sábado, febrero 24, 2007

Profesores de religión.



















El tribunal constitucional reconoce que el sistema establecido en el Acuerdo Iglesia y Estado sobre enseñanza y asuntos culturales, es compatible con la Constitución. La Iglesia a través del Obispo designa cada año quienes impatirán esta asignatura y el Estado los contrata. El problema surge en el caso de que un profesor, por su forma de vida incompatible con la Fe, no sea designado. Ha adquirido derechos el profesor? Bien para empezar, el sistema no es tan raro. Si el ejército español quiere tener asistencia religiosa católica o de otra confesión, contrata al sacerdote que le designe el ordinariato castrense, ya que una asistencia de ese tipo no podría darla otra persona. También en España el rey propone a la Santa Sede quien será el Obispo castrense, previa deliberación de la nunciatura y el ministerio de asuntos exteriores, quizás por la peculiar misión que tiene el ordinariato castrense. Son trabajadores especiales, sometidos a una relación laboral sujeta a un Acuerdo internacional. También en las Universidades los profesores asociados no tienen contrato indefinido sino que se renueva cada año y si no hay estricta necesidad se puede prescindir del asociado. La Iglesia debe velar para que se impartan los programas y que la educación que se dé sea efectivamente católica. El Estado cumple con la Constitución cuando ésta reconoce el derecho fundamental de los padres a la educación moral y religiosa de de sus hijos. Ya basta de discutir por el chocolate del loro y además muchos profesores de religión son la alegría del centro, se involucran con sus compañeros y organizan actividades culturales, sociales y de asistencia.

3 comentarios:

Lilian dijo...

Acá en Chile, ocurre lo mismo. Es el Obispo que en cada jurisdicción entrega la Missio cannoniga (no sé como se escribe) previa carta de recomendación del sacerdote de su parroquía, que lleva una vida intachable y que es un miembro activo en su iglesia. Debe cumplir además con su título profesional respectivo

Anónimo dijo...

Me parece fenomenal que se pida coherencia de vida a los católicos que impartir la doctrina católica. Ahora bien, parece ser que los pécados públicos son más importantes para la Iglesia que los privados!quizá porque escandalizan,es cierto.No entiendo de otros consagrados o sacerdotes que reinciden y reinciden en abusos sexuales o vicios y son solamente pecados personales que confensándolos no hay problema!La Iglesia de algun modo debería velar más de cerca y ser menos tolerante también con otros católicos, pienso yo.

Lilian dijo...

Plenamente de acuerdo contigo Anónimo, por esa "falla" a los católicos nos hacen papilla. El silencio, mandar a los implicados a otras regiones para tapar el escándalo, lo único que hace es agravar el problema, y al final es mucho peor para la Iglesia que ve poca coherencia.
Saludos