A través de las tinieblas que me rodean
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
La noche es oscura
y estoy lejos del hogar:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Guía mis pasos: no pido ver ya
lo que se dice ver allá abajo: un solo paso cada vez
es bastante para mí.
Yo no he sido siempre así
ni tampoco he rezado siempre
para que Tú me condujeras. Tú, siempre más adelante.
Deseaba escoger y ver mi camino; pero ahora:
¡condúceme Tú, siempre más adelante!
Ansiaba los días de gloria, y a pesar de los temores
el orgullo dirigía mi querer:
¡oh!, no te acuerdes de esos años que pasaron ya.
Tu poder me ha bendecido tan largamente
que aún sabrá conducirme siempre más adelante
por el llano y por los pantanos,
sobre la roca abrupta y el bramar del torrente
hasta que la noche haya pasado
y me sonrían en la mañana esas caras de ángeles
que había amado hace largo tiempo
y que durante una época perdí.
¡Condúceme, dulce Luz!
¡Condúceme Tú, siempre más adelante!
Beato Jhon Henry NEWMAN
3 comentarios:
Qué maravilla.
¡Gracias!
Esta bellísima oración la compuso JH Newmann en su viaje a Sicilia, donde estuvo muy cerca de la muerte...
Ejemplo admirable de buscador de la Verdad, al margen de conveniencias de cualquier estilo...
Cuando se reza así, la paz es el fruto inmediato...
Tui memor
Eso queremos que nos guíe .Muy bonita la oración.En este mundo que va tan deprisa leer algo así da paz
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