lunes, mayo 25, 2009

Efímero.



Una nueva ley o decreto convierte bibliotecas enteras en Historia del Derecho. Tengo la sensación de que todo va muy deprisa. Radios, noticias, casos, elecciones, eventos, meses, consejos de verano, de invierno, balón gástrico, modas. Es necesario marcar un tempo personal y con espíritu crítico distinguir lo importante de lo que no lo es, lo efímero y lo permanente. Sinceramente me he hecho mayor, mis sobrinos me tratan ya como un anciano, mis consejos huelen a naftalina. Me pongo un tango, que veinte años no es nada.

2 comentarios:

eligelavida dijo...

No te desanimes. Ya sabes que para un niño, cualquiera que pase de los 30 es un “señor mayor”.

Lucía dijo...

Me parece que en éstos últimos veinte años ha habido muchos cambios y a una velocidad de vértigo. Quizá en los veinte anteriores también pero por la edad no era consciente. Veinte años mirados hacia atrás sirven para entender muchas cosas y ver que en las accesorias uno puede adaptarse a los tiempos y que incluso rejuvenecen un poco. Las permanentes , como son intemporales, ahí siguen.