No se si va con segundas o con terceras, pero cada vez que decimos «Podemos» deberíamos añadir la cita: Mt 20, 22. O, mejor aún, escribirlo en latín, que es como aparece en la Vulgata: Possumus (Mt 20, 22). Queda mejor, y así está claro que no nos inventamos nada.
La traducción litúrgica española, siempre mejorable, ha optado por un «lo somos» como respuesta de Santiago y Juan a la pregunta de Jesús: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Pero, si queremos una traducción más literal, el diálogo sería: -¿Podéis? – ¡Podemos!
En todo caso, ni Santiago ni Juan sabían de lo que hablaban o lo que decían. Si hubieran sabido entonces que Jesús les estaba invitando a padecer con Él, quizá se lo hubiesen pensado dos veces antes de responder. Y, aunque pensaran que se refería el Señor a una copa de cerveza, responder podemos era una insensatez. Días después se lo manifestaría el propio Señor: Sin mí no podéis hacer nada (Jn 15, 5).
No. No podemos. No podemos nada sin Cristo. Tan sólo podemos hacer el mal, y el mal es nada, como nada es la muerte. Pero la nada duele. Cuidado.
1 comentario:
LA ORACION DE LA TARDE:
Ay Señor, que pena más grande.
A todos estos que ejercen la violencia, que machacan sin piedad a gente buena, que les hace la vida imposible, que les persiguen con odio...son mis hermanos Señor!
Mándales un rayo!
Yo no puedo Señor, no puedo con estas cosas.
Un beso,
Jyy+
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