecuente y por su alta significación y simbolismo. En una sociedad tan laica, donde la presencia del símbolo religioso se encuentra cada vez más limitada y comprometida, y en la que se tiende a asimilar la presencia pública de la religión a un supuesto atentado contra el principio de neutralidad de la Administración, esta aparición estelar de confesionarios en el espacio urbano llama profundamente la atención.Este suceso tan notable puede relacionarse con la doctrina cristiana de la libertad de conciencia, según la cual todos estamos llamados a abrazar libremente y bajo nuestra responsabilidad la creencia que nuestra fe y nuestra razón consideren verdadera. Asimismo, el hecho de la presencia de dichos confesionarios tiene que ver con la idea de dignidad de la persona, concepto éste totalmente original del cristianismo. Antes de la difusión del mensaje cristiano se hablaba del Hombre, de sus derechos y obligaciones, pero el concepto de persona deriva de la idea religiosa que aproxima todo ser humano a la Divinidad, de la cual se afirma que tiene con los hombres una relación de semejanza.De esta idea de dignidad surge la doctrina de que hay cierto espacio de intimidad de la persona que no puede ser invadido por ninguna autoridad, ni por ninguna actuación inquisitiva, el espacio de la conciencia. La confesión sacramental es el símbolo máximo de la existencia de este espacio inviolable, por lo que la presencia de los confesionarios representa la pública proclamación de la vigencia de esa doctrina, que preserva la dignidad esencial de la persona frente a todo atentado contra la misma que pudiera provenir de cualquier autoridad.Por lo expuesto, la Ley española establece que los sacerdotes no tienen obligación de declarar como testigos en relación con lo que les fuera revelado en confesión sacramental (artículo 417 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal). La Ley protege la libertad religiosa del sacerdote, como también la libertad de conciencia del penitente, determinando así la existencia de un valladar infranqueable para la autoridad.Asimismo, la norma eclesiástica prohíbe absolutamente al sacerdote revelar lo que haya averiguado en confesión, estableciendo que el secreto sacramental no se puede violar ni de palabra ni de cualquier otro modo, en ningún caso y en absoluto. El sacerdote que infringe este deber de secreto incurre en pecado grave y en excomunión. De este modo, podemos afirmar que mientras exista el cristianismo habrá un rincón del espíritu, un ámbito del pensamiento absolutamente protegido frente a toda intervención de la autoridad, frente a toda imposición de la sociedad, frente a todo abuso del Legislador, frente a toda ingerencia de los poderes fácticos, frente a toda influencia de los grupos de presión, y ese espacio es el de la conciencia individual. Mientras exista el respeto a los valores cristianos habrá libertad de conciencia, para que los jóvenes reciban la educación moral acorde con sus convicciones (Sentencia del Tribunal Constitucional 38-07). Libertad de conciencia, para que todas las personas puedan expresar su religión con total inmunidad frente a la menor coacción de los poderes públicos, como proclama la Constitución en su artículo Dieciséis. Libertad de conciencia para asegurar “...un claustro íntimo vinculado a la personalidad y dignidad individual...”. (Sentencia del Tribunal Constitucional 177-06).La confesión pública durante las Jornadas de Madrid no ha sido un mero detalle pintoresco, destinado a constituir un recuerdo entrañable de amables forasteros, ni ha sido tampoco una anécdota más de la dilatada historia de la capital de España, sino que más bien ha constituido la afirmación de la voluntad de los cristianos de preservar su libertad de conciencia, como expresión de su dignidad personal, una dignidad que la Constitución considera, inspirándose para ello en la tradición cristiana, como el fundamento del orden jurídico y de la paz social.La confesión pública de Madrid ha representado asimismo el deseo de asegurar que la religión tenga presencia en el ámbito público, una presencia a la que puede aspirar con toda legitimidad, puesto que las creencias religiosas son la “...respuesta a la inquietud del corazón de los Hombres, una respuesta que propone caminos, normas de vida, ritos sagrados...”. (Concilio Vaticano II, Declaración “Nostra Aetate”).

lunes, septiembre 26, 2011

Del Papa en Alemania.

En el Seminario de Friburgo, el Santo Padre se ha reunido con el Comité Central de los Católicos Alemanes, a quienes agradeció su compromiso en sostener los intereses de los católicos y dar impulso a la obra apostólica de la Iglesia y de los católicos en la sociedad. En el encuentro, desarrollado en el Aula del Seminario, participaron los miembros del Consejo del Comité Central de los Católicos Alemanes, y tras el saludo del Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana Mons. Robert Zollitsch, y del presidente del Consejo del Comité, Sr. Alois Gluck, Benedicto XVI se declaró feliz por la oportunidad de este encuentro y elogió el compromiso de todos ellos por sostener en público los intereses de los católicos en Alemania e impulsar la obra apostólica de la Iglesia y de los católicos en la sociedad.
Llamándolos ‘queridos amigos’ el Papa recordó que desde hace años existen los llamados programas exposure destinados a ayudar a los países en vías de desarrollo en el que personas responsables del mundo de la política, la economía y de la Iglesia viven por un cierto tiempo con los pobres de África, Asia o América Latina compartiendo con ellos su vida cotidiana. Sobre esta experiencia que se vive en el programa exposure, añadió que al ponerse en la situación en que viven estas personas, sus miembros ven el mundo con aquellos ojos y sacan una lección de esa experiencia, válida para la propia actuación solidaria.
El sucesor de Pedro citó un ejemplo. “Imaginemos, dijo, que este programa exposure ocurriese lugar en Alemania: expertos llegados de un país lejano vendrían a vivir con una familia alemana media por una semana”. Aquí –añadió el Papa en su hipotético ejemplo- admirarían muchas cosas, por ejemplo el bienestar, el orden y la eficacia. Pero con una mirada sin prejuicios, constatarían también mucha pobreza, pobreza en las relaciones humanas y en el ámbito religioso”.
“Vivimos en un tiempo caracterizado en gran parte por un relativismo subliminal que penetra todos los ambientes de la vida. A veces, este relativismo llega a ser batallador, dirigiéndose contra quienes afirman saber dónde se encuentra la verdad o el sentido de la vida. Y notamos cómo este relativismo ejerce cada vez más un influjo sobre las relaciones humanas y sobre la sociedad. Esto se manifiesta en la inconstancia y discontinuidad de tantas personas y en un excesivo individualismo. Hay quien no parece capaz de renunciar a nada en absoluto o a sacrificarse por los demás. También está disminuyendo el compromiso altruista por el bien común, en el campo social y cultural, o a favor de los necesitados. Otros ya no son idóneos para unirse de manera incondicional a un compañero. Ya casi no se encuentra el valor de prometer fidelidad para toda la vida; el valor de optar y decir: “yo ahora te pertenezco totalmente”, o de buscar con sinceridad la solución de los problemas comprometiéndose con decisión por la fidelidad y la veracidad”.
El Papa observó en su discurso que, en el programa exposure, al análisis sigue la reflexión común en la que la persona humana debe ser considerada en su totalidad, de la que forma parte – no sólo implícita, sino explícitamente -, su relación con el Creador. Fue de esta manera que el Sucesor de Pedro, subrayó los acuciantes problemas que aquejan al mundo occidental, el mundo rico:
“Vemos que en nuestro rico mundo occidental hay carencias. Muchos carecen de la experiencia de la bondad de Dios. No encuentran algún punto de contacto con las Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales. Pero, ¿por qué? Pienso que esta es una pregunta sobre la que debemos reflexionar muy seriamente. Ocuparse de ella es la tarea principal del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Pero, evidentemente, se dirige a todos nosotros. Permitidme afrontar aquí un punto de la situación específica alemana. La Iglesia está organizada de manera óptima. Pero, detrás de las estructuras, ¿se encuentra la fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en un Dios vivo? Debemos decir sinceramente que hay un desfase entre las estructuras y el Espíritu. Y añado: La verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si no llegamos a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será ineficaz”.
Con estas reflexiones y tras afirmar que la verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe, y que si no se llega a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será ineficaz, Benedicto XVI aludió nuevamente a las personas que les falta la experiencia de la bondad de Dios aludiendo a la búsqueda de nuevos caminos de evangelización, que se pueden dar en ámbitos que aunque puedan ser reducidos son capaces de actora un nuevo acercamiento de la Iglesia a la sociedad :“Estamos llamados a buscar nuevos caminos de evangelización, caminos que podrían ser pequeñas comunidades donde se vive la amistad que se profundiza regularmente en la adoración comunitaria de Dios. Aquí hay personas que hablan de sus pequeñas experiencias de fe en su puesto de trabajo y en el ámbito familiar o de los conocidos, testimoniando de este modo un nuevo acercamiento de la Iglesia a la sociedad. A ellos les resulta claro que todos tienen necesidad de este alimento de amor, de la amistad concreta con los otros y con Dios. Pero sigue siendo importante la relación con la sabia vital de la Eucaristía, porque sin Cristo no podemos hacer nada (cf. Jn 15, 5). Queridos hermanos y hermanas, que el Señor nos indique el camino para ser siempre luz del mundo y para mostrar a nuestro prójimo el camino hacia el manantial donde pueden satisfacer su más profundo deseo de vida.

Con matices, pero esto se podría decir de españa y muchos otros lugares del primer mundo.

viernes, septiembre 23, 2011

Discurso del Papa ante el Bundestag.

Es un poco largo, pero vale la pena.


Ilustre Señor Presidente
Señor Presidente del Bundestag
Señora Canciller Federal
Señor Presidente del Bundesrat
Señoras y Señores
Es para mi un honor y una alegría hablar ante está Cámara alta, ante el Parlamento de mi Patria alemana, que se reúne aquí como representación del pueblo, elegida democráticamente, para trabajar por el bien común de la República Federal de Alemania. Agradezco al Señor Presidente del Bundestag su invitación a tener este discurso, así como también sus gentiles palabras de bienvenida y aprecio con las que me ha acogido. Me dirijo en esté momento a ustedes, estimados señores y señoras, ciertamente también como un connacional que está vinculado de por vida, por sus orígenes, y sigue con particular atención los acontecimientos de la Patria alemana. Pero la invitación a tener este discurso se me ha hecho en cuanto Papa, en cuanto Obispo de Roma, que tiene la suprema responsabilidad sobre los cristianos católicos. De este modo, ustedes reconocen el papel que le corresponde a la Santa Sede como miembro dentro de la Comunidad de los Pueblos y de los Estados. Desde mi responsabilidad internacional, quisiera proponerles algunas consideraciones sobre los fundamentos del estado liberal de derecho.
Permítanme que comience mis reflexiones sobre los fundamentos del derecho con un breve relato tomado de la Sagrada Escritura. En el primer Libro de los Reyes, se dice que Dios concedió al joven rey Salomón, con ocasión de su entronización, formular una petición. ¿Qué pedirá el joven soberano en este importante momento? ¿Éxito, riqueza, una larga vida, la eliminación de los enemigos? Nada pide de todo esto. Suplica en cambio: "Concede a tu siervo un corazón dócil, para que sepa juzgar a tu pueblo y distinguir entre el bien y mal" (1 R 3,9). Con este relato, la Biblia quiere indicarnos lo que debe ser importante en definitiva para un político. Su criterio último y la motivación para su trabajo como político no debe ser el éxito y mucho menos el beneficio material. La política debe ser un compromiso por la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz. Naturalmente, un político buscará el éxito, que de por sí le abre la posibilidad a la actividad política efectiva. Pero el éxito está subordinado al criterio de la justicia, a la voluntad de aplicar el derecho y a la comprensión del derecho. El éxito puede ser también una seducción y, de esta forma, abre la puerta a la desvirtuación del derecho, a la destrucción de la justicia. "Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?", dijo en cierta ocasión San Agustín1. Nosotros, los alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera. Hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra el derecho; cómo se ha pisoteado el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y empujarlo hasta el borde del abismo. Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político. En un momento histórico, en el cual el hombre ha adquirido un poder hasta ahora inimaginable, este deber se convierte en algo particularmente urgente. El hombre tiene la capacidad de destruir el mundo. Se puede manipular a sí mismo. Puede, por decirlo así, hacer seres humanos y privar de su humanidad a otros seres humanos que sean hombres. ¿Cómo podemos reconocer lo que es justo? ¿Cómo podemos distinguir entre el bien y el mal, entre el derecho verdadero y el derecho sólo aparente? La petición salomónica sigue siendo la cuestión decisiva ante la que se encuentra también hoy el político y la política misma.
Para gran parte de la materia que se ha de regular jurídicamente, el criterio de la mayoría puede ser un criterio suficiente. Pero es evidente que en las cuestiones fundamentales del derecho, en las cuales está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad, el principio de la mayoría no basta: en el proceso de formación del derecho, una persona responsable debe buscar los criterios de su orientación. En el siglo III, el gran teólogo Orígenes justificó así la resistencia de los cristianos a determinados ordenamientos jurídicos en vigor: "Si uno se encontrara entre los escitas, cuyas leyes van contra la ley divina, y se viera obligado a vivir entre ellos…, con razón formaría por amor a la verdad, que, para los escitas, es ilegalidad, alianza con quienes sintieran como él contra lo que aquellos tienen por ley…"2
Basados en esta convicción, los combatientes de la resistencia han actuado contra el régimen nazi y contra otros regímenes totalitarios, prestando así un servicio al derecho y a toda la humanidad. Para ellos era evidente, de modo irrefutable, que el derecho vigente era en realidad una injusticia. Pero en las decisiones de un político democrático no es tan evidente la cuestión sobre lo que ahora corresponde a la ley de la verdad, lo que es verdaderamente justo y puede transformarse en ley. Hoy no es de modo alguno evidente de por sí lo que es justo respecto a las cuestiones antropológicas fundamentales y pueda convertirse en derecho vigente. A la pregunta de cómo se puede reconocer lo que es verdaderamente justo, y servir así a la justicia en la legislación, nunca ha sido fácil encontrar la respuesta y hoy, con la abundancia de nuestros conocimientos y de nuestras capacidades, dicha cuestión se ha hecho todavía más difícil.
¿Cómo se reconoce lo que es justo? En la historia, los ordenamientos jurídicos han estado casi siempre motivados en modo religioso: sobre la base de una referencia a la voluntad divina, se decide aquello que es justo entre los hombres. Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. En cambio, se ha referido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho, se ha referido a la armonía entre razón objetiva y subjetiva, una armonía que, sin embargo, presupone que ambas esferas estén fundadas en la Razón creadora de Dios. Así, los teólogos cristianos se sumaron a un movimiento filosófico y jurídico que se había formado en el siglo II a. C. En la primera mitad del siglo segundo precristiano, se produjo un encuentro entre el derecho natural social desarrollado por los filósofos estoicos y notorios maestros del derecho romano3. De este contacto, nació la cultura jurídica occidental, que ha sido y sigue siendo de una importancia determinante para la cultura jurídica de la humanidad. A partir de este vínculo precristiano entre derecho y filosofía inicia el camino que lleva, a través de la Edad Media cristiana, al desarrollo jurídico del Iluminismo, hasta la Declaración de los derechos humanos y hasta nuestra Ley Fundamental Alemana, con la que nuestro pueblo reconoció en 1949 "los inviolables e inalienables derechos del hombre como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo".
Para el desarrollo del derecho, y para el desarrollo de la humanidad, ha sido decisivo que los teólogos cristianos hayan tomado posición contra el derecho religioso, requerido de la fe en la divinidad, y se hayan puesto de parte de la filosofía, reconociendo la razón y la naturaleza en su mutua relación como fuente jurídica válida para todos. Esta opción la había tomado ya san Pablo cuando, en su Carta a los Romanos, afirma: "Cuando los paganos, que no tienen ley [la Torá de Israel], cumplen naturalmente las exigencias de la ley, ellos… son ley para sí mismos. Esos tales muestran que tienen escrita en su corazón las exigencias de la ley; contando con el testimonio de su conciencia…" (Rm 2,14s). Aquí aparecen los dos conceptos fundamentales de naturaleza y conciencia, en los que conciencia no es otra cosa que el "corazón dócil" de Salomón, la razón abierta al lenguaje del ser. Si con esto, hasta la época del Iluminismo, de la Declaración de los Derechos humanos, después de la Segunda Guerra mundial, y hasta la formación de nuestra Ley Fundamental, la cuestión sobre los fundamentos de la legislación parecía clara, en el último medio siglo se dio un cambio dramático de la situación. La idea del derecho natural se considera hoy una doctrina católica más bien singular, sobre la que no vale la pena discutir fuera del ámbito católico, de modo que casi nos avergüenza hasta la sola mención del término. Quisiera indicar brevemente cómo se llegó a esta situación. Es fundamental, sobre todo, la tesis según la cual entre ser y deber ser existe un abismo infranqueable. Del ser no se podría derivar un deber, porque se trataría de dos ámbitos absolutamente distintos. La base de dicha opinión es la concepción positivista, adoptada hoy casi generalmente, de naturaleza y razón. Si se considera la naturaleza – con palabras de Hans Kelsen - "un conjunto de datos objetivos, unidos los unos a los otros como causas y efectos", entonces no se puede derivar de ella realmente ninguna indicación que sea de modo algúno de carácter ético.4 Una concepción positivista de la naturaleza, que comprende la naturaleza en modo puramente funcional, como las ciencias naturales la explican, no puede crear ningún puente hacia el Ethos y el derecho, sino suscitar nuevamente sólo respuestas funcionales. Sin embargo, lo mismo vale también para la razón en una visión positivista, que muchos consideran como la única visión científica. En ella, aquello que no es verificable o falsable no entra en el ámbito de la razón en sentido estricto. Por eso, el ethos y la religión se deben reducir al ámbito de lo subjetivo y caen fuera del ámbito de la razón en sentido estricto de la palabra. Donde rige el dominio exclusivo de la razón positivista – y este es en gran parte el caso de nuestra conciencia pública – las fuentes clásicas de conocimiento del ethos y del derecho quedan fuera de juego. Ésta es una situación dramática que interesa a todos y sobre la cual es necesaria una discusión pública; una intención esencial de este discurso es invitar urgentemente a ella.
El concepto positivista de naturaleza y razón, la visión positivista del mundo es en su conjunto una parte grandiosa del conocimiento humano y de la capacidad humana, a la cual de modo alguno debemos renunciar en ningún caso. Pero ella misma, en su conjunto, no es una cultura que corresponda y sea suficiente al ser hombres en toda su amplitud. Donde la razón positivista se retiene como la única cultura suficiente, relegando todas las otras realidades culturales a la condición de subculturas, ésta reduce al hombre, más todavía, amenaza su humanidad. Lo digo especialmente mirando a Europa, donde en muchos ambientes se trata de reconocer solamente el positivismo como cultura común o como fundamento común para la formación del derecho, mientras que todas las otras convicciones y los otros valores de nuestra cultura quedan reducidos al nivel de subcultura. Con esto, Europa se sitúa, ante otras culturas del mundo, en una condición de falta de cultura y se suscitan, al mismo tiempo, corrientes extremistas y radicales. La razón positivista, que se presenta de modo exclusivista y que no es capaz de percibir nada más que aquello que es funcional, se parece a los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima y la luz por nosotros mismos, y sin querer recibir ya ambas cosas del gran mundo de Dios. Y, sin embargo, no podemos negar que en este mundo autoconstruido recurrimos en secreto igualmente a los "recursos" de Dios, que transformamos en productos nuestros. Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo.
Pero ¿cómo se lleva a cabo esto? ¿Cómo encontramos la entrada a la inmensidad, o la globalidad? ¿Cómo puede la razón volver a encontrar su grandeza sin deslizarse en lo irracional? ¿Cómo puede la naturaleza aparecer nuevamente en su profundidad, con sus exigencias y con sus indicaciones? Recuerdo un fenómeno de la historia política reciente, esperando no ser demasiado malentendido ni suscitar excesivas polémicas unilaterales. Diría que la aparición del movimiento ecologista en la política alemana a partir de los años setenta, aunque quizás no haya abierto las ventanas, ha sido y es sin embargo un grito que anhela aire fresco, un grito que no se puede ignorar ni relegar, porque se percibe en él demasiada irracionalidad. Gente joven se dio cuenta que en nuestras relaciones con la naturaleza existía algo que no funcionaba; que la materia no es solamente un material para nuestro uso, sino que la tierra tiene en sí misma su dignidad y nosotros debemos seguir sus indicaciones. Es evidente que no hago propaganda por un determinado partido político, nada me es más lejano de eso. Cuando en nuestra relación con la realidad hay algo que no funciona, entonces debemos reflexionar todos seriamente sobre el conjunto, y todos estamos invitados a volver sobre la cuestión sobre los fundamentos de nuestra propia cultura. Permitidme detenerme todavía un momento sobre este punto. La importancia de la ecología es hoy indiscutible. Debemos escuchar el lenguaje de la naturaleza y responder a él coherentemente. Sin embargo, quisiera afrontar todavía seriamente un punto que, tanto hoy como ayer, se ha olvidado demasiado: existe también la ecología del hombre. También el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo arbitrariamente. El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza, y su voluntad es justa cuando escucha la naturaleza, la respeta y cuando se acepta como lo que es, y que no se ha creado a sí mismo. Así, y sólo de esta manera, se realiza la verdadera libertad humana.
Volvamos a los conceptos fundamentales de naturaleza y razón, de los cuales habíamos partido. El gran teórico del positivismo jurídico, Kelsen, a la edad de 84 años – en 1965 – abandonó el dualismo de ser y de deber ser. Había dicho que las normas podían derivar solamente de la voluntad. En consecuencia, la naturaleza podría contener en sí normas sólo si una voluntad hubiese puesto estas normas en ella. Esto, por otra parte, supondría un Dios creador, cuya voluntad ha entrado en la naturaleza. "Discutir sobre la verdad de esta fe es algo absolutamente vana", afirma a este respecto.5 ¿Lo es verdaderamente?, quisiera preguntar. ¿Carece verdaderamente de sentido reflexionar sobre si la razón objetiva que se manifiesta en la naturaleza no presuponga una razón creativa, un Creator Spiritus?
A este punto, debería venir en nuestra ayuda el patrimonio cultural de Europa. Sobre la base de la convicción sobre la existencia de un Dios creador, se ha desarrollado el concepto de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley, la consciencia de la inviolabilidad de la dignidad humana de cada persona y el reconocimiento de la responsabilidad de los hombres por su conducta. Estos conocimientos de la razón constituyen nuestra memoria cultural. Ignorarla o considerarla como mero pasado sería una amputación de nuestra cultura en su conjunto y la privaría de su totalidad. La cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma – del encuentro entre la fe en el Dios de Israel, la razón filosófica de los griegos y el pensamiento jurídico de Roma. Este triple encuentro configura la íntima identidad de Europa. Con la certeza de la responsabilidad del hombre ante Dios y reconociendo la dignidad inviolable del hombre, de cada hombre, este encuentro ha fijado los criterios del derecho; defenderlos es nuestro deber en este momento histórico.
Al joven rey Salomón, a la hora de asumir el poder, se le concedió lo que pedía. ¿Qué sucedería si nosotros, legisladores de hoy, se nos concediese formular una petición? ¿Qué pediríamos? En último término, pienso que, también hoy, no podríamos desear otra cosa que un corazón dócil: la capacidad de distinguir el bien del mal, y así establecer un verdadero derecho, de servir a la justicia y la paz. Gracias por su atención.
_______________________1 De civitate Dei, IV, 4, 1.
2 Contra Celsum GCS Orig. 428 (Koetschau); cf. A. Fürst, Monotheismus und Monarchie. Zum Zusammenhang von Heil und Herrschaft in der Antike. En: Theol. Phil. 81 (2006) 321 – 338; citación p. 336; cf. también J. Ratzinger, Die Einheit der Nationen. Eine Vision der Kirchenväter (Salzburg – München 1971) 60.
3 Cf. W. Waldstein, Ins Herz geschrieben. Das Naturrecht als Fundament einer menschlichen Gesellschaft (Augsburg 2010) 11ss; 31 – 61.
4 Waldstein, op. cit. 15-21.
5 Citado según Waldstein, op. cit. 19.

jueves, septiembre 22, 2011

Esta mujer sí va a la cárcel.



Trece de septiembre de 2011: Mary Wagner, católica de 36 años, es condenada a 40 días de cárcel. Otra vez. Ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido arrestada desde la primera, el 1 de febrero de 1999. Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado. Mary es pequeña, delgada, suave, nada amenazadora. Pero muy tenaz. En la JMJ de Denver (EEUU), en 1993, experimentó un despertar espiritual. Su familia era intensamente católica y pro vida, creció con diez hermanos, cuatro de ellos con necesidad de atención especial. Su padre era presidente de la Coalición Campaña por la Vida de la Columbia Británica, en Canadá. Su madre, militante de Birthright ("Derecho a nacer"). Desde que se liberalizó el aborto en Canadá en 1969, su familia acudió a marchas por la vida y rezó por el final del aborto en el país. Pero en Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió "cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal". Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, "me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó". Es decir, de la cárcel al tribunal y del tribunal a la cárcel. Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: "Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!".A veces, les dice: "estamos llamados a amar a todo el mundo". ¡Gravísimo!Este martes, el juez William Bassel de Toronto la declaró culpable de "un uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de la clínica abortista de Bloor West, cerca de Toronto. Y de "retrasar el desarrollo del negocio". Los testigos dejaron claro que Mary había sido amable, tranquila, pacífica en su trato con las mujeres de la clínica, pero al juez le dio igual. Cuando la policía se la llevó de la clínica, aún decía a las chicas: "no es demasiado tarde; aún podéis cambiar de opinión. Dios os ama".El juez Bassel le prohibe acercarse al centro abortista y a sus empleados durante 3 años. Que hay que acumular a otras sentencias anteriores. Es difícil llevar la cuenta. Entra y sale. En la cárcel se porta muy bien. Soltera, sin hijos, pobre... no tiene nada que perder. En la cárcel de mujeres (primero en Burnaby, en Columbia Británica; después en el centro Vanier, en Ontario) reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas. Para cuando salgan, les recomienda centros que ayudan a la mujer a superar el trauma post-aborto. Recibe visitas y cartas. La gente pro-vida le visita, como hacían los primeros cristianos con sus presos encarcelados por el César. Mary reza mucho: ¿dónde la quiere enviar Dios la próxima vez?En agosto la detuvieron de nuevo: dos policías ante un centro abortista. Mientras se decidían a llevársela ella rezaba el rosario sentada en la acera. Había entrado en la sala de espera a ofrecer a las chicas folletos con ayudas, con alternativas al aborto. En marzo, después de 48 días de cárcel, Mary pudo efectuar en Toronto una de sus jugadas habituales. Siempre rechaza tener abogado, pide defenderse ella misma, y allí, en la vista pública, en vez de hablar de sí misma, en vez de defenderse, lee una breve declaración contra el aborto que suele llegar a manos de la prensa local. "Ese negocio existe casi exclusivamente para destruir a los niños en el vientre de su madre; bajo el disfraz de ayuda a la mujer, se mata a bebés indefensos, y sus madres quedan heridas. Intentaba llegara las mujeres que consideran el aborto como una solucióna las circunstancias difíciles que atraviesan. Mi presencia era pacífica, y nace del reconocimiento del hecho de que una nueva vida humana existe desde la concepción", lee.Normalmente, en este momento pide un minuto de silencio para recordar "a mis hermanos y hermanas destruidos por el aborto". En Columbia Británica algún juez se lo concedió, pero en Toronto siempre se lo deniegan.En noviembre de 1999 la arrestaron por primera vez por violar el "área de seguridad" de un centro abortista. Fueron sus primeras navidades en la cárcel.Además de repartir rosas, a veces exhibe carteles de la Madre Teresa de Calcuta que invitan a optar por la vida. Ella es una de sus fuentes de inspiración. Los grupos pro vida de Canadá aseguran que Mary Wagner tiene un don especial para hacer el apostolado pro vida ante las clínicas, porque por su dulzura y suavidad puede acercarse con tacto a las mujeres que acuden a esos centros.



Para escribir a Mary Wagner a prisión: Vanier Centre for Women665 Martin StMilton, OntarioL9T 5E6CANADA

50 pelis con enjundia.

ForumLibertas.com
Con motivo de la JMJ 2011, la página Decine21 ha publicado su lista de 100 filmes sobre la juventud. A partir de ese elenco, y pensando en historias que aporten ilusión y optimismo, he elaborado esta relación de las 50 mejores películas sobre los jóvenes.

Son películas que aúnan lo mejor de esa etapa en la que uno quiere cambiar el mundo, haciéndolo más justo y más humano. Pensando en protagonistas adolescentes o en la primera juventud (14-20 años), y dejando al margen otras historias más propias de la infancia (¡Adiós, muchachos!, Los chicos del coro, etc.) he seleccionado filmes de jóvenes que rezuman romanticismo y entrega, sacrificio y amor; aunque también he incluido otros más tristes o serios, porque ayudan a reflexionar.
Pienso que este listado puede ser útil para cualquier cine-fórum con adolescentes y chicos jóvenes. Que lo disfrutéis. Y, si es posible, decidme cuáles son vuestras preferidas. Muchas gracias.

1. Cielo de octubre 2. Carros de fuego
3. Una historia del Bronx
4. El club de los poetas muertos
5. Slumdog Millionaire
6. Sophie Scholl: los últimos días
7. El indomable Will Hunting
8. Descubriendo a Forrester
9. La fuerza de uno
10. El club de los emperadores
11. Rebelde sin causa
12. Romeo y Julieta (1968)
13. Enrique V (1989)
14. El Señor de los anillos
15. Caballero sin espada
16. Gran Torino
17. Esa cosa llamada amor
18. American Graffiti
19. Peggy Sue se casó
20. West Side Story
21. La mejor juventud
22. Forja de hombres
23. Esplendor en la hierba
24. El secreto de vivir
25. El hombre sin rostro
26. La guerra de las galaxias
27. Un paseo para recordar
28. Las crónicas de Narnia
29. Ni uno menos
30. Tucker, un hombre y su sueño
31. El camino a casa
32. Leones por corderos
33. El joven Lincoln
34. In Good Company
35. La red social
36. El diario de Ana Frank
37. Winter's Bone
38. Cuenta conmigo
39. Tiempos de gloria
40. Beau Geste
41. El joven Edison
42. El señor de las moscas
43. Rudy, reto a la gloria
44. La ola
45. Napola
46. Billy Elliot (Quiero bailar)
47. El milagro
48. Regreso al futuro
49. Recursos humanos
50. Quiero ser como Beckham

De Alfonso Méndiz.

miércoles, septiembre 21, 2011

Bien y mal.

Haz el bien, evita el mal. Comiendo, me decía un padre de familia con nueve hijos: he procurado formar a mis hijos para que sepan lo que está bien o está mal. Otros le decían, además de eso habrá que procurar que hagan el bien , no basta sólo con saberlo. Ciertamente les contestó, por supuesto. Pero con mi experiencia, la de mi amigo, si haces mal y eres consciente, tienes mucho ganado, pues la vida y la gracia de Dios van a tu favor.Lo que es ciertamente un desatino, es no saber lo que está bien y lo que está mal, de entrada, o hacer pasar el mal por bien. Estamos llamados a buscar la verdad y el bien. Animo, que muchas veces no es fácil.

sábado, septiembre 17, 2011

El atinado juicio ante una pretensión injusta y sectaria.



Entrevista al profesor Navarro Valls. Publicada el día 16 en Periodista Digital (Religión digital)

1 ¿Existe base jurídica para que se demande al Papa y a los cardenales Sodano, Bertone y Levada ante el Tribunal de la Haya?

Ante todo, la expresión "Tribunal de la Haya" es ambigua, pues es una denominación que se utiliza técnicamente para designar varios tribunales internacionales que tienen (o han tenido) su sede en La Haya: Tribunal permanente de Arbitraje, Tribunal de Justicia Internacional, Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoeslavia , Tribunal Internacional para Ruanda o la Corte Penal Internacional (CPI). Me figuro que se refiere a esta última, creada por el Estatuto de Roma de 1998. Entró en vigor en julio de 2002, de modo que solamente puede conocer de delitos posteriores a esa fecha.

La CPI tiene competencia respecto a los nacionales de Estados que hayan ratificado el mencionado Estatuto de Roma. Que yo sepa, ni la Santa Sede ni el Vaticano están entre los estados que lo han hecho. De este modo, esa Corte no tiene competencia ni sobre el Santo Padre ni otros ciudadanos con nacionalidad vaticana (los cardenales a que alude). Es lo mismo que ocurre con Estados Unidos o China que, al no ratificarlo, sus autoridades quedan excluidas del radio de acción de la competencia de ese Tribunal. Sólo en caso de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidad estimase que hay un peligro para la paz y la seguridad internacional (Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas) -lo que, naturalmente, no ocurre en este caso-, podría instar a la Corte Penal Internacional a investigar y enjuiciar lo ocurrido en un Estado que no fuese parte del Estatuto de Roma. En el caso del genocidio de Darfur, Sudán no era parte del Estatuto, sin embargo, el 31 de marzo de 2005, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 1593 por la que remitió a la Corte la situación. Por último, una reflexión sobre la gravedad suficiente como presupuesto de admisibilidad de las causas por la CPI. El artículo 1 del Estatuto establece que la Corte juzgará los “casos más graves de trascendencia internacional”. Sin restarle importancia a los hechos que se denuncian, que cuando se hayan producido merecerán el correspondiente reproche penal, la Corte Penal Internacional se constituyó con otro fin que va más allá de hechos cometidos presuntamente por clérigos de distintas nacionalidades en distintos países. Sólo hay que hacer una revisión de los casos que la CPI ha enjuiciado para ver que el ámbito de actuación de la Corte es otro bien distinto al que aquí contemplamos.


2. ¿Pueden considerarse los abusos sexuales, crímenes de lesa humanidad?
La materia que es objeto de denuncia (pederastia ejercida en distintas áreas geográficas ) muy forzadamente podría entrar en el radio de acción de los crímenes de lesa humanidad que enumera el art. 7 del Estatuto de la Corte. No porque le falte gravedad, sino porque ese artículo entiende por crímenes de lesa humanidad determinados actos “ que se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque". Ente ellos, se incluyen algunos delitos sexuales como la prostitución forzada, embarazos o esterilización forzada u “otros de gravedad similar”. El ejemplo más típico han sido los embarazos masivos forzados de una etnia sobre otra en el marco de conflictos armados. Sin embargo, de lo que aquí se trata es de delitos presuntamente cometidos por clérigos de distintas nacionalidades en diversos países. Falta lo que Cuno Tarfusser, juez de la CPI, acaba de llamar “elemento contextual”, es decir que esos actos hubieran sido cometidos como consecuencia de un ataque a la población civil, de carácter sistemático y organizados por una “política organizativa superior”. Desde 2002 que viene funcionando la CPI se han recibido unas 8000 denuncias de todo tipo. No me consta que exista proceso abierto por pederastia con ese contexto. No se puede hacer responsable ni a la Iglesia Católica, ni al Santo Padre, ni a los miembros de la Curia de hechos aislados, realizados en distintas partes del mundo, por personas con capacidad suficiente para tener responsabilidad penal y donde existen órganos judiciales donde juzgarlos. En definitiva, no estamos hablando de una responsabilidad penal colectiva de la Iglesia Católica, sino individual de cada una de las personas que, en su caso, hayan realizado estos hechos.

Así, pues, es el derecho penal de cada uno de los países afectados quien tiene competencia, personal y territorial. No olvidemos que la Corte Penal Internacional tiene carácter "complementario" de las jurisdicciones nacionales (art. 1 Estatuto CPI). Por eso mismo, el Estatuto dispone que no se admitirá una cuestión penal cuando "El asunto sea objeto de una investigación o enjuiciamiento en el Estado que tiene jurisdicción sobre él, salvo que éste no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo" (art.17).


3. ¿Qué opinión le merece, como jurista y como católico, la iniciativa de estas víctimas?

Me da la impresión de que algunas de las víctimas de esos graves delitos están siendo jurídicamente manipuladas por adversarios de la Iglesia Católica. No se trata de minusvalorar su dolor y la gravedad del delito. Lo que se trata es de que unos y otros encuentren su adecuado cauce - también jurídico- en las jurisdicciones competentes. Toda manipulación acaba a la larga siendo desenmascarada, sobre todo si va acompañada de amplio despliegue mediático. El derecho es un instrumento muy sensible ante los intentos de ese tipo. Reacciona de modo contundente, rechazando aquello que no es justo o está agigantado en su pretensiones competenciales .Tengamos confianza en la justicia penal de las naciones en las que esos dolorosos hechos han tenido lugar.

Por lo demás, da que pensar que la demanda sea presentada inmediatamente después de ese positivo y masivo refrendo de la figura de Benedicto XVI, realizado por dos millones de jóvenes en la JMJ de Madrid, e inmediatamente antes de un complicado viaje del Papa a Alemania.

4. ¿ Tiene ese Tribunal competencia sobre la Santa Sede ?

No, como ya hemos visto. Además, la jurisprudencia norteamericana, que ya se ha enfrentado a la posible "comunicación o conexión de responsabilidad entre las diócesis y/o los miembros del clero afectados y la Santa Sede”, se ha pronunciado negativamente sobre dicha conexión. (Doe v. Holy See, año 2009, Noveno Circuito de Apelación, recurso al Tribunal Supremo denegado). Tampoco tendría competencia otro Tribunal de la Haya que es la Corte Internacional de Justicia de la ONU, no solamente porque la Santa Sede no es miembro de la ONU (solamente observador permanente), sino porque, además, en este caso, no puede actuar a través de grupos de personas, sino a través de Estados miembros (art. 34.1 de la Corte Internacional de Justicia de la ONU).



5 - ¿Es justo involucrar al Papa en estos crímenes, cuando se ha destacado como el gran "barrendero" contra la pederastia?


No solamente es injusto, sino que además es un absurdo jurídico. Es como si se acusara al Rey o a miembros del Gobierno de España de falta de control en la defensa, a través de leyes o actuaciones legales, de cuestiones graves como la violencia de género. Los culpables son los delincuentes, no las autoridades que luchan para erradicar esos delitos. Como usted dice, el caso de Benedicto XVI es especialmente ejemplar: ha sido el Pontífice que mayores esfuerzos ha puesto en la prevención y el castigo de los pederastas clérigos o religiosos. Por cierto, un número exiguo si se compara con la gran mayoría del clero o religiosos de vida arreglada e intachable .



martes, septiembre 13, 2011

Jaime Urcelay, presidente de profesionales por la ética.



Inevitablemente, el inicio de curso invita a una reflexión sobre nuestro sistema educativo y la apremiante necesidad de una reforma de calado que, sin despreciar lo coyuntural, acometa con valentía los gravísimos problemas del fracaso escolar o del déficit de calidad y afronte, sin más concesiones al caduco estatismo, el desafío de la libertad educativa a todos los niveles.
Sobre esta necesidad insistía recientemente el Presidente de Profesionales por la Ética, Jaime Urcelay, en el artículo “Entre el fracaso escolar y la ideología”, publicado en Libertad Digital. En él hace un breve balance de las inútiles y regresivas legislaturas socialistas que ahora se cierran, cuya principal apuesta en el terreno educativo -la LOE de 2006- “va a pasar a la historia por haber provocado una de las más encendidas polémicas que recuerda la reciente democracia española: la de la imposición de las adoctrinadoras asignaturas de Educación para la Ciudadanía, cuyo propósito expreso es formar la mentalidad y las conductas de los jóvenes españoles de acuerdo con los dogmas relativistas de una nueva moral pública custodiada por el Estado. http://www.profesionalesetica.org/. Con mi admiración a Mariano Bailly.

sábado, septiembre 10, 2011

También soy laico...



Manifestación laica, educación laica, pensamiento laico, indignados laicos. Gran confusión con el término laico. Para empezar en la Constitución española no aparece el término laico en ningún sitio. Hoy se entiende por laico, no creyente, agnóstico o ateo, frente a creyente. Curiosamente el término laico tiene evocaciones canónicas y católicas muy claras. Laicos son aquellos fieles de la Iglesia que no son sacerdotes y tampoco consagrados a instituto religioso, la mayor parte de la Iglesia, que están llamados a santificar y santificarse en las realidades temporales, sin soluciones únicas, en la familia, el trabajo, la vida social, económica y familiar. La fe construyó las catedrales medievales, cierto, pero las matemáticas, los arquitectos, los albañiles también. No se contraponen están en diferentes puntos de visión. Y el llamado pensamiento laico está lleno de creencias, de moral o amoralidad y no es neutro de ningún modo.Para saber un poco más ver mi artículo: A contracorriente. ¿Es España un Estado laico?.



miércoles, septiembre 07, 2011

Repaso...



Comienza setiembre, los coles, los coches, la rutina. Yo escribo poco, pero es que han sido muchas emociones: el Papa y la JMJ, es dífícil decir algo, que se ha visto, que se ha palpado. Constato que físicamente ya no soy joven. El centro de Madrid está colapsado siempre, de indignados, de enseñantes públicos, alguna ronda de sindicatos, gente que quiere acampar. Llevamos tres o cuatro años con noticias malas, crisis, paro juvenil, recortes, desconfianza de la clase política; y eso se contagia como por ósmosis. Hacen falta sonrisas y gente alegre alrededor. Esa alegría que no es tontonería, bullicio. La alegría de quien tiene cimientos, que no es una veleta, que tiene rumbo, pase lo que pase. Alguien resumía, todo lo de la JMJ y del Papa, "sin Mí no podéis nada". Pue eso.

jueves, septiembre 01, 2011

Oración con la que el Papa consagró a los jóvenes al Corazón de Jesús , en cuatro vientos.






Señor Jesucristo,

Hermano, Amigo y Redentor del hombre,
mira con amor a los jóvenes aquí reunidos
y abre para ellos la fuente eterna
de tu misericordia
que mana de tu Corazón abierto en la Cruz.
Dóciles a tu llamada,
han venido para estar contigo y adorarte.
Con ardiente plegaria
los consagro a tu Corazón
para que, arraigados y edificados en ti,
sean siempre tuyos, en la vida y en la muerte.
¡Que jamás se aparten de ti!
Otórgales un corazón semejante al tuyo,
manso y humilde,
para que escuchen siempre tu voz
y tus mandatos,
cumplan tu voluntad
y sean en medio del mundo
alabanza de tu gloria,
de modo que los hombres,
contemplando sus obras,
den gloria al Padre con quien vives,
feliz para siempre,
en la unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén