domingo, enero 31, 2021

San Juan Bosco, un santo amable y grande. Felicidades.

 



Juan Bosco

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Juan Bosco
Dombosco.jpg
Don Bosco, fundador de los salesianos.
Información personal
Nombre de nacimientoGiovanni Melchiorre Bosco
Nacimiento16 de agosto de 1815
Flag of the Kingdom of Sardinia.svg I BecchiReino de Piamonte-Cerdeña
Fallecimiento31 de enero de 1888 (72 años)
Bandera de Italia TurínReino de Italia
ReligiónCatolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Orden religiosaSalesianos de San Juan Bosco Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
PadresFrancesco Bosco Ver y modificar los datos en Wikidata
Margarita Occhiena Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónEscritor y presbítero católico Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Beatificación2 de junio de 1929, por Pío XI
Canonización1 de abril de 1934, por Pío XI
Festividad31 de enero
Venerado enIglesia católica
PatronazgoCine
Magos e ilusionistas
Escuelas artesanales
Imprenta
Juventud12
Distinciones
  • Premio Pioneer del director de los Institutos Nacionales de la Salud (2015) Ver y modificar los datos en Wikidata

Juan Bosco, llamado en italiano Giovanni Melchiorre Bosco y más conocido como Don Bosco (I Becchi16 de agosto de 1815-Turín31 de enero de 1888), fue un sacerdoteeducador y escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Congregación Salesiana, la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio Salesiano y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Promovió la Asociación de Exalumnos Salesianos, el desarrollo de un moderno sistema pedagógico conocido como Sistema preventivo para la formación de los niños y jóvenes y promovió la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada, especialmente en Europa y América Latina. Fue uno de los sacerdotes más cercanos al pontificado de Pío IX y al mismo tiempo logró mantener la unidad de la Iglesia durante los duros años de la consolidación del Estado italiano y los enfrentamientos entre este y el papa que ocasionó la pérdida de los llamados Estados Pontificios y el nacimiento de la Italia Unificada. Fue autor de numerosas obras, todas dirigidas a la educación juvenil y a la defensa de la fe católica, lo que lo destaca como uno de los principales promotores de la imprenta.

Su prestigio como sacerdote y como educador de los jóvenes necesitados o en riesgo, le valió el respeto de las autoridades civiles y religiosas de su tiempo y de su país, así como una notable fama en el extranjero. Sus obras fueron requeridas directamente por jefes de estado y autoridades eclesiásticas de países como Ecuador,3​ El SalvadorEspañaFranciaInglaterraPoloniaPalestinaPanamá,4​ ArgentinaBrasilUruguayChileColombia5​ y Venezuela entre muchas otras. Fue un visionario de su tiempo al punto de predecir acontecimientos que se darían a lo largo del siglo XX en lo referente a sus salesianos, a la Iglesia católica y al mundo en general. El 1 de abril de 1934, solo 46 años después de su muerte en 1888, Juan Bosco fue canonizado por el papa Pío XIJuan Pablo II le confirió el título de «Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes».6​ Poblaciones, provincias, parques, calles, teatros, museos, universidades y sobre todo colegios llevan su nombre. La Familia Salesiana es uno de los grupos católicos más numerosos del mundo y existen obras de Don Bosco en 130 naciones.789

Mensaje del Prelado enero.

 


Mensaje del Prelado (30 enero 2021)

En este mensaje, Mons. Ocáriz nos invita a contribuir con nuestras oraciones a un proyecto para mejorar el impulso y la coordinación de las labores apostólicas de la Prelatura.

CARTAS PASTORALES Y MENSAJES
Opus Dei - Mensaje del Prelado (30 enero 2021)

Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

A través de estas líneas deseo compartir con vosotros un proyecto, para que también vuestra oración contribuya directamente a realizarlo.

Durante los últimos meses se ha llevado a cabo un estudio sobre la situación de las circunscripciones de la Prelatura, con vistas al proyecto de mejorar el impulso y la coordinación de las labores apostólicas, siguiendo las recomendaciones del pasado Congreso General (cfr. Carta pastoral, 14-II-2017, nn. 13 y 15).

Gracias a Dios, al impulso de san Josemaría y de sus dos primeros sucesores, la Obra trabaja establemente en sesenta y ocho países. Por esto estamos muy agradecidos a Dios, que no deja de acompañarnos y bendecirnos; también damos gracias al Señor al considerar el trabajo realizado en estos últimos cuatro años.

ES DE LA MAYOR IMPORTANCIA EL APOSTOLADO PERSONAL DE CADA UNO EN EL PROPIO AMBIENTE PROFESIONAL, FAMILIAR Y SOCIAL

A la vez, somos conscientes de los desafíos que la sociedad actual, en todas partes, presenta a la vida y a la difusión del cristianismo; situaciones de las que todos tenemos más o menos experiencia y que hacen que el apostolado resulte en algunos lugares más arduo. Aunque el bien que se hace es abundante en muchos sitios, desearíamos que el Señor pudiera contar con más brazos para colaborar a que la alegría del Evangelio llegue hasta el último rincón de la tierra. Ni la desproporción entre la belleza de la vocación y misión apostólica frente a nuestras personales limitaciones, ni las dificultades externas son motivo para que disminuyan nuestra esperanza y nuestra alegría, en el servicio a Dios, a la Iglesia y al mundo.

Por otro lado, una realidad actual muy positiva es la facilidad de comunicación y de desplazamiento entre ciudades y países, que hace posible reducir el número de las estructuras organizativas y de gobierno; lógicamente, sin cambiar su naturaleza, pues «no está en nuestras manos ceder, cortar o variar nada de lo que al espíritu y organización de la Obra se refiera» (Instrucción, 19-III-1934, n. 20).

Esa reducción del número de estructuras –estudiada en la Asesoría Central y en el Consejo General– permitirá mayor agilidad y eficiencia en el trabajo y, también, más atención al cuidado de las personas, al apostolado de cada uno en el propio ambiente profesional, familiar y social, junto a las actividades formativas promovidas en y desde los centros de la Prelatura.

ME APOYO EN LA ORACIÓN Y EN EL COMPROMISO E INICIATIVA DE CADA UNO

Esto requerirá una parcial reorganización territorial. Si para dirigir, por ejemplo, la labor de la Obra en dos determinados países hay ahora dos Comisiones y dos Asesorías, se estudiará si, con los medios actuales y teniendo en cuenta la experiencia adquirida en estos años pasados, puede ser más eficaz una Comisión y una Asesoría para esos dos territorios, manteniendo todas sus iniciativas apostólicas. Esto se ha realizado ya uniendo Croacia y Eslovenia. Para seguir definiendo esta reorganización se contará, como es lógico, con el parecer de las Comisiones y Asesorías interesadas en cada caso, y se irá poniendo en marcha paulatinamente.

Me apoyo en vuestra oración y en el compromiso e iniciativa personales de cada una y de cada uno, para hacer vida el mensaje de nuestro Padre en nuestro tiempo. Encomendemos este proyecto a la intercesión materna de Santa María, y también -especialmente en este año- a la de San José.

Con todo cariño os bendice

vuestro Padre

Roma, 30 de enero de 2021

jueves, enero 28, 2021

Dolores y gozos de San José.

 

Dolores y gozos de san José

Los siete domingos de San José son una costumbre de la Iglesia para preparar la fiesta del 19 de marzo. La meditación de los “dolores y gozos de san José” ayuda a conocer mejor al santo Patriarca y a recordar que también él afrontó alegrías y dificultades.

TEXTOS PARA ORAR
Opus Dei - Dolores y gozos de san JoséDurante los siete domingos anteriores a la fiesta de San José se contemplan los principales gozos y dolores de la vida del santo Patriarca. Obra de Palmira Laguéns (Santuario de Torreciudad)

Descarga en formato PDF los dolores y gozos de san José, con ilustraciones del santuario de Torreciudad.


La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José.

En concreto, fue el Papa Gregorio XVI quien fomentó la devoción de los siete domingos de San José, concediéndole muchas indulgencias; pero S.S. Pío IX les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera a San José, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal.

Los siete dolores y gozos de san José

Primer dolor: Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18).

Primer gozo: El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21).

Primer dolor y gozo de san JoséPrimer dolor y gozo de san José

Segundo dolor: Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11).

Segundo gozo: Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16).

Segundo dolor y gozo de san JoséSegundo dolor y gozo de san José

Tercer dolor: Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (Lc 2,21).

Tercer gozo: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21).

Tercer dolor y gozo de san JoséTercer dolor y gozo de san José

Cuarto dolor: Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Mira, éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones (Lc 2, 34-35).

Cuarto gozo: Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones (Lc 2, 30-31).

Cuarto dolor y gozo de san JoséCuarto dolor y gozo de san José

Quinto dolor: El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2,13).

Quinto gozo: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: "De Egipto llamé a mi hijo" (Mt 2,15).

Quinto dolor y gozo de san JoséQuinto dolor y gozo de san José

Sexto dolor: El se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).

Sexto gozo: Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).

Sexto dolor y gozo de san JoséSexto dolor y gozo de san José

Séptimo dolor: Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).

Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).

Séptimo dolor y gozo de san JoséSéptimo dolor y gozo de san José


¿Cómo imaginaba san Josemaría a san José?

“Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que Nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana. Sabemos que no era una persona rica: era un trabajador, como millones de otros hombres en todo el mundo; ejercía el oficio fatigoso y humilde que Dios había escogido para sí, al tomar nuestra carne y al querer vivir treinta años como uno más entre nosotros.

La Sagrada Escritura dice que José era artesano. Varios Padres añaden que fue carpintero. De las narraciones evangélicas se desprende la gran personalidad humana de José: en ningún momento se nos aparece como un hombre apocado o asustado ante la vida; al contrario, sabe enfrentarse con los problemas, salir adelante en las situaciones difíciles, asumir con responsabilidad e iniciativa las tareas que se le encomiendan”. (Es Cristo que pasa, n. 40).

miércoles, enero 27, 2021

Fratelli tutti.



Un evento sobre la encíclica “Fratelli Tutti” en 25 frases

El Aula Álvaro del Portillo de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma, acogió una jornada de reflexión sobre la fraternidad universal y la amistad social, centrada en la reciente encíclica del Papa Francisco.

Opus Dei - Un evento sobre la encíclica “Fratelli Tutti” en 25 frasesEl evento sobre la "Fratelli tutti" se transmitió online.

Además de los presentes en el aula, otras 590 personas participaron a través de internet. Recogemos a continuación algunas frases de las conferencias principales. En este link de la universidad se puede acceder al material completo: texto, audio y vídeo.

Cardenal Miguel Ángel AyusoCardenal Miguel Ángel Ayuso
Cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso:

  1. El mundo necesita urgentemente una respuesta efectiva a sus angustias, sus miedos, sus estremecimientos. Y esta respuesta es que "todos somos hermanos". (...) Es el mensaje que el Papa Francisco sostiene valientemente desde el comienzo de su pontificado.
  2. La encíclica tiene una mirada que es la del padre, que hace salir el sol sobre los buenos y los malos, es el padre de todos, no sólo de los cristianos.
  3. La fraternidad es la base sólida para vivir la "amistad social" que sabe conjugar los derechos con la responsabilidad por el bien común (...) Se trata de cultivar la virtud de la caridad en todos los niveles, desde la vida personal hasta la política.
  4. Una sociedad fraterna promueve la educación en el diálogo para superar "el virus del individualismo". El Pontífice nos pide que adoptemos el diálogo como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento mutuo como método y criterio.
  5. La rectitud, la fidelidad, el amor por el bien común, la preocupación por los demás, especialmente por los necesitados, la benevolencia y la misericordia son elementos que podemos compartir con las diversas religiones.
  6. No existe base para la violencia en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones (...) Actos tan execrables como los del terrorismo no se deben a la religión, sino a interpretaciones erróneas de los textos religiosos, así como a políticas de hambre, pobreza, injusticia, opresión.
  7. El "sueño" del Papa Francisco: que los derechos humanos sean verdaderamente universales, y que todo hombre pueda vivir en un mundo sin fronteras.
  8. Todos somos corresponsables en la construcción de una sociedad que sepa incluir, integrar y levantar a quien ha caído o a quien sufre.
  9. El Papa Francisco eleva la relación entre creyentes de diferentes credos a un paradigma de amistad social válido para todos, creyentes y no creyentes, haciendo de la fraternidad el principio unificador que necesita esta humanidad sufriente.

Maria Aparecida Ferrari.Maria Aparecida Ferrari.
Maria Aparecida Ferrariprofesora de ética aplicada en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz:

  1. El nexo entre la fraternidad y el bien común es uno de los nuevos enfoques que ofrece "Fratelli Tutti" (...): nuestro propio bien y el bien común se generan y se disfrutan juntos.
  2. Cuando un ciudadano se relaciona con respeto y reciprocidad, cuando desempeña su profesión o sus deberes con competencia, cuando se ocupa de todo lo que es común... está mostrando en la esfera sociopolítica el rostro de la fraternidad; y está configurando el bien común político en su sentido más auténtico.
  3. El bien común político no puede reducirse a la propiedad de bienes útiles, porque el "bien común" significa sobre todo el bien humano, es decir, la respuesta a las exigencias fundamentales de la dignidad de la persona.
  4. Las acciones propiamente cívicas y políticas son también un ejercicio de fraternidad, ya que se dirigen a las personas; así como cada gesto de amor, de cuidado mutuo, es también una acción cívica y política, porque realmente construye una sociedad mejor.
  5. El título de la parábola es siempre "del buen samaritano"; a nadie se le ocurre llamarla "parábola del posadero" (...) pero el bien común político es obra de cada ciudadano, de manera similar a como el cuidado del herido de la parábola también es obra del posadero (y no sólo del buen samaritano).
  6. La profesión o el oficio es un medio privilegiado de fraternidad social y cívica, una oportunidad casi ininterrumpida de actuar con rectitud, ejerciendo la justicia, la solidaridad y la promoción efectiva del bien del prójimo.
  7. La fraternidad es un requisito de la vida política, incluso ante situaciones en las que sería más cómodo cerrar los ojos, por ejemplo, cuando las cuestiones no afectan directa o inmediatamente a la propia vida o intereses (…) El Papa Francisco nos anima a conjugar el "nosotros" en lugar del "yo", para lograr la "caridad política" o "caridad social", entendida como la maduración de un sentido del "nosotros" que supera todo individualismo.
  8. En el camino trazado por "Fratelli Tutti", la caridad política no camina a ciegas, ni depende del impulso de sentimientos más o menos benévolos, sino que necesita la luz de la verdad que proviene tanto de la razón como de la fe.
  9. La encíclica hace un llamamiento a todos: ciudadanos corrientes, instituciones privadas y públicas, estados y organismos internacionales. Se trata de evitar la polarización que divide y distancia sin eludir las discusiones necesarias. El objetivo común irrenunciable es lograr la "globalización de los derechos humanos más esenciales".

Cristian Mendoza.Cristian Mendoza.
Cristian Mendoza, profesor de doctrina social católica en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz:

  1. La sociedad no será económicamente más rica, pero podrá ser más humana y mejor.
  2. La vocación cristiana permite superar los límites de la pertenencia a la etnia, tribu o grupo nacional, con importantes consecuencias para la dinámica moral de los pueblos.
  3. El lugar del encuentro entre nosotros y Dios es la Cruz de Cristo: aceptar la invitación significa sentir compasión por los demás (...) Acercarse al dolor y al sufrimiento no es un simple talento ni una actitud virtuosa; para los cristianos, es también una vocación que permite vislumbrar lo divino a través de los acontecimientos de la historia humana.
  4. Perder la oportunidad de acercarse a los que sufren es perder la oportunidad de descubrir la manifestación de Dios que se hace presente en el silencio, en el abandono, en el dolor.
  5. La calidad moral de una cultura se manifiesta en la manera y el fin con que se utilizan los instrumentos disponibles: economía, política, etc.
  6. El cristianismo nunca podrá convertirse en una ética socialmente útil, porque no basta con cambiar los instrumentos, es necesario cambiar al hombre.
  7. Debemos hacernos caritativos, misericordiosos y hermanos experimentando estas virtudes en un proceso constante, hasta hacernos lo que somos: hermanos todos porque hijos de un Padre común.

martes, enero 26, 2021

La religión esclava de la laicidad. Brillante.

Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray Como tema debate de indudable actualidad, reproducimos la carta del ministro de Cultura de España, José Manuel Rodríguez Uribes, y la contestación a la misma de José Ramón Recuero Astray, escritor y abogado del Estado. El ministro de Cultura don José Manuel Rodríguez Uribes ha publicado en el diario digital El Español, el día 11 de enero de 2021, una carta que ha remitido como secretario de laicidad de su partido con el título La laicidad, “religión de la libertad”. Dado lo controvertido del asunto, y que ha hecho público tal escrito destacando su posición como ministro de Cultura, tras agradecerle la claridad con que expone sus ideas yo quiero transmitirle también públicamente las mías. Son fruto de muchas lecturas, reflexiones, conversaciones y vivencias, y sobre todo de mi preocupación por mejorar nuestro querido país. Usted, señor ministro, califica en el mismo título de su carta la laicidad como una religión, y hace bien, pues es eso, una religión, una y otra vez nos lo aseguran sus apologistas como Hume, Kant, Compte, Schopenhauer y, sobre todo, Rousseau: su famoso libro El contrato social termina con un capítulo titulado De la religión civil. Ahí está todo, desde una profesión de fe puramente civil hasta los dogmas del laicismo, esos dogmas que según él fija el soberano y que los revolucionarios franceses pretendieron imponer a todos mediante la guillotina. A continuación escribe usted que «la laicidad es, en efecto la “religión de la libertad”», de manera que, escribe también, «la política de laicidad es indispensable para la democracia» y el Estado Laico es el único que hace posible la libertad y la autonomía moral. Eso dice. Usted propugna públicamente una religión para el Estado. ¿Es esto constitucional a la vista del artículo 16.3 de nuestra Constitución, que establece que ninguna confesión tendrá carácter estatal? ¿Lo es a la vista de la reiterada jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre la neutralidad del Estado en materia religiosa y moral? Francamente, y lo digo con pena y todo respeto, nunca pensé que un ministro de nuestra España democrática se atreviese a defender y promover una política basada en una concreta religión, con la intención además de imponer esa fe civil a todos mediante las leyes. Su propuesta me trae a la memoria a Franco y al Fuero de los Españoles, que calificó una determinada religión, en este caso la católica, como oficial del Estado. La diferencia es que ahora hablamos de la suya y de un Estado Confesionalmente Laico, que pretende erigirse como tal bien por la vía de la mutación constitucional (una más), bien y simplemente mediante hechos consumados (otra vez). Lo peor es que esta religión laica es intolerante además, tal como la diseñaron Morelly, Proudhon, Marx, Feuerbach y tantos otros, simplemente porque consideran que es la única religión verdadera. Esto Nietzsche lo dice a las claras cuando proclama que su nihilismo laico 1 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray tiene valor de verdad. De esta suerte, desgracia para muchos, el laicismo cae precisamente en aquello que según usted, señor ministro, pretende sanar, eso que al inicio de su escrito llama «monismo de valores, pretensión de verdad única o superioridad moral». Y de esta forma el laicismo deviene en lo que usted mismo escribe: «fanatismo, dogmatismo y ausencia de libertad». Lamentablemente en muchos momentos de la historia los gobernantes han intentado imponer a todos su religión, la única verdadera para ellos, lo que tampoco imaginaba yo es que ahora eso lo hicieran los partidos políticos. Estos se han convertido en facciones que tras unas elecciones que son como las saturnales romanas (en las que los señores jugaban a servir a sus siervos), utilizan los votos que han obtenido como si fuesen de su propiedad. Y así el partido o la coalición de partidos que resulta dominante tras las intrigas, cesiones y trapicheos post- electorales ocupa todos los centros de poder, todos, sin división de poderes (salvo en cierto modo, de momento, la judicatura), se convierte en el soberano en cuyos despachos y no en el Parlamento se manda y se toman las decisiones, manejando a su antojo una voluntad popular que se identifica con la de sus dirigentes. Y la utilizan a discreción pretendiendo imponernos a todos su visión parcial de la vida, bien claro lo proclaman los dirigentes de los partidos, ejemplo palmario de ello es la carta del señor ministro de Cultura que estoy comentando, carta que sigue la hoja de ruta marcada por el Libro blanco de la laicidad de 2007. La verdad es algo muy serio, el Estado (o quienes lo manejan) no se identifican con ella, a pesar de lo que haya dicho Hegel. ¿Cuál es la visión de la vida que nos quieren imponer ahora? El ministro lo dice claramente cuando escribe que «el ser humano es el centro del mundo y está centrado en el mundo, un antropocentrismo que empieza a defenderse a partir de 1492 y que forma parte esencial de los fundamentos filosóficos de la laicidad». La verdad es que no entiendo la referencia a esa fecha tan señalada, no creo que el antropocentrismo tenga nada que ver con el descubrimiento, ni con Luis Vives, que nació en 1492 y amaba a Cristo más que a su propia persona. Dejando esto aparte, la cuestión que se nos propone es simple: creer que el hombre de carne y hueso es dios… nada menos. Eso significa exactamente la palabra «antropocentrismo». Hay que reconocer que el culto al hombre es muy antiguo, comenzó con nuestros primeros padres, a los que la serpiente engañó prometiéndoles que serían como dioses conocedores del bien y del mal; siguió con los sofistas y los epicúreos; creció con el culto a la humanidad de Comte; aumentó con el materialismo contemplativo de Feuerbach −que repetía una y otra vez: «el hombre es dios para el hombre»−, el materialismo dialéctico de Marx y Engels y el absoluto de Nietzsche; y llega a nuestros días en forma de antropoteismo, como pone de manifiesto uno de los libros más vendidos actualmente, me refiero a Homo Deus de Harari, un profesor de 2 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray historia de Jerusalén. Es el nuevo credo. Absurdo. Las cosas no son así, señor ministro, ni usted, ni el lector, ni yo somos dios, no somos el ombligo del mundo, y eso por multitud de razones. El propio Harari reconoce que el homo sapiens ha perdido el control, es un dios autodestruido por los algoritmos y los ordenadores; y basta mirarnos a nosotros mismos, que con frecuencia lo embarullamos todo y somos una mezcla de racionalidad y necedad, Erasmo lo explica muy bien en su Elogio de la locura. Somos lo más noble y digno que hay en la tierra, pero no somos dios. Esto es un hecho empírico. Y si nos centramos en la política, que es lo que ahora nos interesa, eso que usted afirma ahora es muy, muy peligroso, todos hemos visto una y otra vez lo que ha traído endiosar al hombre (y con ello a la oligarquía dominante): tiranía y guerra. Desaparecidos de la escena pública un Dios transcendente y la ley natural, el hombre es un dios que hace lo que le da la gana, su única ley es su voluntad, Nietzsche lo explicó muy bien antes de pasar diez años en el manicomio. Y dado que, como es lógico, esta religión civil del laicismo se refleja en nuestra vida social y política, el resultado es claro: un hombre que ha dado la espalda a Dios asume por su cuenta el gobierno del mundo, y así el poder se convierte en el dios de tal mundo. Es decir, el Estado se convierte en un dios social, un Leviatán, un Estado-dios que, a imagen y semejanza del hombre-dios, también hace lo que le da la gana, su única guía es su voluntad, a la que eufemísticamente llama voluntad popular. Sin nada que limite al Estado, sin leyes naturales que observar, los que mandan tienen plenitud de potestad y mangonean todo lo nuestro, nuestras vidas, nuestras libertades y nuestros bienes. Lo cual es una faena pavorosa a la que Ortega llamó politicismo integral: prohibido todo aparte, nada de tener opiniones propias, nada de discrepar, estamos encerrados en la cárcel del pensamiento único y Leviatán (el Estado) nos ordena lo que debemos hacer, decir, y en ocasiones hasta pensar. Así funcionaron el socialismo científico de Stalin y el nacional socialismo de Hitler, quienes gobernaron a modo de dioses en la tierra, destrozando lo más humano en nombre de nuestra liberación. Y sobre esta misma base antropoteista ahora los partidarios del socialismo democrático quieren hacer ingeniería social con todos nosotros, «hacer pedagogía» dice el ministro en su escrito, y ello desde la más tierna infancia (véase la reciente reforma educativa), también supuestamente para liberarnos de mitos y supersticiones. Pero el hecho es que la estupenda (y supuesta) gran libertad individual que nos promete el laicismo, lleva necesariamente a una férrea (y real) sujeción social. Yo amo profundamente la libertad, la suya, la mía y la de todos. Por eso me gusta pensar y decidir por mí mismo. Usted afirma en su carta, señor ministro, que lo que define a la laicidad es «el reconocimiento a todos los seres humanos de la capacidad de pensar (sapere aude) y de decidir por sí mismos, sin andaderas ni paternalismos injustificados»: 3 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray por eso precisamente le ruego, por favor, le suplico, que no intente hacerme libre imponiéndome su idea de mi libertad. La libertad es lo más preciado e íntimo que tenemos, después de la vida, el don más sagrado que reside en lo más profundo de nosotros mismos, de nuestra alma. ¿Qué quiere, establecer un Ministerio de las Almas como en otro tiempo se implantó en Francia? ¡Por favor, no me libere!, déjeme como estoy. No me ponga andaderas ni sea paternalista, recuerde que para el ilustrado Kant (al que me encanta leer), el Kant que proclamó sapere aude, el Estado paternalista que trata a los ciudadanos como niños es el más despótico de todos ya que comunidad política no supone comunidad ética, nadie puede pretender hacerme feliz contra mi voluntad sin cometer una injusticia para conmigo. Eso dice Kant, y dice bien. Ciertamente usted dice en su papel que «la libertad no admite injerencias injustificadas del Estado», pero igualmente afirma que, dado que la laicidad es la única religión posible en democracia, sólo deben gobernar «unas leyes necesariamente civiles». Es decir, las suyas. En el Estado Laico ya no hay una moral que limite al poder cuando dicta sus leyes, ni siquiera una consensuada por ciudadanos libres e iguales. ¿No lo ve?, la imposición del relativismo es el caldo de cultivo del totalitarismo: si no hay un orden de exigencias morales al que apelar, el poder se auto-constituye como fuente de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, me impone sus valores (en este caso laicos) aunque discrepen de los míos, lo hace utilizando un positivismo jurídico que es cementerio de la libertad. Esas leyes que usted y sus compañeros disparan a discreción basadas en un antropoteismo en el que yo no creo, limitan cada vez más y más mi libertad y la de muchos ciudadanos, olvidando que como señaló Montesquieu las leyes deben adaptarse a la naturaleza de las cosas y no al capricho del legislador. Un mundo en el que los que mandan tienen que crear la justicia por sí mismos es un mundo sin esperanza: nadie puede garantizar que el poder no siga disponiendo de todo lo nuestro, empezando por nuestra libertad. Sé lo que me replica, lo dice en su carta: hay que «asumir sin confusiones ni reduccionismos la moderna separación entre Ética pública y Ética privada, entre Política y Religión, entre Derecho y Moral. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Si cumpliera esta propuesta dejaría fuera de la política la laicidad, que según vimos es una religión. Dejando aparte esta incongruencia, lo malo es cuando el César se queda con todo. Lo hace cuando se convierte en única fuente de moral para todos. A esta propuesta de separación entre Ética pública y Ética privada se me ocurre contestar lo mismo que Hamann contestó a Kant: la distinción entre el uso público y el uso privado de la propia razón (y de la ética), es tan cómica como la de Flögel entre lo digno de risa y lo risible. ¿Para qué me sirve el traje de fiesta de la libertad de conciencia y la autonomía, si en público tengo que llevar el delantal de la esclavitud y la 4 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray heteronomía? La voluntad del Estado plasmada en sus leyes no es origen de la moral. El propio Cicerón, al que usted cita como antecesor de la laicidad (sic), dijo, y lo creía, que la ley moral que rige el mundo procede de la Razón de Dios, jamás se le pasó por la imaginación que su república pudiera estar gobernada por el capricho de cónsules, senado y pueblo, me remito a su diálogo sobre la naturaleza de los dioses, donde se aprecia su vena estoica. De manera que libertad y ley moral se necesitan mutuamente, son como dos caras de una moneda, esto lo ha mostrado muy bien Kant en su Crítica de la razón práctica. Hay otro hecho empíricamente verificable: la historia nos muestra que los Estados que han sido auténticamente democráticos y han progresado en paz y libertad han sido aquellos que han llevado a cabo una política contando con Dios, la ley moral y la libertad religiosa. Recogeré algunos ejemplos: la Ley Celeste era la guía de los romanos según constató Cicerón, Polibio llegó a decir que lo que sostuvo e hizo grande la república fue una cosa que entre los demás pueblos ha sido objeto de mofa: la religión. Vitoria, Mariana y Suárez tenían una concepción democrática del poder porque lo basaban en la ley moral procedente de Dios, si no existiera, escribió el gran demócrata Mariana, ¿qué fuerza tendrían los contratos, las promesas, las relaciones entre los hombres? Nadie negará que la Constitución de Inglaterra asentó la democracia real, y esta Constitución tan democrática estaba fundamentada en Dios y su ley natural, desde su mismo comienzo, Locke, Blackstone, Burke y Smith lo han dicho claramente, Locke llegó a asegurar que prescindir de Dios aunque sea sólo en el pensamiento lo disuelve todo (el Parlamento inglés, cuna de los modernos parlamentos democráticos, no se consideraba constituido hasta que se habían rezado unas oraciones: artículo 128, antiguo 107, del reglamento de la Cámara de los Comunes). También los colonos norteamericanos apelaron contra los abusos del poder ante el Dios de los Cielos, Juez Supremo del Mundo según ellos, protector de sus derechos y libertades naturales. Y en base a ello aprobaron una Constitución, la de los Estados Unidos, que ¿no es democrática? Creo que sí, que lo es, Jefferson la redactó para impedir la tiranía del poder asentando la democracia en las leyes establecidas en la naturaleza. Y, en fin, la famosa y admirada Constitución de Cádiz comienza su Preámbulo diciendo: «En nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Autor y Supremo Legislador de la sociedad…». Acaso por todo esto Gustavo Bueno, partidario del materialismo filosófico, escribe en su libro La fe del ateo lo siguiente: «El Estado sí necesita tener en cuenta a Dios, es decir, al Dios de las religiones positivas, para llevar a cabo sus cálculos políticos. La tesis teórica de un Estado laico o aconfesional, que se declara ignorante de todo componente religioso, es una de tantas ficciones de las constituciones laicas del presente, pero no es una tesis real ni defendible». De manera que sí, señor ministro, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. 5 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray Sin duda la democracia es la mejor forma de gobierno, dado que por naturaleza el poder político reside en todos los hombres y mujeres de la comunidad, en todos nosotros, los ciudadanos. Quizá por eso Chesterton dijo que la maquinaria del voto es profundamente cristiana, pues es un intento de averiguar la opinión de aquellos que están marginados o son demasiado modestos para darla. La clave, el fundamento de la democracia es contar con todos y cada uno, ese es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Precisamente por esa razón, y en contra de lo que usted escribe, señor ministro, la laicidad no es algo indispensable para la democracia. Al contrario. Pues no se trata de imponer a todos una determinada forma de pensar (por ejemplo, el laicismo), sino de entre todos (sin excluir a nadie, crea en lo que crea) dialogar para llegar a normas éticas y jurídicas comunes que nos permitan convivir en paz, libertad y armonía. Como ve estoy hablando de una democracia real y auténtica, no de un simulacro de democracia en el que la mayoría de los ciudadanos somos meros espectadores de lo que hacen y dicen los dirigentes de los partidos políticos, una oligarquía que ocupa el Estado, concentra todo el poder y somete todo a su capricho. Precisamente para evitarlo, el uso del poder que en una democracia representativa transferimos a nuestros representantes (fíjese bien: transferimos su mero uso, pues siempre la roca, el soberano, el titular del poder es el pueblo) debe ser siempre limitado, y quien abusa de él haciendo lo que le viene en gana se convierte en un tirano, en tiranía democrática si hay democracia (me remito a las Notas sobre Virginia de Jefferson). Y lo que en mayor medida lo limita son las leyes morales, que existen y son la estrella polar de las leyes positivas. No somos ángeles, también en política hay que ocuparse de lo honesto, esto es lo que hace que un Estado sea un auténtico Estado de Derecho, lo explica muy bien Carnelutti en un bello libro titulado El arte del Derecho. Y ya antes había dicho Solón que es mayor crimen falsificar leyes que falsificar moneda. Yo no quiero imponer a nadie mi religión ni mi moral, pero tampoco quiero que otros me impongan las suyas como si fuesen las únicas verdaderas. Soy totalmente partidario de la libertad, incluida por supuesto la libertad religiosa, que para mí es esencial. Como ve propongo un diálogo sincero y abierto entre todos, entre libres e iguales, para consensuar normas morales y jurídicas comunes. Pues aconfesionalidad no es amoralidad. Y dialogando digo que creo en la vida, en toda vida, y que por eso la defiendo. Digo también que espero y deseo para todos una buena muerte (hay ejemplos admirables), pero rechazo la pena de muerte, y por tanto rechazo que el Estado se dedique a matar a sus ciudadanos. El Estado no puede disponer de la vida de sus miembros, lo ha reiterado el Tribunal Constitucional y es de humanidad y sentido común, aunque el que va a morir o sus familiares se lo pidan (¿y si le piden que le saquen un ojo o le corten una mano?). Pues eso precisamente es lo que hace mediante 6 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray la eutanasia de la que se afana ahora usted, señor ministro, como si implantarla (sin diálogo previo alguno) fuese un gran logro. Escribe en su carta que la nueva ley sobre la eutanasia «facilitará, con todas la garantías, el ejercicio efectivo de la autonomía moral, de este derecho fundamental». ¿No sabe que la Constitución en su artículo 15 consagra el derecho a la vida, no a la muerte? Morir no es un derecho, es una obligación de todo mortal. Si lo que se quiere decir es que hay derecho a elegir la forma y el momento de la muerte, eso evidentemente es parte de nuestra libertad individual. Cada uno es libre de matarse donde y cuando quiera. Pero si, insistiendo en pedir, lo que se dice es que el Estado, la sociedad, el vecino y el médico deben cooperar para que el titular muera cuando y como quiera, se está confundiendo la libertad individual (querer) con el derecho subjetivo (poder reclamar legalmente algo frente a otro). No todo aquello para lo que somos libres hace nacer un derecho subjetivo, y menos frente al Estado. Y menos aun cuando lo que se pide está mal, no bien, se opone al primer derecho fundamental y subjetivo, que es el derecho a la vida, y contradice el fin de la medicina, que es curar, no eliminar al paciente. ¿No sabe, señor ministro de Cultura, lo que desde hace años sucede en Holanda, ejemplo paradigmático? No se engañe, es otro hecho que en una especie de pendiente resbaladiza la dinámica de matar puede controlarse al comienzo, pero nadie sabe como será el final, pues si se admite que una persona mate a su semejante porque éste lo quiere inevitablemente se acaba asesinando sin el consentimiento de la víctima. Abierta la caja de Pandora la vida ya no tiene valor en sí misma, respetarla es una cuestión de grado (hasta dónde puede respetarse), no de esencia (toda vida es un bien a proteger), y ya se sabe, quien juega con fuego termina quemándose. ¿Es esto progreso? ¿Es respeto a la dignidad humana? Cierro este apartado con una cita de un viejo maestro al que el profesor Peces Barba (que, por cierto, fue profesor mío) invistió doctor honoris causa por la Universidad Carlos III. Me refiero a Norberto Bobbio, quien entrevistado dijo: «me sorprendo de que los laicos dejen a los creyentes el privilegio y el honor de afirmar que no se debe matar». Yo también, también me sorprendo. Acabo, señor ministro. Todo lo aquí dicho lo digo con la pretensión de buscar lo mejor para nuestro país, por supuesto con todo respeto a sus opiniones. Espero no haberle distraído mucho de sus ocupaciones y no haberle molestado, no era mi intención. Igual que usted deseo que «todos seamos libres en un mundo pacífico, próspero y sostenible». También quiero ser dueño de mí mismo, en lo humanamente posible, sobre la base de una filosofía «abierta, progresista e integradora». Por eso mismo reitero que, por favor, no nos encierre a todos en la cárcel del pensamiento único. No nos quite nuestras utopías alegres y esperanzadoras de libertad, igualdad y gobierno del pueblo, ese que Lincoln diseñó en su discurso de Gettysburg. No nos las quite 7 / 8 Phoca PDF La laicidad, ‘religión de la esclavitud’ Publicado: Lunes, 25 Enero 2021 01:24 Escrito por José Ramón Recuero Astray prometiendo tristes utopías libertarias que son imposibles, pues los hechos muestran que han fracasado estrepitosamente, causando además graves estragos. Esto lo explican muy bien los miembros de la Escuela de Frankfurt Horkheimer y Adorno en su libro Dialéctica de la ilustración, que es un canto fúnebre al laicismo: la ilustración que lo trajo, dicen, se ha autodestruido víctima de sus propios errores, ha hecho trizas los valores que defendía, se ha convertido en mitología totalitaria que aplasta y esclaviza al hombre, y ha desembocado en Auschwitz. Con meridiana claridad escribe Lyotard en su libro La postmodernidad que «el proyecto moderno no ha sido abandonado ni olvidado, sino que ha sido destruido, liquidado». En resumidas cuentas, por favor, no nos imponga una laicidad que más que “religión de la libertad” es “religión de la esclavitud”. Gracias por su atención. José Ramón Recuero Astray Autor de ‘La Cuestión Política’ (Aranzadi) Instituto de Estudios de la Democracia CEU Fuente: institutodemocracia.ceu.es