Estás en un blog espumoso, intimista, paradójico; de lo humano y de lo divino. No soy mejor que tú... Me propongo hablar a la cara y que me hables a la cara, sin caretas, sin retorno, a quemarropa... blog del Profesor Tirapu
miércoles, julio 31, 2019
martes, julio 30, 2019
sábado, julio 27, 2019
viernes, julio 26, 2019
Mujeres en el Opus Dei.
«Las mujeres pueden acelerar el camino hacia la verdad»
Entrevista a Isabel Sánchez, secretaria de la Asesoría Central del Opus Dei, publicada en El Mercurio (Chile). Aborda el momento por el que atraviesa la Iglesia católica, el rol de la mujer y los jóvenes.

El Mercurio “Las mujeres pueden acelerar el camino hacia la verdad” (Entrevista original) (Descarga en formato PDF)
Ante el cuadro de pesimismo y desconsuelo que afecta a la Iglesia, como consecuencia de la crisis de los abusos sexuales, resulta difícil encontrar voces que planteen las cosas desde la esperanza y el optimismo. Isabel Sánchez Serrano, la mujer que ocupa el cargo más alto en el Opus Dei a nivel mundial, secretaria de la Asesoría Central, organismo que apoya al prelado de esa institución, es una de esas voces.
Española, murciana, abogada, de trato amable, pero clara en sus convicciones, no escabulle ninguna de nuestras preguntas. Aunque resulta evidente que el tema de los abusos le duele; sin embargo, no la paraliza. Está ocupada, como dice ella, en ayudar a superar este “movimiento sísmico que ha sacudido la legitimidad de la Iglesia”.
Recibe a “El Mercurio” en la sede central del Opus Dei en Roma, en donde reside desde 1992 (un edificio amplio, bien decorado pero muy sobrio), en una calurosa mañana de primavera y, en donde, lo primero que hace es contarnos acerca de Guadalupe Ortiz de Landazuri, beata laica, numeraria, recién llevada a los altares en mayo pasado.
¿Cómo calificaría usted el actual momento por el que atraviesa la Iglesia Católica?
La Iglesia, vista en su conjunto, presenta caras muy diversas: en grandes zonas geográficas encontramos una fe viva; en otras, un rico mosaico de fe hecha cultura; en Asia, la sed de Dios lleva a bautismos a millares de hombres y mujeres. Casi inadvertidamente, asistimos a la persecución de miles de cristianos que no dudan en dar su vida por amor a Jesucristo. Los países de cultura occidental, sin embargo, presentan un hastío postcristiano: en gran medida, han perdido la razón de su alegría. Además, últimamente un movimiento sísmico ha sacudido —ante no pocas personas— la legitimidad de la Iglesia como institución: la corrupción de bastantes ministros suyos ha dejado al mundo —empezando por los propios católicos— indignado. No sería justo, sin embargo, ignorar el mayor número de sacerdotes fieles y hasta heroicos que continúan sirviendo al pueblo de Dios.
EL CRISTIANISMO HA MUERTO MUCHAS VECES, PERO SIEMPRE HA RESUCITADO MUCHAS VECES
Sin embargo, compartirá conmigo que la situación arroja un balance más bien preocupante. ¿Cree que es posible arreglar esta situación que describe?
Parafraseando a Chesterton, me gusta considerar que el cristianismo ha muerto muchas veces, pero siempre ha resucitado muchas veces. Para que las cosas vayan mejor, el punto de partida somos cada uno de nosotros, en una versión mejorada, purificada. Tanto el admirable ejemplo de cristianos que en pleno siglo XXI lo apuestan todo por su amor a Jesucristo, como el desolador panorama de quienes lo han traicionado del modo más innoble. Un pequeño paso adelante mío puede contribuir a un gran paso de la Iglesia entera.
¿Cree usted que la actitud del Vaticano ha sido la correcta? Algunas decisiones de Francisco han resultado desconcertantes e incluso erráticas en ocasiones. ¿Comparte esa apreciación?
Claramente no la comparto. El Papa ha publicado dos encíclicas y cuatro exhortaciones apostólicas. En algunas de ellas hay referencias importantes sobre el drama de los abusos. Pero luego ha hablado de modo más directo sobre este drama en otros contextos, como la reciente reunión de febrero en Roma con representantes de todas las conferencias episcopales. De ahí han salido ya tres documentos normativos. Ahora se espera la elaboración de un vademécum con indicaciones y experiencias de tipo práctico que iluminen el trabajo de todas las instituciones. Es clave ir al fondo del tema y, como hace al Papa, poner el acento en el estilo cristiano de vida que evita estos comportamientos terribles. Son como dos procesos paralelos.
El pontificando de Francisco se inició con esperanza para muchos. Sin embargo, con el paso del tiempo, han empezado a arreciar las críticas desde diferentes sectores. ¿Cómo evalúa la tarea llevada adelante hasta ahora por el Papa Francisco?
El Papa Francisco ha sabido recuperar para los cristianos y ofrecer a los alejados de la Iglesia varios elementos clave para construir la vida desde la esperanza: la primacía de la oración frente a la tiranía del eficientismo humano; la fascinación por la persona en una sociedad que idolatra las innovaciones técnicas; el valor de lo débil e imperfecto en medio de la cultura del descarte y de la imagen retocada hasta la saciedad; el poder del encuentro personal, y de modo más radical: nos ha quitado el miedo a ser hijos de Dios.
Jóvenes: las grandes víctimas
Siempre se dice que los jóvenes son la esperanza de la Iglesia. ¿Cree usted que aquello continúa teniendo validez en un escenario en que han sido las principales víctimas de los abusos por parte de algunos sacerdotes?
A los jóvenes que han pasado por esta tremenda experiencia les han arruinado muchas cosas: la alegría, la autoestima, el desarrollo armónico de su personalidad, probablemente la fe... Primero, me uniría a la petición de perdón que ya ha hecho el Papa en nombre de toda la Iglesia y después les rogaría que no se dejen robar también la juventud, la esperanza de un amor puro e incondicional.
Han sido muchos los jóvenes que sin haber sido víctimas de abusos se han alejado de la Iglesia dolidos por lo que ven. ¿Qué le dirías a ellos?
Siempre es necesario tener una perspectiva mayor para juzgar las cosas. La Iglesia no son solo los errores de algunos, por muy graves que estos sean. A estas personas les diría: intentemos profundizar y ver no solo la parte dañada, el dolor, sino también esos otros aspectos luminosos que hay en la Iglesia. Entiendo que en Chile hay que pedir un gran esfuerzo, pero de verdad invitaría a que lo hagamos. Miremos a aquellas personas que habiendo atravesado momentos de dolor, personas que han sido abusadas, han sido capaces de perdonar y de mantener su fe muy firme.
¿No le parece que la cultura actual promueve una serie de valores que nada o poco tienen que ver con lo que enseña la Iglesia?
Evidente que hay un cierto contraste, pero quizás tengo una visión más optimista que la suya. Me parece que la juventud de nuestra época tiene a flor de piel valores como la solidaridad, la generosidad, el cuidado del planeta, pensado para todos, sin exclusiones. Son varias banderas que tendrán que profundizar más y saber traducirlas en prácticas culturales correctas, genuinas, transformadoras. Tengo mucha fe en los jóvenes de hoy.
“Hombres y mujeres vamos a la par”
En ese cuadro, han sido sacerdotes, obispos y cardenales —todos varones— los principales implicados. ¿Qué papel le asigna a la mujer frente a este escenario de renovación? ¿Puede seguir la Iglesia prescindiendo del carisma femenino para restaurar la confianza perdida?
En la Iglesia, tanto hombres como mujeres somos hijos falibles y fallidos, necesitados de reparación continua; culpabilizarnos mutuamente y levantar nuevos muros solo lleva a callejones sin salida. En un escenario de restauración, hombres y mujeres somos co-protagonistas y todo empieza por la decisión personal de renovar la propia vida. En estos momentos, las mujeres pueden acelerar el camino hacia la verdad, impulsando los procesos de denuncia y aclaración de supuestos hechos delictivos, buscando justicia. Al mismo tiempo, están muy capacitadas para mantener la mirada atenta y misericordiosa.
Usted misma forma parte del gobierno superior de una institución de Iglesia, como lo es la Prelatura del Opus Dei. ¿Qué papel cumple efectivamente la mujer en su organización?
En el Opus Dei, hombres y mujeres vamos a la par —tenemos el mismo fin y los mismos medios—, pero cada uno lo realiza según sus características peculiares. En el gobierno, el prelado del Opus Dei está asistido por dos consejos paralelos: uno formado por hombres y otro por mujeres, con análoga capacidad decisional y de asesoramiento. Lo que se pide a cada uno es que sepa aportar con responsabilidad y profesionalidad, ideas, proyectos, procesos, etc., que faciliten la extensión de todo este apostolado.
Los movimientos feministas reivindican un papel mucho más protagónico de las mujeres para la vida en sociedad. ¿En qué aspectos coincide y en cuáles discrepa de estas organizaciones?
Como ciudadana y como cristiana del siglo XXI, celebro muchas de las conquistas de movimientos feministas a partir de inicios del siglo pasado: el derecho a voto, el acceso a la educación, la verdadera mayoría de edad de la mujer en la sociedad... Espero que las mujeres sigamos llegando a nuevos espacios en la vida social y aspiro a que hombres y mujeres juntos iniciemos procesos de transformación en las políticas públicas sobre familia y trabajo, en los ámbitos profesionales, en la vida familiar. No sintonizo plenamente, sin embargo, con quienes pretenden encumbrar a la mujer con una lógica exclusiva de poder, pisoteando a quienes no compartan su visión. La mujer, para afirmarse, no necesita negar al hombre; se afirma por sí misma, mientras afirma al mismo tiempo al varón.
Caso de abuso en Chile
En Chile, al menos, se vincula al Opus Dei con sectores de la élite empresarial y social. Incluso, políticamente hay quienes le identifican con la derecha. ¿Por qué cree que sucede aquello?
El Opus Dei viene a continuar la misión de Cristo, en su Iglesia y, por lo tanto, como a Él, de cien almas nos interesan las cien, sin distinciones. San Josemaría transmitió a los fieles de la Obra el deseo de trabajar con todos. El desafío no es fácil, y seguramente no siempre lo sabremos hacer bien, pero me consta que en Chile, desde Arica a Punta Arenas, hay personas de todas las clases y condiciones, que encuentran en la Obra fuerza, estímulo y apoyo.
El Opus Dei no ha estado exento de acusaciones de abusos por parte de sacerdotes. De hecho, en Chile hay un caso que se investiga. ¿Cuáles han sido los criterios generales con que se han abordado estas situaciones?
Como usted apunta, en el Opus Dei no somos inmunes a este flagelo: hay dos procesos en la Santa Sede. Pedimos a Dios consuelo para las víctimas y, ante denuncias hay que ponerse inmediatamente a trabajar para llegar al pleno esclarecimiento de los hechos denunciados, para que se haga justicia, y para establecer todo lo necesario, de modo que nunca más vuelva a suceder algo así. Desde un punto de vista práctico, esta prelatura siempre ha sido especialmente cuidadosa en estas materias, pero desde 2013 cuenta con un protocolo de protección del menor y con líneas de actuación en caso de denuncias. Consideramos muy importante facilitar la escucha con canales claros de denuncia (por ejemplo, a través de la página web); promover una investigación rigurosa; acompañar a la persona afectada, y reparar lo que sea necesario. Además, mientras los hechos no se demuestren ciertos, es imprescindible sostener también, ayudando a una total sinceridad, a quien ha sido denunciado.
¿Y estos instrumentos han sido eficaces?
Es esperanzador ver que en países como Irlanda o Estados Unidos, donde ya hace años que la Iglesia se impuso protocolos muy exigentes de protección de menores y de gestión de denuncias, los casos se han reducido prácticamente a cero en los últimos 5 años.
Respecto del caso que se denunció en Santiago, ¿se conocerán pronto conclusiones?
Las denuncias recibidas provocaron un inmenso dolor, y el vicario regional de Chile manifestó enseguida su deseo de trabajar para llegar al pleno esclarecimiento de los hechos. Creo que esa mezcla de diligencia y transparencia le hizo bien a todos. Como sabe, el caso está ahora en estudio, en la Santa Sede, y seguimos a la espera de las conclusiones.
jueves, julio 25, 2019
Carta al apóstol Santiago.

carta de 2007
Querido Santiago, ya no sé si eres apóstol de España. Ya no es fiesta aquí, sólo en la comunidad autónoma de Galicia y algún otro sitio. A esto ya no le llaman España, dicen que son 17 comunidades autónomas unidas por el Corte inglés, que son unos comercios muy eficaces. Podrías comprar una túnica a precio de saldo en las rebajas del Corte inglés. Este es un país laico, multicultural, progre. Todavía hay rey que te hace la ofrenda, pero sin gran entusiasmo. Vive todavía un tal Fraga que debe ser de tu época. Hoy recé en la capilla de la Virgen del Pilar, que se te apareció en carne mortal para animarte con los españoles aragoneses que eran muy cabezotas. Esto está lleno de moros y musulmanes y no es políticamente correcto llamarte Santiago Matamoros. Tú verás que haces pero es urgente que hagas algo. Santiago y cierra España, se decía : ciérrala de los burócratas de Europa que han puesto su centro en Bruselas, de los que matan niños no nacidos, de los que piensan que este país nació en la II República, o en 1978 o en el 2004, de los nacionalismos excluyentes (algunos andan sin luz estos días y otros andan poniendo bombas en el Tour), ciérrala de los mercaderes y de los políticos mentirosos. Viva santiago, viva.
martes, julio 23, 2019
lunes, julio 22, 2019
domingo, julio 21, 2019
sábado, julio 20, 2019
miércoles, julio 17, 2019
El Prelado en USA.
Vídeo del prelado en Nueva York
Mons. Fernando Ocáriz prosigue su visita pastoral en los Estados Unidos. Tras unos días en Nueva York, viajó a Chicago. “Nuestra oración puede llegar a todos los rincones del mundo”, dijo en su primera tertulia.
Sábado, 13 de julio (Chicago)
Durante su primer día en Chicago, el prelado acudió a la Academia Willows para tener una tertulia con mujeres que asisten a los medios de formación cristiana que ofrece el Opus Dei. Las asistentes provenían de diversos estados del Medio Oeste: Minnesota, Missouri, Wisconsin, Indiana, Kansas, Iowa, Michigan y Colorado.
María contó que sus padres impulsaron los comienzos de la Academia Willows, un colegio cuya atención pastoral está encomendada a sacerdotes del Opus Dei. En su intervención, recordó a don José Luis Múzquiz (Fr Joe Muzquiz), el sacerdote a quien hace 70 años san Josemaría pidió comenzar la labor apostólica del Opus Dei en Chicago. “¿Cómo podemos llevar a cabo ‘la revolución’ del mensaje cristiano como hizo father Joseph?”, preguntó María.

El prelado respondió que la revolución más importante “es la revolución de cada día, la que hace cada uno en su propia vida. Una revolución significa dar la vuelta, es decir, volver de nuevo, volver a Cristo. Esta es la gran revolución que podemos llevar a cabo cada día, y que requiere una revolución constante”.
Más adelante, exhortó a las presentes a confiar en la fuerza de Dios ante las dificultades, especialmente las que afronta hoy la Iglesia. “No debemos ceder al pesimismo cuando vemos dificultades, confusión o problemas. La Iglesia está formada por personas débiles. Nosotros mismos somos débiles. Pero la Iglesia es, sobre todo, la fuerza de Dios. La Iglesia es Jesucristo, presente en su Palabra y en los sacramentos, presente con toda su fuerza salvífica”.
Maripaz, madre de familia, pidió al prelado que hablase sobre la importancia del trabajo del hogar. “Una manera muy directa de entender la importancia del trabajo en el hogar –respondió Mons. Ocáriz– es pensar en la Virgen. La criatura más grande, la madre de Dios, ¿qué hizo durante toda su vida? Cuidó de la casa de José y de Jesús. Humanamente hablando es necesario un ambiente de familia, un lugar en el que todos se sientan a gusto. Esto permite que cada persona crezca, mejore. Es algo que no sólo hace la vida agradable, sino que forma. Y forma también en el ámbito espiritual, porque lo material y lo espiritual están estrechamente unidos”.

Peitong, estudiante de Ciencias políticas de la Universidad de Chicago, preguntó sobre el papel de los jóvenes en la nueva evangelización, ya que le encantaría ayudar a sus amigos de China continental a glorificar a Dios a través del trabajo y de las amistades. “Para colaborar en la evangelización, debemos tener un espíritu universal. Siempre podemos rezar por el mundo entero: nuestra oración puede llegar a todos los rincones del mundo”, comentó Mons. Ocáriz.
Jueves, 11 de julio (Nueva York)
Este año se celebra el 70 aniversario del comienzo del trabajo apostólico del Opus Dei en los Estados Unidos (1949). “En este gran país –dijo el prelado en el primer encuentro del jueves– se ha hecho ya tanto, aunque estamos realmente en los comienzos. Podemos pensar que llevamos ya mucho tiempo en Estados Unidos y que la Obra se fundó hace ya noventa años... Pero, para la Historia, noventa años es el inicio de los inicios”.
Mons. Ocáriz explicó que “ante la realidad de la misión apostólica de poner al Señor en la cumbre, se puede pensar: ‘Sí, es algo maravilloso, una empresa entusiasmante, pero yo tengo tantas limitaciones, tantas dificultades personales…’. A lo que se suman las crisis en el mundo, en la misma Iglesia, que atraviesa muchas dificultades. Pero todo eso no puede ser nunca ocasión de desaliento. El Señor cuenta con nosotros para hacer mucho bien tal y como somos, con nuestras limitaciones”.
Uno de los presentes, Sharif, compartió su impresión sobre la dificultad para el compromiso que ve en muchas personas. “Cuando la libertad no se empeña en un compromiso significativo, la persona vive a merced de los vientos, a merced de sus sentimientos. En lugar de guiarse por la inteligencia y por la propia libertad, se guía por afectos que varían según las circunstancias”, comentó el prelado.
Otro de los asistentes preguntó cómo forjar amistades verdaderas en el trabajo, donde las relaciones pueden nacer a veces por intereses prácticos. “En primer lugar con la oración. Reza por tus colegas. Luego, busca oportunidades para realizar pequeños actos de servicio, pero no como una táctica, sino porque realmente quieres ayudarles. Verán que tu actitud es diferente, sincera, que de verdad les quieres servir. De ese modo, podrás romper barreras y surgirán conversaciones más profundas”.
Los asistentes rezaron juntos por el Papa Francisco. “Sobre sus hombros lleva un peso considerable –dijo el prelado– y cuando habla con la gente, o cuando escribe cartas, termina diciendo: ‘Reza por mí, reza por mí’. Tiene mucha fe en la oración, y nosotros también debemos tener esa fe”.
Por la tarde, Mons. Ocáriz participó en una tertulia con un grupo numeroso de mujeres. Uno de los temas principales de la conversación fue la alegría. “Tenemos la obligación de ser felices. Cuando no seamos felices, no podemos esperar a que la alegría vuelva por sí sola: tendremos que buscarla. Por eso, necesitaremos ir a la fuente de la felicidad, que es el Señor. De ese modo, podremos también hacer la vida agradable a los demás. Estando alegres, podremos hacer apostolado”, les dijo
Varias preguntas que se le hicieron durante la tertulia abordaron el tema del misterio del sufrimiento. Mons. Ocáriz señaló la posibilidad, aparentemente contradictoria, de experimentar la alegría en medio del dolor. “Esto es posible cuando sabemos por la fe que incluso el sufrimiento, cuando llega, es un instrumento para colaborar con Jesucristo en la redención del mundo. Aunque Dios no quite el sufrimiento, podemos tener la alegría de saber que tiene un valor positivo muy grande cuando se une a la cruz de Nuestro Señor”.
Miércoles 10 de julio
Mons. Ocáriz visitó la iglesia de Saint Agnes, en las inmediaciones de la Grand Central Terminal de Manhattan (New York). En 2016, el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, encomendó a los sacerdotes del Opus Dei la atención pastoral de este templo.
A continuación, el prelado acudió a la Zona Cero y rezó en silencio durante unos minutos en el monumento que recuerda a los 2.983 fallecidos en los atentados del 2001.
Por la tarde se reunió con unas 250 jóvenes que asisten a actividades de formación cristiana en distintos centros del Opus Dei. “No consideréis la formación cristiana que recibís como algo exclusivo para vosotras, para vuestro enriquecimiento personal. Esa formación os ayudará a transmitir, dondequiera que estéis, el espíritu cristiano. Todos los cristianos estamos llamados a ser apóstoles en nuestra vida cotidiana, especialmente entre nuestros amigos, transmitiendo la alegría de haber encontrado y seguido a Cristo más de cerca. En última instancia, toda la formación cristiana que recibimos tiene como objetivo ayudarnos a asemejarnos más a Cristo, a tener sus mismos sentimientos, su manera de mirar al mundo y a las personas”, dijo el prelado.
Colleen, una estudiante de Virginia Tech, explicó que, a veces, el estilo de vida de quien trata de vivir el Evangelio choca con el ambiente. “Toda la fuerza que necesitamos para poder hablar de manera convincente se encuentra en la Eucaristía y en la oración. Necesitamos preguntarle a nuestro Señor cómo enfrentarnos a esas situaciones. Al final, cuando nos esforzamos por crear auténticas amistades, ese miedo a hablar de ciertos temas desaparece", afirmó el prelado.
Otra joven pidió consejo sobre cómo explicar a sus amigos que Dios es mucho más que un Juez. "Una manera más profunda de explicarlo –respondió Mons. Ocáriz– es señalando a Cristo en la Cruz. Necesitamos darnos cuenta de que Dios es de tal manera nuestro Padre que entregó a su único Hijo para que muriera por nosotros en la Cruz. El hecho de que quisiera hacer eso es un poco misterioso, pero es el misterio del inmenso amor de Dios por nosotros. Cuando las cosas se ponen difíciles y tenemos la tentación de pensar: ¿Cómo es posible que Dios, que es mi Padre, permita esto?, necesitamos mirar a la Cruz, y hacer un acto de fe en el amor de Dios que Él hizo tan visible en la Cruz de Cristo”.

Al finalizar ese encuentro, le entregaron al prelado una colecta que habían realizado para las múltiples necesidades de los venezolanos.
Martes 9 de julio
El prelado se reunió en New York con unos 200 jóvenes de diferentes ciudades de la costa Este de los Estados Unidos. Monseñor Ocáriz les animó a ser buenos amigos, con una amistad profunda y sincera, desde la que es natural compartir también el amor que se tiene por Cristo. "Lo más importante –comentó el prelado-, es la preocupación que todos debemos tener por ayudar a los demás y por dejarnos ayudar".
En su respuesta a un estudiante de Ingeniería en Princeton, que se está especializando en Inteligencia Artificial, Mons. Ocáriz resaltó de nuevo la amistad como vía para hablar de Dios en un ambiente donde la actitud hacia la fe resulta, a menudo, escéptica. "¿Qué puedes hacer para hablar de Dios en ese ambiente? En general, no se trata de hablar con muchas personas al mismo tiempo, sino de hacer verdaderas amistades con los demás. A través de la amistad, es fácil transmitir lo que sientes, lo que piensas…, pero no con el tono de quien quiere convencer a sus amigos, sino simplemente transmitiendo, a través de la amistad, lo que tienes dentro: lo que tiene valor para ti, lo que te da alegría, lo que te da serenidad, lo que implica la seguridad de contar con la ayuda constante de Dios en tu vida", afirmó Mons. Ocáriz.

El prelado subrayó también la importancia de rezar por el Papa y de estar unidos a él. "Reza mucho por el Papa", dijo a uno de los muchachos. "El Papa tiene, como podéis imaginar, un gran peso sobre sus hombros, y muchos desafíos que afrontar. También hay muchas dificultades dentro de la Iglesia, pero no debemos desanimarnos cuando vemos esos problemas porque, como decía san Josemaría, la Iglesia es fundamentalmente Jesucristo. Tenemos que rezar mucho por el Papa porque tiene un trabajo enorme, una gran responsabilidad, y cuenta mucho con la oración de todos".

Tras el encuentro con los jóvenes, el prelado fue recibido por el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de New York, en la residencia arzobispal. Charlaron durante una hora y, a continuación, visitaron juntos la catedral para rezar en la capilla del Santísimo Sacramento y en la Lady Chapel, dedicada a la Santísima Virgen.
Lunes 8 de julio
El lunes, el prelado del Opus Dei visitó el campus de Nueva York de la IESE Business School. Mons. Ocáriz es gran canciller de la Universidad de Navarra, de la que forma parte la IESE Business School. Esta ha sido su primera visita al campus, que abrió sus puertas en 2009. Le recibió el director en la sede de los Estados Unidos, Eric Weber. Tras pasar por el oratorio, pudo conocer las instalaciones y saludar a una representación de quienes allí trabajan, como los matrimonios Luis y Mariana o Nina y Gerard.
El prelado participó en un acto académico organizado por el Witherspoon Institute, un centro de investigación cuya finalidad es comprender mejor los fundamentos morales de las sociedades democráticas.

Entre los participantes estaban, Robert George, professor de Filosofía Política, R. R. Reno, editor de First Things, y April Readlinger, directora ejecutiva de CanaVox. Las palabras iniciales fueron de Russel J. Snell, director del Center on the University and Intellectual Life del Witherspoon Institute, quien habló sobre los cambios culturales que afrontan actualmente los jóvenes.
En esta línea, la intervención del prelado y el debate posterior se centró en la necesidad de comprender el amor, que a veces queda reducido a puro sentimentalismo. Mons. Ocáriz dijo que la libertad es comprendida completamente cuando surge del verdadero amor. El amor no es solamente sentimientos, sino que pasa por desear el bien del otro. Si amar es simplemente disfrutar usando a la otra persona, se convierte en una especie de egoísmo. Educar en la libertad, dijo, es muy importante para el crecimiento de la gente joven.
Domingo, 7 de julio
El prelado aterrizó en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a primera hora de la tarde.

Le recibieron, entre otros, el vicario del Opus Dei en Estados Unidos, monseñor Thomas G. Bohlin, y algunas familias. Patricia y Thomas White acudieron a saludarle con sus cinco niños. Los pequeños mostraron al prelado una pancarta que habían pintado junto con su madre en la que decían: “Padre, Welcome to the USA.”
sábado, julio 13, 2019
viernes, julio 12, 2019
El Rubín, Baeza, Fundación Aliatar.
https://www.fundacionaliatar.org/quienes-somos/
Aquí paso unos días de estudio y descanso. Una maravilla.

miércoles, julio 10, 2019
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