Inquina
Basílica de San Pedro. Ciudad del Vaticano. Roma.
Últimamente he hablado con dos o tres personas y en cuanto les he manifestado mi afecto a la Iglesia se han puesto de los nervios. Qué vergüenza, la Iglesia es la mayor mentira y el mejor negocio del mundo, se aprovechó de la ignorancia, ahora lo va a pagar, el Vaticano, las riquezas, los avances científicos.
Tópicos, típicos y en cuanto empiezas a dialogar y desmontar, te dicen que has sido programado para contestar así. Les digo que quien les programó a ellos. He llegado a oír que las culturas indígenas del nuevo mundo estaban mucho más desarrolladas (sacrificios humanos, edad de bronce). Es curioso pero se ha metido en la gente un odio superficial pero muy efectivo, que impide todo diálogo. Parece que el intento racionalista y masón y luterano de las leyendas negras de la Iglesia ha ido cuajando.
¿Por qué no me hablan de ingleses y franceses en sus maravillosas colonizaciones, donde no queda ni un indio para contarlo? Además justo en un momento creo yo, donde la Iglesia es más libre del poder temporal que nunca, más abierta al diálogo con el mundo y las religiones que nunca. Cierto que hay mucho que matizar y explicar, pero en la Iglesia es donde he conocido a Cristo, es el cuerpo místico de Cristo. Puede ser una muy buena señal, os perseguirán, no es menos el discípulo que el Maestro, os enviarán a la cárcel.
Eso fue lo que dijo Jesús y parece que se cumple. En cualquier caso un esfuerzo por no ser superficiales. La ignorancia es muy atrevida. Uno de estos me decía que los evangelios los impuso un emperador romano ¿¿¿¿????. Pero conviene también considerar que la Iglesia es madre, mi madre y exige un respeto.
Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es
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