sábado, febrero 27, 2021

Quinto Domingo de San José.

 


Meditaciones: 5º domingo de san José

Quinta reflexión para meditar durante los siete domingos de san José. Los temas propuestos son: José acoge los planes divinos; descubrir a Dios en la realidad diaria; la coherencia del modo de hacer de Dios.

MEDITACIONES
Opus Dei - Meditaciones: 5º domingo de san José

José acoge los planes divinos

Descubrir a Dios en la realidad diaria

La coherencia del modo de hacer de Dios


LA VIDA ORDINARIA está llena de ocasiones y decisiones que marcan un determinado rumbo, y algunas de ellas tienen una importancia trascendental para nuestro futuro. Si habitualmente necesitamos ponderar las cosas en la presencia de Dios, con mayor motivo en esas situaciones especiales. «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu esposa» (Mt 1,21), dijo el ángel al patriarca. El evangelio de san Mateo nos dice que José ponderó en su oración lo que sucedía para ver de qué manera actuar. Eso hace posible que se nos presente «como figura de varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María. Y, en su duda de cómo hacer lo mejor, Dios lo ayudó a optar iluminando su juicio»[1].

Santa María concibió a Cristo por la fe, pues acogió los planes del Señor, creyó que se cumplirían las palabras dichas por el ángel. Podemos aplicar el mismo razonamiento a san José, quien acogió también lo que le fue comunicado de parte de Dios. El santo patriarca se fio de aquellas palabras y se implicó personalmente en lo que le fue anunciado. Hizo suyo el plan de Dios confiando en que se trataba de algo bueno, no solo para la humanidad en general, sino también para sí mismo: se veía feliz en aquella historia; se había convertido en el plan que él deseaba llevar adelante. En el lenguaje común decimos que es «fiel» la reproducción de una obra de arte cuando refleja el proyecto original del artista. Pero Dios entra en relación con criaturas que poseen una auténtica libertad; el arte, entonces, está en aprender a lo largo de nuestra vida a acoger sus planes y en reconocer en ellos una bondad para nosotros y para quienes nos rodean.

San José se desenvuelve en situaciones normales: en el trabajo, en la familia, en la vida ordinaria... y allí es donde aprende a acoger y a hacer vida el don de Dios. Esta actitud es necesaria para todos los cristianos. Al santo patriarca podemos pedirle que renueve nuestra mirada y nuestro corazón para tener la frescura de abrirnos a los dones y planes divinos.


TODOS ESTAMOS llamados a formar hogares que, imitando al de Cristo, abran sus puertas de par en par. Acoger es tener la valentía de recibir con ternura, reconocer lo bueno, promover, tener iniciativa, no resignarse a la comodidad de lo conocido ni ceder a la pasividad. Acoger es tener una disposición habitual de estar siempre abierto a las necesidades de los demás. José «es un protagonista valiente y fuerte. La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo»[2]. El santo patriarca es un hombre fiel que se abre, en primer lugar, a la voz de Dios. Pero también acoge el claroscuro de la historia en la que se ve inserto, acoge los desafíos que el mundo y las personas que le rodean plantean a su misión. «El realismo cristiano, que no rechaza nada de lo que existe, vuelve una vez más. La realidad, en su misteriosa irreductibilidad y complejidad, es portadora de un sentido de la existencia con sus luces y sombras. Esto hace que el apóstol Pablo afirme: “Sabemos que todo contribuye al bien de quienes aman a Dios” (Rm 8,28). Y san Agustín añade: “Aun lo que llamamos mal”. En esta perspectiva general, la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste»[3].

A san Josemaría le gustaba fijarse en que san José busca continuamente la mejor manera de cumplir los planes divinos, que han pasado también a ser los suyos; «coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana. Cuando vuelve de Egipto oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá. Ha aprendido a moverse dentro del plan divino y, como confirmación de que efectivamente Dios quiere eso que él entrevé, recibe la indicación de retirarse a Galilea»[4]. En nuestro camino por llevar adelante la misión que Dios nos ha encomendado tendremos tanto avances como retrocesos. Pero también en los momentos que pueden parecer malos podemos descubrir la voz de Dios que nos consuela, nos instruye y nos ilumina. «Acoger la vida de esta manera nos introduce en un significado oculto. La vida de cada uno de nosotros puede comenzar de nuevo milagrosamente, si encontramos la valentía para vivirla según lo que nos dice el Evangelio. Y no importa si ahora todo parece haber tomado un rumbo equivocado y si algunas cuestiones son irreversibles. Dios puede hacer que las flores broten entre las rocas»[5].


«MIRAD CUÁL es el ambiente donde Cristo nace –nos sugería san Josemaría–. Todo allí nos insiste en esta entrega sin condiciones: José –una historia de duros sucesos, combinados con la alegría de ser el custodio de Jesús– pone en juego su honra, la serena continuidad de su trabajo, la tranquilidad del futuro; toda su existencia es una pronta disponibilidad para lo que Dios le pide (...). En Belén nadie se reserva nada. Allí no se oye hablar de mi honra, ni de mi tiempo, ni de mi trabajo, ni de mis ideas, ni de mis gustos, ni de mi dinero. Allí se coloca todo al servicio del grandioso juego de Dios con la humanidad»[6]. Para poder acoger la realidad y a las demás personas tal como lo hizo el santo patriarca, necesitamos abandonarnos en la seguridad de Dios antes que en la nuestra; así nos dispondremos a aprender de todos y de todo, también de nuestros errores, porque detrás siempre descubriremos un susurro divino. «La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge. Solo a partir de esta acogida, de esta reconciliación, podemos también intuir una historia más grande, un significado más profundo»[7].

San José no desoyó el anuncio del ángel y se puso en camino hacia los que le parecían mejores lugares para Jesús; tampoco discutió con su esposa sobre cuál debía haber sido su reacción cuando supo que iba a dar a luz un hijo. Al buscar posada para el Niño que iba a nacer, san José no se lamentaba en cada lugar en el que no podían quedarse, y tampoco quiso quedarse por terquedad en Belén, ante la amenaza de Herodes, por más injusto que fuese tener que emprender camino hacia Egipto. En cada uno de estos acontecimientos, san Josemaría nota que el santo patriarca «aprendió poco a poco que los designios sobrenaturales tienen una coherencia divina, que está a veces en contradicción con los planes humanos»[8]. Por esto, necesitamos pedir la sabiduría del padre terreno de Jesús para aprender a comprender esa lógica divina; y así acoger, como venidos de Dios, a las personas y los eventos que nos rodean.


[1] Francisco, carta apostólica Patris corde, n. 4.

[2] Ibíd.

[3] Ibíd.

[4] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 42.

[5] Francisco, carta apostólica Patris corde, n. 4.

[6] San Josemaría, Carta 14-II-1974, n. 2.

[7] Francisco, carta apostólica Patris corde, n. 4.

[8] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 42.

Qué es el Opus Dei.

 

Pero, ¿qué es el Opus Dei?

¿Qué significa “Opus Dei”? ¿Qué es ser del Opus Dei? ¿Las personas del Opus Dei se pueden casar? ¿Cómo viven su vida cristiana? ¿Qué rezan? ¿Cómo "santifican el trabajo"? ¿Cómo puedo saber más? Respondemos a las preguntas que nos plantean con más frecuencia.

ÚLTIMAS NOTICIAS

“Opus Dei” significa “Obra de Dios” en latín. Es una institución jerárquica de la Iglesia católica, una prelatura personal, que tiene como finalidad contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia. Concretamente, se propone difundir una profunda toma de conciencia de la llamada universal a la santidad y del valor santificador del trabajo ordinario. El Opus Dei fue fundado por san Josemaría Escrivá el 2 de octubre de 1928.

“El Opus Dei -explica en una entrevista su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer- se propone promover entre personas de todas las clases de la sociedad el deseo de la perfección cristiana en medio del mundo. Es decir, el Opus Dei pretende ayudar a las personas que viven en el mundo —al hombre corriente, al hombre de la calle—, a llevar una vida plenamente cristiana, sin modificar su modo normal de vida, ni su trabajo ordinario, ni sus ilusiones y afanes”.

“Si se quiere buscar alguna comparación, la manera más fácil de entender el Opus Dei es pensar en la vida de los primeros cristianos. Ellos vivían a fondo su vocación cristiana; buscaban seriamente la perfección a la que estaban llamados por el hecho, sencillo y sublime del Bautismo. No se distinguían exteriormente de los demás ciudadanos”.


Para más información visita la sección con Preguntas más frecuentes, sobre esta institución de la Iglesia católica. También hay información sobre la prelatura del Opus Dei en el Glosario: El Opus Dei de la A a la Z.

Si tienes cualquier duda o quieres ampliar información escríbenos a info.es@opusdei.org

En Instagram nos hicieron multitud de preguntas que respondimos en este story.

Si tienes media hora puede ver un documental en el que se explica cómo vive su fe cristiana una persona del Opus Dei.

O si no dispones de tanto tiempo, te dejamos un vídeo más breve (2 minutos) en el que San Josemaría Escrivá resume el espíritu del Opus Dei: vivir acompañados por Dios las tareas de cada día. El Fundador fue canonizado por Juan Pablo II en 2002.


Artículo publicado originalmente en 2006.

Conversiones.

 


Regreso a Ítaca”, volver a creer a los 50

“Regreso a Ítaca” es un reportaje multimedia que recoge seis historias de personas en torno a los 50 años que, después de mucho tiempo sin práctica religiosa, han vuelto a la Iglesia.

EN PRIMERA PERSONA

Ítaca, isla del mar Jónico, es el símbolo del viaje del que vuelve a casa, el regreso de Ulises contado por Homero en La Odisea, el retorno a casa de un converso.

El reportaje multimedia “Regreso a Ítaca” recoge las palabras del papa Francisco, cuando señala que “Dios es un Padre que me ama y espera mi regreso”, e incluye los testimonios de Rosa, África, José, Ángel, María y Manuel, que cuentan sus itinerarios en relación a la fe y los momentos clave de su regreso a la Iglesia.

Lejanía, nostalgia, inflexión y regreso

Cuatro vídeos con los relatos de los protagonistas desgranan las fases de su conversión. Esos vídeos se han unido en un documental que dura 32 minutos.

Entre otras vivencias, Rosa explica que “yo lo hacía todo por cumplir, por quedar bien, me sentía obligada”, y ahora veo que “Dios me mide por lo que amo, no por lo que hago mal; sé que si caigo tengo una red, y no pasa nada”. Rosa dice que, tras un proceso nada fácil, “descorrí las cortinas de mi vida y entró la luz del sol”.

África recuerda que estuvo 20 años diciendo que no a Dios, y ahora, “veo que si vives cara a Él la vida es totalmente distinta, gira 180 grados”. José es artista y cuenta que “mi odio fue cediendo y se transformó en indiferencia, ahora veo que mi proceso interior es un milagro”.

La vida de Ángel, ya rehabilitado y con trabajo, ha estado llena de dificultades: “Me refugié en las drogas, sin saber que iba directamente a refugiarme en el infierno”, mientras que María dejó de rezar “porque no se cumplía nada de lo que pedía”. Por su parte, Manuel, médico, pensaba que la Iglesia era perniciosa y que era imposible conciliar la fe y la ciencia. “Ahora, dice, me siento identificado con el hijo pródigo, nadie me echó en cara nada”, concluye.

Historias muy intensas de conversiones

Aunque hoy muchas personas se declaran agnósticas, otras vuelven a la Iglesia después de muchos años. De repente, algo cambia en sus vidas. Son historias muy intensas, a partir de vivencias fuertes o sucesos más corrientes pero que suponen un punto de giro en la existencia.

El reportaje multimedia se amplía con la historia de cada uno de los personajes: Rosa, África, José, Ángel, María y Manuel. En el apartado “Los hijos de Ítaca” se ha querido incluir sus vivencias en formato audio, porque es un modo muy íntimo de contar una historia. También se han agrupado los audios en el canal de SoundCloud.

viernes, febrero 26, 2021

Nueve años, de la marcha a la casa del Padre, del aita y aitona.

 







Ha fallecido a las 14.45 nuestro padre, aitatxo y abuelo queridísimo. Al que pase por aquí le pedimos oraciones, si es sacerdote un memento en la Misa. Con la certeza de que le habrá dado un abrazo a Dios , a la Virgen y a quienes amó en la tierra y le esperaban.


Oración muy querida de Daniel , padre y abuelo.


Poema del día: “Estate, Señor, conmigo…”, de Fray Damián de Vegas (España, siglos XVI-XVII)
Estate, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;
porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.
Llévame en tu compañía,
donde tu vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;
si tú, vida no me das,
yo sé que vivir no puedo
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.
Por eso, más que a la muerte,
temo, Señor, tu partida
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte,
pues la inmortal que tú das
sé que alcanzarla no puedo
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas.

jueves, febrero 25, 2021

¿Santo y suizo?

 


Las raíces familiares del compromiso social de Toni Zweifel

Toni Zweifel aprendió de su familia y del fundador del Opus Dei a armonizar el ideal cristiano con la santificación del trabajo profesional y el cuidado de los más necesitados. Fue un pionero en el campo de la cooperación para el desarrollo.

RELATOS Y FAVORES
Opus Dei - Las raíces familiares del compromiso social de Toni Zweifel"Ricamificio Automatico", la fábrica textil del abuelo y del padre de Toni

Toni procedía de una familia de empresarios. Su abuelo, Federico Zweifel, dejó su casa en el cantón suizo de Glarus poco después de terminar su aprendizaje y encontró empleo en la industria textil en Capriolo, en el norte de Italia.

En 1902, con sólo 24 años, tomó las riendas de una fábrica en dificultades en la provincia de Bérgamo y la llevó a un nuevo apogeo. En 1924 fundó su propia empresa textil en San Giovanni Lupatoto, cerca de Verona, una fábrica de bordados automáticos llamada “Ricamificio Automatico”.

Federico Zweifel, el abuelo de ToniFederico Zweifel, el abuelo de Toni

En 1948 su hijo Giusto, el padre de Toni, se hizo cargo de la empresa que entretanto se había convertido en una de las empleadores más importantes de la ciudad. Más tarde Giusto fundó otras compañías, algunas de ellas en Suiza.

El joven Toni pudo observar lo que significaba fundar y dirigir una empresa. Aunque su pasión profesional era la ingeniería, estas experiencias le procuraron sin duda un sentido de la iniciativa empresarial. Esto le sería útil más tarde de manera inesperada.

TONI SE CONVIRTIÓ EN UN PIONERO EN EL CAMPO DE LA COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO

En 1972, cuando creó una fundación benéfica de alcance internacional, se inspiró en el espíritu de santificación del trabajo y de magnanimidad que había aprendido del fundador del Opus Dei, como estaba ya haciendo como ingeniero. Pero también le ayudó el espíritu emprendedor que había respirado, por así decirlo, en su casa.

Su obra de caridad cristiana no sólo se inspiraba en la buena voluntad y una alta convicción ética, sino que también tenía en cuenta los principios de la economía y de las finanzas. Toni se familiarizó con esta área en muy poco tiempo, lo que resultó ser un factor decisivo para el éxito duradero de su fundación. Se convirtió en un pionero en el campo de la cooperación para el desarrollo.

Los padres de Toni, Giusto y AntoniaLos padres de Toni, Giusto y Antonia

Por otra parte, no sólo su gestión exitosa, sino también su sensibilidad social y su motivación tenían raíces familiares. De hecho, los Zweifel se caracterizaron por su beneficencia. El abuelo Federico se esforzó por la educación humana y moral de sus empleados, en su mayoría mujeres, y se aseguró de que pudieran vivir en condiciones dignas.

SE INSPIRÓ EN EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN DEL TRABAJO Y DE MAGNANIMIDAD QUE HABÍA APRENDIDO DEL FUNDADOR DEL OPUS DEI

Su hijo mayor, homónimo y primer sucesor, fue Presidente de la Cruz Roja en Verona durante la guerra y apoyó generosamente a innumerables personas que habían caído en la pobreza extrema.

El hijo menor, Giusto, que dirigió la empresa tras la muerte de Federico hijo, mantenía una relación cálida, casi amistosa, con los 250 empleados y los conocía a todos por su nombre. También era conocido por su generosidad. Una vez, aunque no era católico, costeó una operación de ojos en Zúrich al sacerdote de su ciudad.

Algunos familiares de Toni en la conmemoración del 30° aniversario de su fallecimiento en la Fundación Limmat Algunos familiares de Toni en la conmemoración del 30° aniversario de su fallecimiento en la Fundación Limmat

A otro sacerdote, que estaba enfermo en un pueblo de montaña, le hizo instalar un teléfono para poder hablar con él diariamente; más tarde lo envió a una clínica para que se tratara de una enfermedad. Este interés por el bienestar de los empleados se transmitió a la hermana de Toni, Anna Rosa, que se hizo cargo de la empresa después de la muerte de su padre, Giusto.

Toni continuó así la tradición tanto empresarial como social de su familia. Sólo que él las combinó de una manera completamente nueva. Si sus antepasados eran “empresarios benefactores”, él se convirtió en un “benefactor empresarial”.

SE ESFORZÓ POR PROMOVER UNA MENTALIDAD PROFESIONAL, INCLUSO EMPRESARIAL, ENTRE LOS PROPIOS NECESITADOS

Armonizó el ideal humanístico cristiano con la profesionalidad económica, haciéndolo altamente efectivo. Esto se reflejó particularmente en sus esfuerzos por promover una mentalidad profesional, incluso empresarial, entre los propios necesitados. Así, estos estaban en condiciones de ganarse la vida y la de su familia, y también de transmitir sus conocimientos a otros necesitados.

Con su profesionalidad humanitaria de inspiración cristiana, Toni ha ayudado a innumerables personas a vivir una vida mejor y más digna. Al mismo tiempo, ha creado un monumento duradero y con repercusión mundial a la familia Zweifel.

Feminismo de luxe.

 




miércoles, febrero 24, 2021

Un poco idiota todo, no ??

 




Historias de la KGB.

 


El agente de la KGB y el ingeniero

Durante los años 70, Salvatore, un ingeniero italiano que acababa de conocer a san Josemaría, vivió una aventura digna de una novela de espías.

EN PRIMERA PERSONA
Opus Dei - El agente de la KGB y el ingeniero

En medio de la Guerra Fría, dentro de un palacio en Viena, se sientan dos delegaciones de científicos, una de los Estados Unidos y la otra de la Unión Soviética. Alrededor de ellos hay investigadores europeos, diplomáticos y agentes encargados de promover los intereses de sus respectivas facciones políticas. Se trata de una reunión del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas, fundado en 1957.

Durante un descanso, un agente ruso se acerca a un joven ingeniero italiano y se dirige a él como “Zalvatore”. ¿Cómo sabía el agente ruso el nombre del ingeniero, que asistía a la reunión por primera vez y no conocía a nadie allí? Para eso tenemos que retroceder unos años.

Su amistad con San Josemaría

Salvatore, nacido en 1941, fue profesor de hidráulica subterránea en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Calabria. Antes de convertirse en profesor trabajó en un laboratorio de investigación del Comité Nacional para la Energía Nuclear, que en 1982 se convirtió en el Comité para la Energía Nuclear y las Energías Alternativas.

Supernumerario del Opus Dei desde 1967, en 1970 se casó con Franca, y dos días después de su boda tuvieron la oportunidad de conocer a san Josemaría. Varios años después tuvieron otra oportunidad de estar con él. En esa ocasión la esposa de Salvatore preguntó a al fundador del Opus Dei cómo podía rezar cuando los niños lloraban y gritaban. San Josemaría respondió que, para Dios, el llanto de los niños suena como la música de órgano que se toca en una catedral.

SAN JOSEMARÍA LE ACONSEJÓ QUE NO INTENTARA SER “PREDICADOR”, SINO QUE DIERA TESTIMONIO CON SU PROPIA ALEGRÍA DE HIJO DE DIOS

Salvatore también le preguntó sobre cómo hacer apostolado en el difícil entorno de la investigación universitaria, que durante esos años estaba profundamente afectado por ideologías opuestas a la cultura cristiana. El fundador del Opus Dei le aconsejó que no intentara ser “predicador”, sino que diera testimonio con su propia alegría de hijo de Dios.

Varios años después, San Josemaría recibió una carta de Salvatore con la noticia del fallecimiento de su primera hija. Salvatore le dijo que ofrecía todo su dolor por lo que entonces se llamaba la “intención especial” del Opus Dei (es decir, lograr el estatus jurídico adecuado para el Opus Dei en la Iglesia), y el fundador le respondió inmediatamente con una carta escrita a mano.

Salvatore y Franca, con sus hijos, en una foto de los años 90Salvatore y Franca, con sus hijos, en una foto de los años 90

Amistad con un agente de la KGB

Un día apareció en la oficina de Salvatore un investigador ruso, una persona con sólidas credenciales profesionales pero que, según Salvatore, en realidad intentaba crear una célula de la KGB soviética en su ciudad. “Me di cuenta enseguida de que su primer objetivo era que todos los investigadores de nuestro laboratorio se convirtieran en activistas de la CGIL (Confederación General Italiana del Trabajo, fuertemente influenciada por el Partido Comunista). Pero yo no estaba dispuesto a hacer esto”.

Cada mañana durante un mes, el investigador ruso se presentó en el laboratorio junto con una persona que parecía no tener interés en las discusiones científicas, y que pasaba el día leyendo el periódico. Era un funcionario del Partido Comunista Soviético, probablemente encargado de vigilar al investigador para que no intentara pedir asilo político.

LOS INVITÓ A AMBOS A ALMORZAR. “GRACIAS A DIOS TUVE LA OPORTUNIDAD DE HABLAR CON ELLOS SOBRE ALGUNOS TEMAS DE LA VIDA CRISTIANA”

Un día Salvatore los invitó a ambos a almorzar. “Gracias a Dios tuve la oportunidad de hablar con ellos sobre algunos temas de la vida cristiana”. Pero sus palabras no parecieron causarles mucha impresión.

El investigador ruso, que Salvatore pensaba que era un colaborador de la KGB, le hablaba todos los días de temas filosóficos relacionados con el marxismo. A pesar de esto, Salvatore y el investigador se hicieron buenos amigos, aunque algún tiempo después él y su “guardia” desaparecieron.

Vuelta al palacio vienés

Un poco más tarde, Salvatore se convirtió en el representante italiano de una comisión de estudio del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas sobre los efectos del desastre de Chernóbil en las aguas subterráneas. Y aquí es cuando nuestra historia regresa al palacio vienés, donde se reunieron los científicos rusos, americanos y europeos más importantes.

Salvatore asistió a una reunión de esta comisión de estudio. No conocía a ninguno de los participantes. Así que cuando uno de los rusos de allí se dirigió a él por su nombre, el joven ingeniero italiano se sorprendió. “Por la forma en que me miró, y por el hecho de que me había llamado por mi nombre, me quedó inmediatamente claro que sabía perfectamente quién era yo. Me miró atentamente con sus gélidos ojos azules. Creo que estaba tratando de decidir si todavía había una oportunidad de que yo me acercara a su lado. Después de unos segundos, me tendió la mano, como para felicitarme por la firmeza de mi negativa. Nos dimos la mano sin decirnos nada, y nunca nos volvimos a ver”.