21 de enero de 2025 |
“¿Estás triste, hijo mío?” |
Nunca te desanimes si eres apóstol. -No hay contradicción que no puedas superar. -¿Por qué estás triste? (Camino, 660) |
La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre. (Camino, 657) Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. -¿Salen mal? -Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz. (Camino, 658) Para poner remedio a tu tristeza me pides un consejo. -Voy a darte una receta que viene de buena mano: del apóstol Santiago. -"Tristatur aliquis vestrum?" -¿Estás triste, hijo mío? -"Oret!" -¡Haz oración! -Prueba a ver. (Camino, 663) No estés triste. -Ten una visión más... "nuestra" -más cristiana- de las cosas. (Camino, 664) "Laetetur cor quaerentium Dominum" -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. -Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza. (Camino, 666) |
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