No te asustes, ni te desanimes, al descubrir que tienes errores..., ¡y qué errores! –Lucha para arrancarlos. Y, mientras luches, convéncete de que es bueno que sientas todas esas debilidades, porque, si no, serías un soberbio: y la soberbia aparta de Dios (Forja, 181). |
Que Dios tiene sus favoritos es algo que no puede dudarse. ¿Acaso no los tienes tú? ¿Quién ha dicho que Dios tenga que tratar a todos por igual? De entre todos los pueblos, escogió a Israel. De entre todos los judíos, escogió a doce apóstoles. Y, de entre todos los apóstoles, escogió a Pedro, Santiago y Juan como sus íntimos. No hay duda; Dios tiene sus favoritos. |
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