domingo, noviembre 29, 2015

Profanación.








http://vmarbeloa.es/2015/11/12059/




Profanación


         Sí, una de las palabras que califican la hedionda actuación de ese que se llama artista en una llamada exposición de Pamplona, es la de profanación. Profanación de la religión católica, del sacramento de la Eucaristía, por un ignorante o/y un malvado. Profanación de una convicción, de una voluntad y de un sentimiento de muchos miles y millones de pamploneses, navarros , españoles, y cristianos en general. Profanación de la convivencia, Profanación del sistema democrático. Y hasta profanación del sentido común. – A ver si alguna vez se atreven los fieles y sus autoridades a levantar la voz y a actuar como creyentes y ciudadanos responsables. A ver si las autoridades democráticas cumplen con su elemental deber. Y a ver si los votantes de las mismas van aprendiendo a votar lo mejor o menos malo y no lo peor.

El árbol de Navidad.






sábado, noviembre 28, 2015

viernes, noviembre 27, 2015

Patética exposición de una chica de Podemos.

Esta es la nueva política ?? el nuevo modo de hacer las cosas para el ciudadano?? Apaga y vámonos.

La parte contratante de la primera parte... será considerada como la parte contratante de la segunda parte... jajajajaja!!!Dios mío que representación del #Kambio!!!Estos del #GobiernoNacionalistaDeNavarra y sus compañeros del #Cambio en #Navarra parecen sacados de una película de los #HermanosMarxOtro video... https://youtu.be/dN1b5ZR51yw

Posted by Ramón Casado Oliver on Miércoles, 25 de noviembre de 2015

jueves, noviembre 26, 2015

Entrevista a Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei.






Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei, analiza en esta entrevista con Infovaticana la situación de la Iglesia, del Opus Dei y del mundo.

Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei, analiza en esta entrevista con Infovaticana la situación de la Iglesia, del Opus Dei y del mundo.
Quisiera introducir a mi entrevistado. El pasado mes de diciembre, a sus 55 años, fue nombrado Vicario General del Opus Dei. Es conocida su amistad con el Papa Francisco. ¿Cómo es la relación del Papa con la Obra y con usted en particular?
Es cierto que Francisco es el primer Papa que conoce el Opus Dei desde su experiencia como obispo, ya que había muy poco desarrollo de la Obra en Múnich cuando Ratzinger era arzobispo de esa ciudad. 

El cardenal Bergoglio conocía de forma muy cercana varias labores apostólicas, en particular seguía muy de cerca las labores con mayor perfil social, como escuelas para gente de escasos recursos. Alguna vez el cardenal nos encargó que nos hiciéramos cargo nosotros de alguna obra, por ejemplo porque había unas religiosas que no podían seguir con el colegio al lado de una de las que en Buenos Aires llamamos “villas miserias”. Y en la primera carta que el Papa me escribió de su puño y letra, me pidió que les mandara un saludo a las chicas de ese colegio, llamado Buen Consejo, que ahora lleva la Obra adelante y que tiene 900 alumnas.  A mí en particular me agradeció la ayuda que ofrecíamos en dirección espiritual a los sacerdotes diocesanos. Conocía bien la figura de San Josemaría, y ha manifestado varias veces que le tiene devoción. Y tiene particular cariño a una serie de personas del Opus Dei, que van desde una supernumeraria muy pobre que vive en lo que los argentinos llamamos “conventillo”, hasta gente bien posicionada social y económicamente. Por ello, tiene una visión bastante completa de lo que es la prelatura.
¿Qué les dice entonces a aquellos que acusan al Opus Dei de no gustarle este Papa?
Que se equivocan, y que nadie conseguirá separarnos ni un milímetro de su persona. Es propio de todo buen católico estar en sintonía con cada Papa que va gobernando la Iglesia en los distintos periodos de la historia. Es algo que San Josemaría nos dejó como herencia. A lo largo de todos los años de vida del Opus Dei, siempre hemos buscado esta sintonía, desde Pío XI hasta Francisco.
El prelado, en sus cartas mensuales, se hace continuo eco a la enseñanza del Papa Francisco. Pero no son solo palabras. Le pongo un ejemplo. Secundando la petición del papa, el prelado ha pedido que en todos los colegios, centros públicos o parroquias que estén encomendados al Opus Dei se vea cómo se puede concretar la llamada que hizo Francisco a acoger a los inmigrantes: con actos concretos de acogida, con colectas, con servicios materiales y espirituales. También se han puesto en marcha toda una serie de iniciativas para aprovechar y sacar partido el Año de la Misericordia, tal como el Papa pide a los católicos de todo el mundo. Esa sintonía se ve también en las actividades que se realizan en los centros del Opus Dei: muchas giran en torno a lo que dice el Papa, a sus documentos. Hay, además, algunos temas que nos recuerdan mucho a lo que decía San Josemaría. Por ejemplo, la insistencia de Francisco en el sacramento de la penitencia: es el pontífice que más ha hablado de la confesión en estos últimos años.
Dijo en una entrevista en El Pais que “Rezo por todos los que se han ido y los quiero con toda mi alma”. En aquel momento yo le agradecí que alguien con responsabilidad en la Prelatura tuviera esas bellas palabras hacia tantas almas cuya vocación en la obra “no cuajó”. ¿Ha cambiado el discurso de la obra respecto a quienes se han ido?
Mi experiencia personal es que nunca ha faltado cariño por quienes han dejado la Obra. Pero lógicamente no basta con “tu experiencia”, sino que hay que tener en cuenta las experiencias ajenas, las heridas y dolores objetivos o subjetivos que dejan las relaciones rotas, de las que a veces puedo no haber sido suficientemente consciente. Es indudable que el paso del tiempo y la vida enseñan, y que la sensibilidad mejora, también porque vivimos en medio del mundo, y se mejora con los cambios positivos que se producen en el mundo, con las experiencias vividas por las personas de carne y hueso.
La gente que deja la Obra también está llamada a ser santa, sean cuales sean sus circunstancias. Pero así como hace 30 años, en una familia cristiana de mi país, a un hijo que se divorciaba a veces se le podía decir incluso “esa mujer no entra en mi casa y no quiero saber nada”, hoy en día a nadie se le ocurre hacer eso. No porque el matrimonio deje de ser indisoluble, sino porque ha cambiado la sensibilidad, y el deseo de mantener las puertas abiertas para poder ayudar mejor a todos.
¿Cómo ayuda la Obra a los matrimonios, si los medios de formación que realiza son para hombres y mujeres por separado y no juntos?
Los medios de formación que se imparten a personas casadas, aunque sean por separado, tienden a fomentar la unidad en el matrimonio, la unidad en la familia y la mejora en la educación de los hijos (si el matrimonio tiene hijos) o de las personas que se relacionan con ellos (si no tienen hijos).
Además, bastantes de los apostolados y actividades formativas que llevan adelante las personas de la Obra son para los matrimonios juntos: me refiero, por ejemplo, a los cursos de orientación familiar, a las charlas o conferencias que se ofrecen en tantos centros y parroquias llevadas por la Obra,  y a otras actividades de carácter formativo, que les ayudan a mejorar su comunicación, su unidad, la educación familiar, etc.
¿La educación diferenciada por sexos forma parte del carisma fundacional del Opus Dei, o es una preferencia que se ha tomado y que, por lo tanto, podría cambiar en el futuro?
Déjeme aclarar que, de hecho, hay bastantes fieles de la Prelatura que trabajan en la educación pública o privada mixta y, por otro lado, hay iniciativas educativas mixtas (todas las de nivel universitario) que cuentan con la atención pastoral de la Obra.
Al mismo tiempo, hemos optado por limitar la atención pastoral de la prelatura en el nivel de la enseñanza media a las escuelas que han elegido el modelo diferenciado: las necesidades pastorales son muchísimas, y nuestra experiencia es que –a esas edades– hay un aprovechamiento mayor de esa ayuda pastoral en este tipo de colegios. Al optar por esta preferencia, no juzgamos lo más mínimo la educación mixta, que puede tener ventajas para determinado tipo de personas.
En España hemos visto a ilustres miembros de la prelatura tragarse la ley del aborto más feticida de la historia del país o defender posturas cercanas al terrorismo. ¿Hasta dónde llega la libertad política en el Opus Dei? ¿Podría un miembro del Opus Dei, en el congreso de los diputados, pedir la prohibición del propio Opus Dei, amparado en su libertad política?
Los límites de la libertad política de una persona del  Opus Dei son los que indica el Magisterio de la Iglesia y la moral y las buenas costumbres; ni más ni menos que los de cualquier otro católico que desee vivir de acuerdo con su fe. Y también son idénticos los deberes.
Con lo cual un miembro del Opus Dei no podría estar en un partido que va contra los principios católicos…
Un miembro del Opus Dei tiene que comportarse como cualquier católico de buena conciencia en política. Podría darse el caso de que todos los partidos políticos de un determinado país no coincidan con el Magisterio de la Iglesia y, de facto, esa es la realidad de numerosos países. Por lo tanto, tendrán que saber moverse de acuerdo a su conciencia y con lo que pueda decir la jerarquía en cada país. En este sentido, hay orientaciones iluminadoras en la Nota doctrinal que la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó en el año 2004, con la firma del cardenal Ratzinger.
Al mismo tiempo, me gustaría que se pusiera más la atención en esos miles de personas del Opus Dei que en España se dedican a la educación en general, a la atención de enfermos, a la formación de gente necesitada, a los servicios sencillos. Son mucho más representativos de la realidad.
Pero en España hay obispos que han dicho una cosa y otros que han dicho casi lo contrario…
Claro. De todas formas, ¿en qué partido político de Occidente uno puede estar con la conciencia tranquila? ¿Es bueno que un católico en uno de esos partidos renuncie? ¿Para qué? ¿Para irse a un monasterio? No sé… En el tema de la participación en la vida pública, los fieles del Opus Dei tienen la misma libertad que todos los católicos y, en el momento en el que la jerarquía diga que no se puede formar parte de este partido o apoyar una determinada plataforma, un católico consecuente se lo tendrá que plantear en serio.
El Opus Dei ha sido cuna de élite intelectual de la Iglesia, tan necesaria hoy… ¿Cómo están preparando la defensa intelectual a la ofensiva de la ideología de género y su invasión en los colegios, ya cierta en España?
Hay una formación que se da en las universidades o en los colegios de identidad cristiana, donde se enseñan los fundamentos antropológicos que demuestran que la persona humana es hombre y mujer, que son complementarios, que esto es un proyecto lleno de verdad, belleza, bien, libertad…Que así es como van a ser felices. Entonces, sin discriminar a nadie, se procura que la gente tenga fundamentos antropológicos amplios. Hay cosas que antes eran obvias, y ahora sin embargo hay que fundamentarlas porque hay toda una opinión pública que lleva a perder las nociones que antes eran de sentido común.
¿Qué autores recomienda para defenderse de las amenazas de la ideología de género? ¿Recomienda a un autor concreto en este sentido?
Los autores que más me han ayudado en este aspecto no hablan tanto de la ideología de género cuanto de la antropología dual. Personalmente, me ha gustado un texto del filósofo Antonio Malo, que llegué a conocer mejor en los años en que fui rector de la Universidad de la Santa Croce. En italiano se titula “Essere persona. Un’antropologia dell’identità”. Pero, claro, son visiones científicas: a unos les gustará más y a otros menos.
¿Pero hay algún autor de cabecera en la Obra en este tema?
La cuestión es que no hay “autores de la Obra”. En el Opus Dei habrá visiones distintas del tema, siempre en el marco de la ética natural. Hay temas de gran relevancia ética en los que algunas de las mejores aportaciones son de personas no cristianas, e incluso no creyentes. Conozco, sí a personas de la Obra que han escrito sobre estos temas, pero son profesionales normales y corrientes, que en sus trabajos científicos no representan a la Obra, ni a la Iglesia, ni a la diócesis a la que pertenecen. Por ponerle un ejemplo, conozco bien a la profesora Brancatisano, que lleva años trabajando esta cuestión desde la perspectiva de la antropología de la diferencia; ahora está publicando un libro que se llama “Essere in relazione”.
Una vez me explicó su visión de continuidad entre Benedicto XVI y Francisco, en lo que a la dictadura del relativismo y cultura del descarte se refiere. Me gustó mucho esa tesis, y creo que al Papa también, ¿cierto?
El Papa habla mucho de la cultura del descarte, que es la otra cara de la medalla del relativismo, sobre el que tanto nos alertó Benedicto XVI. Si no hay verdad objetiva, prevalece el interés del más fuerte, y los débiles –o los valores que no son inmediatamente útiles para mí- son descartados. Todo eso está recogido ahora enLaudato Sí, en un título que llama el “El relativismo práctico”, donde habla de precisamente de eso, pues la causa del degrado ambiental es un problema antropológico y de la falta de verdad.
El Sínodo. Tema de candente actualidad. ¿Qué opina de la denuncia de algunos cardenales que advertían de una conspiración para presionar a la Iglesia a modificar su doctrina sobre el matrimonio y la familia?
Tengo alergia a hablar de luchas internas, conspiraciones, me parece que no llevan a nada y que hacen perder el tiempo y la paz. Lo único que cuenta es que hemos tenido una reunión de tres semanas de toda la Iglesia, de la cual salió un documento donde ha habido un gran consenso y que ahora tendrá la última palabra el Papa. Lo más relevantes es que toda la Iglesia ha estado un año pensando en el tema central de la familia: el Sínodo ha sido una gran afirmación familiar de toda la Iglesia.
¿Cree que en el documento final hay una puerta abierta a que la Iglesia renuncie a su doctrina, por ejemplo sobre el adulterio?
Los puntos 84 y 85, leídos sin una argumentación ideológica, vuelven a insistir en lo que ya habló Juan Pablo II, en la “Familiaris Consortio”. Hay situaciones en las que hay que ver caso por caso, que es lo que pastoralmente conviene hacer. Pero no es una apertura en el sentido de “cambio en la doctrina” sino que es apertura de puertas en el sentido de llegar a todos y saber plantear a cada persona su camino hacia una sincera conversión.
Es positivo que incida en que la norma no admite gradualidad…
Quien quiera leer los datos del 84 y 85 a la luz de la tradición de la Iglesia y a la luz de la “Familiaris Consortio”, que es lo que dice explícitamente el documento final, verá que la Iglesia ha vuelto a insistir en la indisolubilidad del matrimonio y en la santidad del matrimonio. Y luego que hay casos concretos que hay que estudiar de acuerdo a la conciencia recta, con pastores que quieran cumplir con la voluntad de Dios, para que cada uno pueda hacer lo que Dios quiere. Me parece interesante que la gente vea todo el documento, porque se habla de desafíos que tiene la Iglesia por delante respecto a la familia. A mí me sorprendió muy positivamente las veces que se ha subrayado la belleza del proyecto de Dios para la familia, la complementariedad entre el hombre y la mujer. Me pareció especialmente agudo el diagnóstico que se le hace a la cultura contemporánea, los peligros del secularismo, del consumismo, que destruyen la familia. También sobre la importancia de los cursos formativos para que los novios lleguen al matrimonio sabiendo a qué se comprometen;  la necesidad de que la familia, como la Iglesia “salga de sí misma” y que sean familias abiertas en el sentido de ayudar a otras familias que están en necesidad. Con lo cual, los puntos 84 y 85 son unos puntos importantes pero el documento es mucho más amplio y me parece un documento de gran respiro.
Fue ordenado sacerdote por el gran Papa Juan Pablo II. ¿Qué recuerdo guarda de él?
Tradicionalmente, el Papa sólo ordenaba a los del seminario romano. Hubo unos años en que había pocos ordenandos de Roma y el Papa pidió a distintas instituciones de la Iglesia que enviaran ordenandos y, por lo tanto, durante unos años gran parte de los sacerdotes del Opus Dei fuimos ordenados por Juan Pablo II.
Yo tengo la gracia de Dios de haber sido ordenado como diácono por el beato Álvaro del Portillo, en la primera ordenación que efectuó después de su ordenación episcopal. Y en la ceremonia de ordenación presbiteral estaban presentes en San Pedro San Juan Pablo II, que era el que ordenaba, el beato Álvaro del Portillo y la beata Teresa de Calcuta.
 Juan Pablo II: he vivido veintitantos años en Roma, he vivido cosas muy importantes para mi vida como mi ordenación sacerdotal, la beatificación y canonización de San Josemaría, la muerte de don Álvaro del Portillo… Y sin embargo, el momento que recuerdo con más emoción es la muerte y los funerales de Juan Pablo II. Me sorprendió cómo cientos de miles de personas, que quizá no vivían todo lo que decía Juan Pablo II, se encontraron con una llamada de alerta para sus almas. Italianos, polacos, gente de todos lados, católicos y no católicos, que se volcaron en las calles de Roma, que vinieron a Roma en una multitud nunca vista para agradecer el don que Dios había dado a su Iglesia y al mundo con Juan Pablo II.
Dicen que el Papa le dijo que los sacerdotes del Opus Dei son los que más se preocupan por la santidad de los sacerdotes de la Curia…
El Papa agradece que el Opus Dei organice retiros mensuales para los que quieran asistir de los que trabajan en la Curia, porque ve importante que en la Curia se rece.
¿Cómo ha vivido personalmente los últimos escándalos en el Vaticano, llamados por algunos ‘Vatileaks 2’, y el hecho de que se haya mencionado al Opus Dei en ese contexto?
Ha sido un momento de dolor por las posibles dificultades que estos hechos hayan supuesto al Papa y a la Santa Sede. Y de especial oración por el Santo Padre, y por la reforma de las estructuras vaticanas que está llevando a cabo con la ayuda de tantos buenos colaboradores. Quisiera añadir que me parecen reformas muy necesarias para vivir el espíritu evangélico en el manejo de los bienes materiales; son reformas que empiezan por la conversión de cada uno de nosotros.
Junto a ello, hay un dolor más subjetivo, que es el del hermano que ve a otro hermano sacerdote en esta situación sorprendente. Dejando clara la gravedad de los hechos, y a la espera del resultado del juicio, he procurado reaccionar como supongo que haría un buen hermano: rezando por él y procurando, en lo que esté de mi parte, de que no se sienta abandonado.
infovaticana.com

miércoles, noviembre 25, 2015

Carta a Nuestro Señor Sacramentado, por lo de Pamplona.


Teresa, hija de Eduardo Gutiérrez de Cabiedes, gran procesalista.


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Carta a Dios sobre la exposición blasfema de Pamplona
Querido Dios:
Te escribo desde Pamplona, a ver si me echas un cable. En una sala pública de aquí han organizado una exposición que te ofende. Un chico dice que ha robado 248 Hostias para ultrajarte con ellas.
Perdona que te lo diga: estás loco. Unos matan en tu nombre. Otros te roban el cuerpo para insultarte. Y tú ¿qué haces? Esperar a que te amemos libremente. Pero… eres ¡Dios! Podrías mandar fuego sobre la blasfemia y sobre nuestro pueblo. Tú, ¡que lo sabes todo…! (mira, yo si hubiera conocido de antemano que me iban a hacer estas perradas, para rato me inventaba la Eucaristía).
Así que quería darte las gracias. Gracias porque en mi tierra alguno se ríe en tu cara, pero muchísimos más te adoramos. Gracias porque tantos navarros han encontrado la felicidad en ti y nos han dejado en herencia la fe o fueron a anunciarla hasta las esquinas del mundo. Gracias porque nos has regalado incontables sacerdotes maravillosos. Gracias porque los ancianos, los enfermos, los presos, los pobres de nuestra sociedad reciben el amor y la ayuda concreta de quienes procuramos ser tu rostro y tus manos en esta tierra. Gracias por innumerables familias cristianas que, en tu nombre, construyen día a día la paz en nuestra ciudad. Lo cierto es que todos esos prodigios no suelen publicarse. Pero yo los toco constantemente y no puedo dejar de asombrarme y de darte gracias.
Pues bien, nos urge otro milagro de los tuyos: queremos comportarnos como lo haría Jesús si hoy estuviera empadronado aquí. Vamos a luchar por nuestros derechos civiles y a exigir que no te agredan. Pero oraremos con cariño por Abel Azcona para que acierte a crear arte sin prostituirlo. Rezaremos por Maider Beloki, la concejal que ha procurado la perversión de la cultura en un espacio de todos. Te pediremos misericordia para los que saben que es estás presente en la Hostia (¿si no, para que iban a molestarse en secuestrarte?) y, en nombre de la ¡libertad de expresión! (esa es buena) te abofetean a ti y a nosotros. Invocaremos tu nombre cada vez que destruyan la paz desde la falta de respeto. También suplicaremos de ti que nunca más haya un caso de pederastia en nuestra Iglesia: porque eres el primero que sufre por este pecado (y detrás vamos tu rebaño); y no pararemos de interceder hasta que los afectados sanen su corazón sin revolverse en el rencor ni en la provocación venenosa.
Bendíceles. Bendícenos. Con san Fermín, bendice a esta ciudad nuestra que hoy te canta con más fuerza que nunca: ¡Aúpa, Hostia santa! ¡Seas por siempre bendita y alabada!
Porque esta exposición pasará. Y, a pesar de que se lucren publicitariamente a tu costa, nadie se acordará de ella. Pero tú permanecerás, 24 horas/365 días, expuesto en el corazón de nuestra ciudad, esperando para ser alimento y compañía. Ese es nuestro destino y el destino final de nuestro pueblo: caer rendidos a tu Amor eterno.
Teresa Gutiérrez de Cabiedes

sábado, noviembre 21, 2015

Madrid, puerta abierta a la misericordia.



Madrid y el mundo....

jueves, noviembre 19, 2015

Las grandes tragedias y el Papa Benedicto.





Benedicto XVI explica el sentido cristiano de las grandes tragedias
Benedicto XVI ya expuso durante su pontificado qué sentido debía darle un cristiano a tragedias como la de París

"Debemos seguir gritando con humildad e insistencia a Dios: «¡Levántate! ¡No te olvides de la humanidad, tu criatura!»"

Benedicto XVI ya expuso durante su pontificado qué sentido debía darle un cristiano a tragedias como la de París
“No podemos ver claramente el plan misterioso de Dios, sólo vemos hechos aislados, y nos equivocaríamos al ponernos como jueces de Dios y de la historia. Así no defenderíamos al hombre, sino que contribuiríamos a su perdición.
No, cuando está todo dicho y hecho, debemos seguir gritando con humildad e insistencia a Dios: «¡Levántate! ¡No te olvides de la humanidad, tu criatura!»
Nuestro grito a Dios tiene que ser del mismo tiempo un grito que penetra en nuestro mismo corazón para que despierte en nosotros la Presencia de Dios, para que el poder que ha depositado en nuestros corazones no quede cubierto o sofocado en nosotros por el fango del egoísmo, por el miedo de los hombres, por la indiferencia y el oportunismo.
Parecen surgir nuevamente en los corazones de los hombres todas las fuerzas oscuras: por una parte, el abuso del nombre de Dios para justificar una violencia ciega contra personas inocentes; y por otra, el cinismo que no reconoce a Dios y que escarnece la fe en Él.
Gritamos a Dios para que lleve a los hombres a arrepentirse y a reconocer que la violencia no crea paz, sino que más bien suscita más violencia, un círculo de destrucción en el que a fin de cuentas todos pierden”

martes, noviembre 17, 2015

Estaba Dios en París???








Siempre vuelve esa pregunta, y la respuesta de un hombre cristiano de bien.





¿Dónde estaba Dios este viernes cuando los atentados de París?

El atentado de este viernes en París es una realidad cotidiana en países como Siria e Irak, pero el estupor que ha causado en Europa no se debe sólo a que hayamos visto de cerca la muerte y la acción depravada del terrorismo yihadista. Se debe, sobre todo, a que nadie puede acostumbrarse al sufrimiento de un inocente y al misterio del mal.

La pregunta vuelve a surgir: ¿Dónde estaba Dios la noche del viernes en París?

Desde luego, no en la acción de los terroristas que mataban en su Nombre. Nada hay más ajeno al Dios verdadero que la destrucción de sus hijos y de sus criaturas. El Magisterio de la Iglesia recuerda que los musulmanes se dirigen al mismo Dios Padre que los cristianos. Y Dios es amor.

Tampoco estaba en los arrebatos de ira y de racismo visceral que estas acciones suelen hacer surgir hasta en personas de bien, aunque no lo exterioricen. El odio incrementa el odio, porque es el alimento del diablo.

Y desde luego, no estaba de brazos cruzados mirando para otro lado, insensible a lo que les suceda a los hombres.

¿Dónde estaba Dios, entonces? ¿Es el mal una muestra de que no existe?

En absoluto. La noche del viernes, Dios estaba siendo asesinado por la libertad mal empleada. Dios fue hecho rehén y fue muerto. Fue degollado, tiroteado, graneado. Dios estaba consolando y compadeciendo (padeciendo con) a cada familiar y amigo afectado de lleno por los terroristas. Dios estaba gritando desagarradoramente silencioso en cada sagrario, llorando en el Sacramento para que los terroristas no atentasen. Dios estaba preso de su amor, que dio libertad a los hombres. Dios estaba, de nuevo, crucificado en el dolor.

Y estaba, y está, en el corazón de todos los hombres y mujeres que no desean devolver mal por mal. Que anhelan la paz y la justicia. Que desean que a los asesinos se les frene, no por sed de venganza, sino por deseo de concordia.

El misterio del mal nos pone ante nuestras propias limitaciones. Por eso, ante el misterio del mal es necesario rezar. Rezar por las víctimas y por sus familias. Y rezar para que los yihadistas se conviertan. Pero de verdad. No sólo para que dejen de matar, sino para que no condenen su alma. Los cristianos no deseamos ver arder en el infierno a los asesinos del Estado Islámico, sino verlos arrepentidos con un corazón contrito, pidiendo perdón por el daño causado, pagando justamente sus crímenes y sabiéndose abrazados por el amor misericordioso de Jesucristo, que también murió por ellos.

Editorial de Alfa y Omega 14-11-2015

domingo, noviembre 15, 2015

La vela que subes,ponla por ti.


http://www.abc.es/opinion/abci-campanas-hemingway-201511151740_noticia.html

Magistral artículo; la diferencia entre Francia y España.



IGNACIO CAMACHO

Las campanas de HemingwayIgnacio Camacho

Cuando subas a tu red social una velita por los muertos, sube otra por ti. Acuérdate de las campanas de Hemingway


En enero, recuerdas, eras «Charlie Hebdo». Eso pusiste en las redes sociales: je suis Charlie. Pero no, tú no eras Charlie. Porque tú estabas vivo y Charlie, los charlies, estaban muertos, como los guardias y los judíos del supermercado de los que nadie se acordó en la solidaridad plañidera del pensamiento débil. Muertos como los del viernes, tirados en la calle mientras tú corrías a cambiar la foto del perfil de Twitter y de Facebook. ¿Y ahora qué nombre vas a poner? ¿Bernard, Marion, Lucien, Françoise, Phillipe? Tienes 130, elige. Ah, bien, je suis Paris, qué hermoso; qué bonita esa torre Eiffel enmarcada en el símbolo hippie de la paz. Sólo que no estamos en paz. Y que tú tampoco eres París.
Tú eres el que ayer por la mañana, la luminosa mañana de este cálido noviembre, hacías jogging en el Retiro. La que se compraba un bolso y unos zapatos en la Gran Vía. La que paseaba el perrito por la plaza soleada. El que se iba a comer con la familia en el chalé de los suegros. La que se quedó viendo el programa de telebasura en la noche de la masacre. Tú eres uno cualquiera de los que se sentían, nos sentíamos, provisionalmente a salvo. Uno de los que descargaron su conciencia con una frase bonita en internet, amor y fraternidad, #portesouvertes, justo cuando allá en París la Policía ordenaba, pistola en mano, cerrar las ventanas.
Qué vas a ser París. París es esa ciudad donde la gente salió del estadio evacuado cantando el himno nacional, el que aquí abucheamos. París es esa ciudad donde los periódicos hablan de guerra sin tapujos, y donde el presidente socialista promete una respuesta sin piedad, «impitoyable». París es la capital de un país que considera su libertad y sus valores algo mucho más importante que su miedo.
Y tú… tú eres parte de un pueblo que hace once años, en una situación similar, en unos días iguales de sangre y plomo, se amedrentó y echó la culpa a su propio Gobierno. Que duda de su modelo de sociedad y todavía hoy piensa que si nos vienen a matar es porque algo habremos hecho. Que no ha aprendido, basta ver cómo olvida a las víctimas, de su larga experiencia de sufrimiento. Tú eres un superviviente del terrorismo, pero no lo sabes porque te cuesta pensar que los asesinados murieron en tu nombre. Porque prefieres creer que basta con no odiar para defenderte del odio.
Ese bonito emblema de la torre Eiffel no te va a proteger. Ni el pacifismo samaritano, ni las palabras emotivas, ni las cadenas de cibermensajes, ni el ritual de las firmas, las velas y las flores. Vienen a por nosotros, jesuis, y más vale que te vayas enterando. Te diré lo que eres: la próxima potencial víctima. Así que cuando subas a Facebook una velita por los muertos de París, sube otra por ti. Y acuérdate de por quién doblaban las campanas de Hemingway

sábado, noviembre 14, 2015

El hombre de la luna.

Para que no estemos en la luna!!!!!

París.


Guerra.

Las religiones no son el problemas, el hombre manipula a la familia (Mafia) a Dios (terrorismo islamista) a los ideales (totalitarismos).

     En su libro Dostoïevski à Manhatan (2002), el recientemente fallecido André Glucksmann, filósofo francés y escritor abundante y exitoso, antiguo maoísta y desde 1975 látigo del comunismo y de cualquier totalitarismo, comparaba a los terroristas yihadistas con los terroristas rusos, descritos por el genial novelista, y les arrancaba cualquier máscara de religiosidad y de islamismo. Eran pura y llanamente nihilistas, no tenían ninguna fe  en el hombre y menos ningún amor, y sólo les movía la envidia, el odio y la venganza. En cualquiera caso, sea cierto o no su islamismo fanático, o su nihilismo extremo, la realidad de su envidia, su odio y su venganza son evidentes, como evidentes son sus horrendos crímenes, ahora en París, como antes en Londres, Bali, Madrid o Nueva York. A la Europa democrática le toca volver a aprender la amarga y terrible lección, y defenderse por todos los medios democráticos posibles, entre los que no están ni la ambigüedad falsamente progresista (que suele ser carencia de valores humanos y exceso de egoísmo y de cobardía), ni la culpable, por cómplice, tolerancia postmoderna.  http://vmarbeloa.es/  




viernes, noviembre 13, 2015

Gobernad.








http://vmarbeloa.es/   Del estupendo cuaderno de bitácora de Víctor Manuel Arbeloa.


“Pues, gobernadla”


         Somos una nación desde hace más de mil años, pero tenemos que construir la nación, dicen muchos catalanes. Y en estos días locos, sin talento ni sentido común, que es sobre todo sentido de la realidad, recuerdo lo que solía decir mi amigo Jose Tarradellas, primer presidente de la Generalidad de Cataluña tras la Reforma democrática:
– ¿No sois una nación? Pues, gobernadla.
  (Em memoria de la visita que nos hizo el presidente Tarradellas en Olite y Pamplona,hace 36 años, invitado por el primer presidente del primer Parlamento de Navarra)

El vacío del emigrante, refugiado,perseguido...



ESPECTACULAR ESTATUA DEL FRANCES BRUNO CATALANO QUE SIMBOLIZA EL VACIO QUE PRODUCE EN EL SER ,EL VERSE OBLIGADO A ABANDONAR TU CASA, TU VIDA, TU TIERRA ,TUS RAICES...POR CUALQUIER RAZÓN ......










jueves, noviembre 12, 2015

Laicismo a palos.



Aréchaga siempre atento y certero....


Yo formo, tú adoctrinas


yo-formo-tu-adoctrinas
Hay algunos que en cuanto oyen hablar de clase de religión en la escuela desenfundan y disparan: “¡adoctrinamiento”. No conciben que pueda haber una reflexión racional sobre las creencias religiosas, ni que se pueda pedir a los alumnos el estudio sistemático de la interpretación que la tradición cristiana ha hecho de su fe. Para ellos, todo esto se reduce a “catequesis”, que implica el menosprecio de la razón y un intento de adueñarse de las mentes infantiles. La escuela debería mantener a los alumnos alejados de estas visiones particularistas.

Cabría esperar que los que defienden esta postura rechazaran también cualquier otro intento de influir en las mentes de los alumnos. Pero ya se sabe que, en las polémicas sobre valores en la escuela, inculcar unos principios es “adoctrinamiento” si son los valores que no me gustan y “formación” si son los míos. Así, los que descalifican la enseñanza de la religión como adoctrinamiento, no dudan en pedir un espacio escolar para la difusión de sus propias convicciones.
En el Reino Unido, según el nuevo currículum que empezará a aplicarse el próximo curso, en la clase de religión los alumnos tendrán que estudiar a fondo dos religiones, elegidas entre un abanico de siete. Si los padres no quieren que sus hijos cursen la asignatura, quedan exentos.
Pero tres familias han acudido a los tribunales para pleitear contra la decisión del gobierno de no incluir en las clases de religión la enseñanza del punto de vista no religioso, bautizado como humanista. Kate Bielby, que lleva la voz cantante con apoyo de la British Humanist Association, aduce la falta de paridad entre las creencias religiosas y no religiosas en el currículum, “lo que puede hacer pensar a los niños que la religión, en cualquiera de sus formas, tiene el monopolio de la verdad y de la moralidad”. Cabría plantear si, al presentarse como humanistas, no están ellos monopolizando un término común, como si no hubiera un humanismo cristiano.
Más allá de la confrontación de ideas, lo interesante aquí es la pretensión de utilizar la escuela para difundir su ideario particular. Sería más comprensible que pidieran que la visión atea del mundo se incluyera en las clases de filosofía (donde nunca ha dejado de estar). Pero al pretender ocupar un espacio dedicado a las creencias religiosas, vienen a reconocer que el “humanismo” no es más que una religión sin Dios, algo comprensible en una sociedad donde es de buen tono declararse “espiritual sin religión”.
Pero, contra lo que podría parecer, las alternativas a la clase de religión no encuentran público fácilmente. En la Bélgica francófona, los alumnos pueden elegir entre clases de religión o de moral laica. Sin embargo, hay quien no quiere ni una ni otra, y la reclamación de unos padres acabó en el Tribunal Constitucional, que obligó a diseñar una tercera posibilidad que trata de inculcar valores de ciudadanía y democracia. Su perfil no está muy claro, hasta el punto de que coloquialmente es conocida como “curso de nada”. Por el momento solo ha atraído al 2,6% de los escolares, así que no ha habido necesidad de desdoblar clases.
Al final, resulta que el adoctrinamiento laico tiene menos gancho que el religioso. Pero siempre queda la solución de transformarlo en asignatura obligatoria, y decir que es indispensable para todos.