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Mucha gente que me rodea me dice eso. Sí, creo en Dios, algo tiene que haber. A lo sumo alguno te dice que sí cree en Jesucristo. Mucho más con las campañas que siempre han existido contra la Iglesia, a muchos les viene fenomenal, para justificar su vida anodina, pecadora, egoísta. Lo primero que les suelo decir es que a Jesús los que le vieron, le trataron, unos le creyeron y otros le condenaron, habiendo visto los mismos milagros. Por tanto seguir a Jesús exige Fe. En cuanto a la Iglesia está asistida por Dios, especialmente el Espíritu Santo, nos confirma en la Fe, nos explica las escrituras y parte el pan, como Jesús; así lo quiso Jesús. Chesterton decía que viendo en la historia y en la actualidad a tan malos ministros de la Iglesia, su permanencia es asombrosa. Mucho desearían como el rico Epulón, llegados a este punto se adivina si el interlocutor sabe algo de los evangelios, que Dios mismo se les apareciese. Dios te quiere libre, te propone, no te impone. Primer consejo lee a diario al menos 3 minutos los evangelios que narran la vida de Jesús; abre tu corazón, no te quedes en tópicos de vender el patrimonio de la Iglesia, como tampoco para solventar el paro se te ocurriría vender el Prado. Reflexiona si ese Dios en que crees, es un dios a tu medida: no existe el diablo, la culpa es de los demás, el infierno es para asustar, pago mis impuestos y no mato. No intentes meter a Dios en tu cabeza, pobre Dios sería un Dios que cupiese ahí. Sé humilde, desconfía un poco de ti y confía en Dios, no te cierres. Y si sabes rézale a la Virgen un ave maría, si no sabes, dile Madre mía y de Dios ayúdame.