sábado, diciembre 31, 2016

Feliz año.

Madre mía, gracias, perdón y ayúdame más!!!!! Año de nuestra redención 2016. Feliz año 2017.










De Old Chap.

Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.
Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.
En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendari,
aún sin estrenar, y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí,
encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos
a repartir felicidad.
Amén

sábado, diciembre 24, 2016

No te mueras con tus muertos, alza tu copa , es Navidad.


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Gentileza de Rosa Tejedor.



Tu propia muerte te asusta y la muerte de tus seres queridos te duele.
No voy a escribir una sola palabra para superar tu miedo o suprimir tu dolor, porque no tengo esa palabra mágica.
Tú verás como enfrentar tu propia muerte.
Yo solo quisiera compartir contigo algunas cosas simples, para que te duelas sanamente y hagas tu dolor más llevadero, ante la muerte de los tuyos. Y eso es todo.
Que te duelas, dije, sanamente, a causa de tus muertos, que te deprimas un tanto y un tiempo, pero no que no puedas vivir, que te dejes morir porque murió tu madre, tu padre o tu hermano, tu esposa, o tu esposo, tu hijo o tu amigo… yo quisiera ayudarte si me es posible y si tu quieres, a que sufras sanamente, para segur viviendo; porque he visto a muchos MORIRSE CON SUS MUERTOS.
Tus muertos ya murieron, y en tu mente ya lo sabes, pero tu corazón necesita tiempo para saber y aceptar que ya partieron, por eso tu dolor resurge como nuevo, ante esa mesa familiar donde un lugar quedó vacío, en esa navidad donde alguien falta, en ese nacimiento sin abuelo, en ese año nuevo en que se brinda y alguien ya no levanta la copa…
Así es el corazón humano, siempre vive de a poco lo que la razón sabe de golpe.
¡Para la mente los muertos mueren una sola vez, para el corazón muere muchas veces…!
Resucitarán para ti…
Tus muertos resucitarán para ti, “para ti”…
Cuando hayas aceptado que “murieron para ti”; solo los recuperas en su regreso, cuando aceptaste su partida ¡no es posible la alegría del reencuentro sin sufrir el dolor de la despedida!
No te mueras con tus muertos; ¡llora la siembra de ayer con la esperanza puesta en la cosecha del mañana! acepta que la muerte de tus seres queridos te despierta mucha rabia, aunque sepas porque y aunque quieras sentirla.
Tu resistencia ante la muerte te hace revelarte, aunque no sepas del todo contra quien hacerlo… ¿Contra Dios…? ¿Contra tus muertos… porque te abandonaron? ¿Contra….?
No te mueras con tus muertos; ¡Déjalos dormir su tiempo como duerme la oruga en su crisálida, esperando la primavera para hacerse mariposa!
Dios no es menos Dios, más justo o más injusto, más bueno o más malo, cuando naces que cuando mueres.
O crees en el siempre, o no crees nunca; pero una cosa es creer en él y otra creer en tus explicaciones.
¡Ante la muerte se acaban tus explicaciones!
No te tortures sintiéndote culpable antes tus muertos ¡los muertos no cobran deudas!
¡Además, si hoy resucitaran, volverías a ser con ellos como fuiste!
¿O no sabías con certeza que un día iban morir?
No te mueras con tus muertos; muéstrales más bien, que como el árbol podado en el invierno lejos de morirte, retoñas vistiendo tu desnudez ¡devolviendo frutos por heridas!
Acepta y date cuenta, que tus muertos te plantean un serio desafío: el de tener una respuesta para el sentido de tu vida.
Porque mientras no sabes para que murieron, tampoco sabes para que vives tú.
¿O no piensas morir?
Ante tus muertos queridos, tu corazón tiene mil interrogantes y tu razón ninguna respuesta.
Resolverás mejor la cosa, cuando preguntes menos y aceptes más.
Las flores que regalas a tus muertos hablan de la vida y la esperanza.
También en tu corazón duermen la vida y la esperanza, esperando que tú las despiertes para segur viviendo esperanzado.
Parte del dolor que te golpea cuando despides a tus muertos, se debe a una pregunta que golpea en tu interior, interrogando por el sentido de la vida.
Si respondes de verdad, sincera y frontalmente, gracias a la muerte de tus muertos, tu vivirás más plena y auténticamente.
Autor: René J. Trossero

jueves, diciembre 22, 2016

Fecha para la elección del nuevo Prelado del Opus Dei.


http://opusdei.es/es-es/article/la-eleccion-del-proximo-prelado-del-opus-dei/

La elección del próximo prelado del Opus Dei comenzará el 23 de enero

El Congreso electivo que elegirá al prelado del Opus Dei se celebrará a partir del 23 de enero de 2017, en Roma. El nuevo prelado sustituirá en el cargo a Mons. Javier Echevarría, fallecido el pasado 12 de diciembre.

Opus Dei - La elección del próximo prelado del Opus Dei comenzará el 23 de eneroPapa Francisco: "Que nuestro corazón tenga el fuego de la caridad de Jesús, el Buen Pastor" (3 junio 2016).
Monseñor Fernando Ocáriz, vicario auxiliar de la Prelatura del Opus Dei, ha convocado a partir del próximo 23 de enero el Congreso electivo en el que se elegirá al próximo prelado. El anterior, Mons. Javier Echevarría, falleció el pasado día 12 en el hospital “Campus Bio-Medico” de Roma a causa de una insuficiencia respiratoria.
En el proceso electivo intervienen tanto mujeres como hombres y culmina con la confirmación de la elección por parte del Papa. La web del Opus Dei ofrecerá información actualizada sobre las diversas fases del Congreso (Leer: Elección y nombramiento del prelado del Opus Dei).
LA ELECCIÓN DEL PRELADO HA DE RECAER NECESARIAMENTE SOBRE UN SACERDOTE, CON CUARENTA AÑOS DE EDAD CUMPLIDOS, QUE SEA MIEMBRO DEL CONGRESO DE ELECTORES
La elección del prelado ha de recaer necesariamente sobre un sacerdote, con cuarenta años de edad cumplidos, que sea miembro del Congreso de electores y que lleve al menos diez años incorporado a la prelatura y cinco como sacerdote.
Los estatutos de la prelatura describen las diversas condiciones humanas, espirituales y jurídicas que ha de reunir el prelado, para garantizar el recto desempeño del cargo: en síntesis, ha de destacar en la virtud de la caridad, la prudencia, la vida de piedad, el amor a la Iglesia y a su Magisterio y la fidelidad al Opus Dei; poseer una profunda cultura, tanto en las ciencias eclesiásticas como civiles, y tener adecuadas dotes de gobierno pastoral. Son requisitos similares a los que exige el derecho canónico para los candidatos al episcopado.
Los fieles del Opus Dei que intervienen en el Congreso electivo –actualmente alrededor de 150– son sacerdotes y laicos de al menos 32 años de edad y que llevan incorporados a la prelatura un mínimo de nueve años. Han sido nombrados de entre los fieles de las diversas naciones en que el Opus Dei desarrolla su labor pastoral
El procedimiento electivo se inicia con una reunión previa del pleno del Consejo para las mujeres de la prelatura, llamado Asesoría Central, que tendrá lugar a partir del 21 de enero. Actualmente componen este Consejo mujeres de veinte nacionalidades diferentes. Cada una formula libremente una propuesta con el nombre o nombres de aquellos sacerdotes que valora como más adecuados para el cargo de prelado. Los miembros del Congreso, teniendo en cuenta esas propuestas, proceden luego a la votación. Una vez realizada la elección y aceptada por el elegido, este —por sí mismo o por medio de otro— ha de solicitar la confirmación del Santo Padre, que es quien nombra al prelado del Opus Dei.

lunes, diciembre 19, 2016

El caso Rita Maestre, una muy mala sentencia.


Que se presenten en la audiencia nacional en sujetador y gritando arderéis como en el 36!!!











http://www.elespanol.com/opinion/editoriales/20161216/178872113_14.html


La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que anula la condena a Rita Maestre por un delito de ofensa a los sentimientos religiosos es un grave error, pues viene a desproteger en la práctica una derecho fundamental como es el de la libertad religiosa.
Si entrar por las bravas en una capilla en la que hay feligreses orando, corear gritos contra el papa y la moral católica, leer un manifiesto en contra de la Iglesia, quedarse en sujetador y aplaudir el beso de dos lesbianas ante el altar no supone una ofensa a los sentimientos religiosos, se hace difícil imaginar qué podría llegar serlo.

¿UNA SIMPLE PROTESTA?

La sentencia argumenta que aun cuando el comportamiento de la concejal de Ahora Madrid pudiera ser considerado "una falta de respeto" no incluye el "componente de profanación exigible" para ser sancionado penalmente. También aduce que, en una sociedad democrática, "que dos jóvenes se desnuden no debe ya escandalizar a nadie".
Pero esta valoración del tribunal, que podría ser plausible si los hechos hubieran ocurrido en cualquier otro espacio, obvia que sucedieron en un templo religioso, y por tanto sagrado para los creyentes.
La sentencia convierte en una simple protesta lo que, a nuestro entender, es una clara ofensa, y al hacerlo banaliza un derecho fundamental amparado en la Constitución. Si Rita Maestre y quienes la acompañaban hubieran querido simplemente protestar en uso de su libertad de expresión, tenían mil formas de hacerlo sin tener que ofender a los creyentes allí donde practican su religión.

SE DESPROTEGE UN DERECHO

Pareciera, por todo ello, que los jueces que firman esta sentencia no han podido sustraerse a lo políticamente correcto, entendido aquí como la opinión de los sectores más movilizados de la sociedad. Su sentencia es, indirectamente, una incitación a que se interrumpan oficios religiosos de cualquier creencia y por doquier buscando cualquier coartada.
Los hechos protagonizados por Rita Maestre fueron una demostración de intolerancia contrarios a elementales valores democráticos. Al revocar su condena, la Audiencia Provincial desprotege penalmente y restringe un derecho básico.

jueves, diciembre 15, 2016

Matar la Navidad, de Pilar Rahola.




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Gobiernen y dejen en paz al personal !!!!
http://pazybien.es/matar-la-navidad/  Valiente y claro artículo de Pilar Rahola.
Aunque faltan días para la Navidad, el jaleo ya ha empezado y, como si fuera una fatídica maldición del calendario, llegan en tropel sus detractores, todos ellos dispuestos a matar la maléfica tradición cristiana, so pena de no ser progresistas. Es así como proliferan los comentarios contra la tradición católica en las esquinas de lo público, se guillotina al pesebre con “innovaciones” que parecen engendros infumables, y los hay que aseguran que la Navidad es un atentado a la multiculturalidad. Es decir, llega la Navidad y con ella, como en el anuncio, vienen a casa los fastidiosos justicieros de la laicidad.
Con ellos, si me permiten, llega mi artículo, que también es como el turrón, quizás porque mi amor por estas fechas es público y desinhibido.
Además, casi se ha convertido en un ritual personal, y los rituales, como aseguran los ingleses, son sagrados. Ritualizada, pues, aquí está mi defensa de la Navidad, del pesebre con pastoret y caganer, de los villancicos tradicionales y de la gran fiesta familiar que palpita a su alrededor. Primero, porque dos mil años de cultura no se pueden tirar por la borda por decreto, ni se puede jugar con las tradiciones ancestrales con tanta frivolidad. Si algo ha demostrado nuestro siglo es que se puede ser creyente, agnóstico, ateo o seguidor del culto a la col pero ello no impide celebrar unas fiestas ancestrales que conforman el ADN de nuestra identidad colectiva. Además, el espíritu católico que encierra la Navidad, más allá de su trascendencia religiosa, es un compendio de valores civiles que sería bueno que nos inspiraran un poco más. ¿Dónde está la maldad de apelar al amor, a la empatía con el prójimo, al compromiso social, a la familia? Muy al contrario, parecen valores muy necesarios en plena crisis social, pero los hay que defienden el proselitismo político pero no aceptan los altos ideales del legado cristiano.
Y, finalmente, la defensa de la identidad católica como clavo ardiente al que cogernos, en estos tiempos tan confusos. Si destruimos alegremente todas nuestras identidades, sin tener ninguna red que nos proteja, nos quedaremos a la intemperie y ni sabremos de dónde venimos ni quiénes somos. Por supuesto, la crítica a los abusos históricos de la Iglesia, en tanto que poder establecido, son pertinentes y necesarias, pero ello no tiene ­nada que ver con el menosprecio sistemático a las tradiciones católicas. Personalmente soy agnóstica, de tradición católica, y esa dualidad no sólo no es incongruente sino que me completa como persona. Y, sobre todo, explica mis orígenes y da sentido a mi identidad. La Navidad no sólo es una fiesta religiosa, es, también, un homenaje a la familia y a los valores que engloba. De manera que, si me permiten, que saquen sus patas de la Navidad todos estos justicieros.
Y, por favor, dejen de asustar a los niños con esos engendros de pesebre.

miércoles, diciembre 14, 2016

Ocáriz, vicario auxiliar de la Prelatura .

Obituario de Javier Echevarría, de Navarro Valls.










SEGUNDO PRELADO DEL OPUS DEI
La alegría de Javier Echevarría
Conocí a Javier Echevarría el verano de 1963,  en la Universidad de Navarra. Acompañaba   al fundador del Opus Dei – hoy san Josemaría Escrivá – y al hoy beato Alvaro del Portillo. Iniciaba yo mi tesis doctoral, después de licenciarme en la Universidad de Murcia.
En mi primer encuentro con él, me sorprendió gratamente  su buen humor – probablemente  heredado de su casticismo madrileño, donde nació  el 14 de junio de 1932 – y su estrecha unidad con el fundador del Opus Dei. De hecho,  era su secretario particular desde 1956, y hasta la muerte de san Josemaría (1975) lo acompañó habitualmente, también en sus giras pastorales por Europa y América.
 Volví a tener otra entrevista con mons. Echevarría -ésta sobre temas de derecho canónico, ya que él era doctor en Derecho canónico y en Derecho civil- en Roma hacia 1980. Su conversación seguía siendo chispeante y llena de intuiciones de notable altura, sencillamente expresadas.  Ahora era secretario general del Opus Dei, cargo que, en 1982,  se transformó en vicario general, al ser erigido el Opus Dei como prelatura personal. Tanto como secretario general como  vicario general, la misión que tuvo durante muchos años con san Josemaría se trasladó a la persona del nuevo prelado del Opus Dei, Álvaro del Portillo. Resultaba sorprendente la unidad que tuvo con ambos, lo que exige mucha ductilidad, gran calibre intelectual y espiritual, además de extrema humildad. Comprendía muy bien lo que decía Benedicto XVI: “la caridad es la vía maestra que da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y con los demás “.
La transformación del Opus Dei en prelatura personal  supuso para Javier Echevarría – como para todos los fieles de la Prelatura–  una sólida adaptación  de la realidad jurídica a la realidad vital. La pertenencia a la constitución jerárquica de la Iglesia de una prelatura erigida por la Sede Apostólica para la realización de una especial labor pastoral, no es porque sea una iglesia particular –que no lo es– sino porque teniendo el prelado, sea o no obispo, una potestad eclesiástica de jurisdicción ordinaria y propia, se inserta en la estructura jerárquica. Esa fue la tarea que cayó sobre sus hombros tras  la muerte de  Álvaro del Portillo, el 23 de marzo de 1994. Efectivamente, en abril de ese mismo año, mons. Echevarría, fue elegido -en primera votación-  prelado del Opus Dei. Juan Pablo II,  el 21 de ese mes de abril,  lo designó  prelado de la prelatura personal del Opus Dei,  y el 21 de noviembre, le nombró obispo.
Desde el primer momento, marcó como prioridades de su actividad la evangelización en los campos de la familia, la juventud y la cultura, y alentó numerosas iniciativas en favor de inmigrantes, enfermos y vulnerables. Personalmente  seguía muy de cerca  varios centros de cuidados paliativos para enfermos terminales. Al tiempo acentuó  la globalización apostólica  de la Prelatura, promoviendo el inicio estable de las actividades formativas en 16 países, entre otros, Rusia, Kazajistán, Sudáfrica, Indonesia y Sri Lanka, y viajó a los cinco continentes para impulsar la labor evangelizadora de los fieles y cooperadores del Opus Dei.
Destaca en su perfil la unión con el Papa. De hecho gozó de  la confianza continua de  tres Pontífices: Juan Pablo II, que lo ordenó obispo;  Benedicto XVI , del que recibió – entre otras-  la  alegría de bendecir una estatua de san Josemaría en la Basílica de San Pedro, junto a las otras 150  de santos de todo el mundo;  y el papa Francisco, que lo trató con especial confianza y cercanía. Es sintomática la prontitud de la reacción de Francisco en cuanto ha conocido la noticia del fallecimiento: inmediatamente llamó telefónicamente al vicario general, Mariano Fazio, para transmitirle sus condolencias y la seguridad de sus oraciones. Horas más tarde, envió  un afectuoso telegrama a Fernando Ocáriz, vicario auxiliar , dirigido a los fieles de la Prelatura. Entre otras cosas se lee : “Su paternal y generoso testimonio de vida sacerdotal y episcopal, a ejemplo de San Josemaría Escrivá y del Beato Alvaro del Portillo, a quienes sucedió al frente de toda esa familia . Entregó su vida en un constante servicio de amor a la Iglesia y a las almas “.
Javier Echevarría - ya lo he dicho- era hombre de notable buen humor. Pero en él, la alegría no era tanto un estado de ánimo cuanto una convicción, como si volviera sobre ella como una meta voluntaria cotidiana, algo distinto del puro talante festivo del simplemente chistoso. Pensemos en Francisco de Asís. La alegría – la “santa alegría” la llamaba- era una fuente que llegaba en sus raíces a la magnificencia de Dios . Algo similar ocurría con santa Teresa,  san Juan Pablo II y la Madre Teresa, por citar algunos ejemplos. Para Javier Echevarría la clave de la alegría era ser amigo de Dios, la convicción de que la alegría de servir a Dios es incompatible con el servicio a sí mismo.
Sus últimas palabras -a la pregunta del que lo acompañaba : ¿”Padre, está rezando”?-  fueron un susurro: “Estoy pidiendo por la fidelidad de todas y  todos”. Muy parecidas a las que solía decir a quienes en este último año, por uno u otro motivo, coincidíamos con él.
Ahora se abre un período electivo que se inicia con la designación del vicario auxiliar, dentro de un mes, del día en que se celebrará el Congreso electivo antes de tres meses. Los fieles electores irán a Roma con la misión de elegir al sucesor de los tres primeros presidentes o prelados que se han sucedido desde la fecha de fundación del Opus Dei (2 octubre 1928) hasta la muerte de mons. Echevarría. Las anteriores elecciones fueron serenas y tranquilas. Algo similar ocurrirá esta vez, sea cual sea el resultado de las votaciones.

Rafael Navarro-Valls
Vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España

(EL MUNDO, 14 diciembre 2016)

martes, diciembre 13, 2016

Reacciones de cariño y oración por el Prelado del Opus Dei.




Reacciones ante el fallecimiento del prelado del Opus Dei

El Papa Francisco, instituciones de la Iglesia, cardenales y obispos, e innumerables personas, han expresado su cariño, oración y cercanía ante el fallecimiento de Mons. Javier Echevarría.
DEL PRELADO
Opus Dei - Reacciones ante el fallecimiento del prelado del Opus Dei
• Telegrama del Papa Francisco por el fallecimiento del prelado del Opus Dei.
• Cardenal Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española "Él premiará sus grandes desvelos y trabajos por la Iglesia"
• Mons. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona El arzobispo de Barcelona reza por el alma de Mons. Javier Echevarría
Mons. Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón "Acción de gracias por su servicio a la Iglesia"

D. Javier Echevarría, hombre leal y fiel.



Mons. Javier Echevarría: un mosaico de lealtades

He visto ya alguna foto, difundida tras el fallecimiento en Roma del prelado del Opus Dei, en la que aparece junto a san Josemaría Escrivá de Balaguer y el beato Álvaro del Portillo. La imagen acierta a reflejar la realidad de su vida, especialmente a partir de su marcha a Roma desde Madrid, en los primeros años cincuenta.
No se me van hoy de la cabeza unas palabras de don Álvaro del Portillo, el 18 de agosto de 1990 en Solavieya (Asturias), cuando le contaba mi impresión tras el serio ataque de corazón que don Javier Echevarría había sufrido esa tarde.
Durante el camino de Solavieya al hospital, en Oviedo, fuimos casi en silencio. Sólo don Javier, de vez en cuando, decía: “Perdonad la lata que os estoy dando”. Por lo demás, estaba con buen aspecto, sereno, amable, como siempre. Cuando se lo conté a don Álvaro, la reacción del entonces prelado se resumía en unas palabras sencillas: “Será para mucho bien de la Obra”.
La vida de Javier Echevarría muestra que la fidelidad no es algo inerte o apocado, sino que se forja en recia espontaneidad y en variada iniciativa
Pensé que era un modo de sobrenaturalizar la situación, en línea con aquella jaculatoria, síntesis de un texto, que repitió mucho san Josemaría: omnia in bonum (cfr. Rm 8,28). Pero la historia convertiría esas palabras en un texto profético. La correspondiente operación y muchos cuidados, tras aquel infarto de miocardio sufrido en un hombre deportista, relativamente joven, alargaron probablemente muchos años su vida, al servicio de la Iglesia, del Opus Dei, de las almas. Cuatro años después, al fallecer don Álvaro en 1994, sería elegido para sustituirle como prelado, tarea que ha realizado a fondo durante veintidós años más; lógicamente la edad fue deteriorando su salud progresivamente, hasta morir en la fiesta de la Virgen de Guadalupe, a la que tanta devoción tuvo siempre.

Lecciones de fidelidad

Realmente, suceder a dos santos no es tarea nada fácil. Pero había asimilado durante muchos años las lecciones de fidelidad que impartía con rotunda sencillez Álvaro del Portillo. No insistiré. Resultaba obvio, y lo repetirán cuantos escriban estos días. A partir de 1972, cuando se pudieron grabar al fin en película actos presididos por el fundador del Opus Dei, me ocupé provisionalmente de la responsabilidad –no técnica– del montaje de las filmaciones. Recuerdo una de las primeras preguntas del montador, que bien poco sabía hasta entonces del Opus Dei: “¿Quiénes son esos dos sacerdotes que están tan pendientes de monseñor?”. Esta imagen reflejaba un rasgo decisivo de la personalidad de los sucesivos prelados del Opus Dei: su sentido de la fidelidad enteriza respecto del fundador, que don Javier aplicaría luego a su primer sucesor, desde su oficio de secretario general.
La vida de Javier Echevarría es un mosaico de lealtades, como no fue difícil advertir desde que le conocí personalmente un día de septiembre de 1960 en Pamplona. A esa correspondencia fiel a una inequívoca gracia divina, contribuía –pienso– su carácter abierto y extrovertido, su formación intelectual y jurídica, su personalidad enérgica y decidida. Para quienes conocimos su temperamento, resultaba claro que la fidelidad no es algo inerte o apocado; al contrario, se forja en recia espontaneidad y en variada iniciativa.
Así lo observé desde el verano de 1976, comienzo de largos períodos en que tuve la fortuna de colaborar de cerca con los dos sucesores de san Josemaría. He descrito en otros lugares detalles del cariño y afabilidad de don Álvaro. Pero no le iba a la zaga don Javier, con un sentido del humor que me recordaba sus raíces madrileñas.
En la armonía de fortaleza y afecto, de tenacidad y finura se reflejaba otro rasgo característico de su personalidad: el espíritu deportivo
Ese temple, lleno de sosiego y cariño, podría sorprender a quien sólo le hubiera visto en momentos de trabajo o en reuniones colectivas, cuando rebosaba energía y rapidez de movimientos, con sentido de la urgencia, y una gran fortaleza para perseguir los objetivos. Pero también aquí aparecía su fina delicadeza ante don Álvaro del Portillo: estaba dispuesto a cambiar cualquier plan, por ambicioso o apasionante que fuera, si el Padre no lo aprobaba. Bien es verdad –también lo he visto– que don Javier gozaba de toda la confianza por parte del entonces prelado: no en balde era desde 1975 su más firme colaborador y su apoyo más pleno.

Con el espíritu del buen deportista

Repetiré una vez más que tal vez, en esta armonía de fortaleza y afecto, de tenacidad y finura, se reflejaba otro rasgo característico de su personalidad: el espíritu deportivo. Como es natural, aparecía literalmente en los escasos ratos que podía dedicar –merecido e indispensable descanso– a jugar al frontón o al tenis. Me llamaba la atención su buen estilo, propio de quien aprendió en años mozos, pero se advertía –en 1976– que no había podido practicarlo apenas en muchos años, embebido como estaba en llevar adelante el Opus Dei, al lado de Mons. Escrivá y Mons. del Portillo.
Pero todos sus gestos eran los del buen atleta, que pone empeño un día y otro, con tenacidad y alegría, aunque no se vean los resultados: con mayor motivo, en este caso, cuando el deseo de ganar deja paso a la ilusión de que los demás lo pasen bien. Muy en concreto, lo que intentaba, por encima de todo, era que don Álvaro practicara con más facilidad el ejercicio físico que los médicos le habían aconsejado.
También aquí prescindía gustosamente de objetivos personales: como el auténtico deportista, que no busca lucimientos propios, sino el juego del equipo. Bien había aprendido la lección de san Josemaría, que señaló, entre los rasgos centrales del espíritu del Opus Dei, el ascetismo sonriente, el espíritu deportivo en la lucha por practicar las virtudes cristianas. Y, ciertamente, sin pretender nunca logros o glorias humanas, la prelatura ha dado buenos pasos adelante, al servicio de la Iglesia, en estos últimos veintidós años. Don Javier habrá recibido en el cielo la corona incorruptible a que alude san Pablo en el capítulo 10 de la primera carta a los de Corinto: como ese premio que reciben en el estadio los atletas, pero forjado antes a base de esfuerzo y entrega generosa.

Biografía de Javier Echevarría.


http://opusdei.es/es-es/article/biografia-y-fotos-de-mons-javier-echevarria/

Biografía y fotos de Mons. Javier Echevarría

Apuntes biográficos y galería fotográfica de Mons. Javier Echevarría, segundo sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei (1994-2016).
DEL PRELADO
Opus Dei - Biografía y fotos de Mons. Javier Echevarría
Mons. Javier Echevarría nació en Madrid el 14 de junio de 1932. Fue el menor de ocho hermanos. Hizo sus primeros estudios en San Sebastián, en el colegio de los padres marianistas, y continuó su formación en Madrid, en el colegio de los hermanos maristas.
En 1948, conoció a algunos jóvenes del Opus Dei en una residencia de estudiantes. El 8 de septiembre de ese mismo año, sintiéndose llamado por Dios a buscar la santidad en la vida ordinaria, pidió la admisión en el Opus Dei.
Comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Madrid y los continuó en Roma. Se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás (1953), y en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Lateranense (1955).
Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de agosto de 1955. Colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975.
En 1975, cuando Álvaro del Portillo sucedió a san Josemaría, Mons. Javier Echevarría fue nombrado secretario general del Opus Dei y, en 1982, vicario general.
En 1994, tras el fallecimiento del beato Álvaro, fue elegido prelado del Opus Dei y, el 6 de enero de 1995, en la basílica de San Pedro, recibió de manos de san Juan Pablo II la ordenación episcopal.
Desde el principio de su ministerio como prelado, tuvo como prioridades la evangelización en los campos de la familia, la juventud y la cultura. Promovió el inicio estable de las actividades formativas de la prelatura en 16 países, entre otros, Rusia, Kazajistán, Sudáfrica, Indonesia y Sri Lanka, y viajó a los cinco continentes para impulsar la labor evangelizadora de los fieles y cooperadores del Opus Dei. Alentó la puesta en marcha de numerosas iniciativas a favor de inmigrantes, enfermos y marginados. Seguía con especial atención varios centros de cuidados paliativos para enfermos terminales.
En sus viajes de catequesis y en su ministerio pastoral, fueron temas recurrentes el amor a Jesucristo en la cruz, el amor fraterno, el servicio a los demás, la importancia de la gracia y de la palabra de Dios, la vida familiar y la unión con el Papa. Precisamente en su última carta pastoral, además de agradecer la audiencia que le había concedido Francisco el 7 de noviembre, pedía, como siempre, acompañar al Papa con oraciones por su persona e intenciones.
Escribió numerosas cartas pastorales y varios libros de espiritualidad, como Itinerarios de vida cristianaPara servir a la IglesiaGetsemaníEucaristía y vida cristianaVivir la Santa Misa y Creo, creemos. Su última obra es una recopilación de meditaciones sobre las obras de misericordia que lleva por título Misericordia y vida cotidiana.
Fue miembro de la Congregación para las Causas de los Santos y de la Signatura Apostólica. Participó en los sínodos de obispos de 2001, 2005 y 2012 y en los dedicados a América (1997) y Europa (1999).
Falleció en Roma el 12 de diciembre de 2016.

lunes, diciembre 12, 2016

Fallece el Prelado del Opus Dei.




Oficina de información del Opus Dei
14 min
A las 21.20 de esta noche, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, ha fallecido Mons. Javier Echevarría, obispo y segundo sucesor de san Josemaría Escrivá,fundador del Opus Dei. El vicario auxiliar de la prelatura, Mons. Fernando Ocáriz, pudo administrarle los últimos sacramentos esta misma tarde.
El prelado del Opus Dei había sido hospitalizado el pasado 5 de diciembre en el policlínico Campus Bio-Medico de Roma a causa de una leve infección pulmonar.
Mons. Echevarría estaba recibiendo un antibiótico para combatir la infección. El cuadro clínico se ha complicado en las últimas horas provocando una insuficiencia respiratoria, que ocasionó el fallecimiento.
Como prevé el derecho de la prelatura, el gobierno ordinario de la prelatura recae ahora sobre el vicario auxiliar y general Mons. Fernando Ocáriz. Según los estatutos de la prelatura, a él compete convocar en el plazo de un mes un congreso electivo que elija al nuevo prelado. El congreso ha de celebrarse en el plazo de 3 meses. La elección debe ser posteriormente confirmada por el Papa.
El prelado ha fallecido a los 84 años de edad. Nació en Madrid en 1932, y en esa misma ciudad conoció a san Josemaría, de quien fue secretario desde 1953 hasta 1975. Más adelante, fue nombrado secretario general del Opus Dei. En 1994 fue elegido prelado. Recibió de manos del san Juan Pablo II la ordenación episcopal el 6 de enero de 1995 en la basílica de San Pedro.
Ofreceremos más actualizaciones en las próximas horas.