sábado, marzo 23, 2013

La Iglesia de los pobres.





Mi experiencia  dice que donde hay adoración a Dios, devoción a la Virgen, vida espiritual, doctrina clara; siempre hay caridad, afán de promocionar a los hombres, iniciativas de solidaridad, cuidado de los más débiles.





Texto muy bueno de Juan Manuel de Prada.


«¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!», ha confesado el Papa Francisco. El desiderátum papal nos invita a reflexionar sobre la vigencia de la doctrina social de la Iglesia, un corpus de enseñanzas que suelen ser consideradas a beneficio de inventario, incluso por los propios católicos. Para justificar esta preterición, se suele aducir que la doctrina social de la Iglesia no propone soluciones «técnicas» para combatir la injusticia social; excusa con la que en realidad se pretende negar su competencia para definir los principios sobre los que debe asentarse un orden político, social y económico justo. La misión de la Iglesia es, desde luego, la salvación de las almas; pero la salvación de las almas exige que los hombres vivan cristianamente, lo cual se torna cada vez más difícil cuando las instituciones políticas y las estructuras económicas no se guían por un fin de justicia social. Si repasamos los dos últimos siglos de la historia descubriremos que cuando la Iglesia más cerca estuvo de los pobres fue bajo el mandato de papas que nuestra época juzga «reaccionarios». En efecto, fue en tiempos de San Pío X, León XIII o Pío XI cuando desde el seno de la Iglesia se promovieron iniciativas sociales más eficaces, cuando el servicio a los pobres fue más fecundo e irradiador: fundación de congregaciones religiosas dedicadas al auxilio, formación y atención espiritual de las clases populares, creación de asociaciones obreras, montepíos y un largo rosario de instituciones que combatían con denuedo los fundamentos y la praxis de un orden social injusto. Y los Papas que impulsaron tales iniciativas fueron campeones de la ortodoxia, atentos siempre a la salvación de las almas. Es precisamente cuando se difumina esta misión primordial cuando la Iglesia corre el riesgo de desnaturalizarse, convirtiéndose en una «ONG piadosa».

Tras la Segunda Guerra Mundial, la doctrina social de la Iglesia no hizo sino decaer. La expansión del comunismo, por un lado, y la consolidación —bajo disfraz democrático— del «imperialismo internacional del dinero», por otro, condenaron la misión de la Iglesia al ostracismo: en el ámbito comunista, la Iglesia sobrevivió en la clandestinidad, en medio incluso de persecuciones martiriales; en el ámbito capitalista, se le ha permitido vivir en la legalidad, convenientemente castradita y progresivamente irrelevante, con la condición de que no denuncie proféticamente un orden inicuo (lo que tal vez sea peor que el martirio de la sangre). Así, inevitablemente, surgieron iniciativas como la llamada «teología de la liberación», nacidas de un impulso noble de rebelión ante la injusticia social, pero heridas en su naturaleza, que trataron de acercar la Iglesia a los pobres... mientras los pobres se marchaban a las sectas evangélicas, que era donde les seguían hablando de la salvación de su alma.



El desiderátum papal será inevitablemente interpretado de forma banal. Se dirá que si la Iglesia desea ser «pobre y para los pobres» deberá empezar por deshacerse de sus tesoros artísticos para dárselos a los pobres, que es exactamente lo mismo que reclama Judas en el pasaje evangélico de la Unción de Betania. En nombre de los pobres, la Iglesia ha sido muchas veces despojada (la historia española, con su rosario de desamortizaciones e incautaciones de bienes eclesiásticos, es un ejemplo palmario) por aquellos mismos que, a la vez que se lucraban con estos despojos, deseaban desactivar las iniciativas sociales católicas. Una auténtica «Iglesia pobre y para los pobres» es otra cosa muy distinta; aquellos papas tan «reaccionarios» que impulsaron la doctrina social de la Iglesia, lo sabían perfectamente



7 comentarios:

misael dijo...

Don Sinretorno,

La frase "¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!", me sentó como un baño de agua fría, y mojado ando todavía.

Le comenté, a un buen amigo, la frase y su respuesta fue "¿ Acaso necesitamos una Iglesia rica para los ricos ?"

Ay ! Ni vd. SinRe, ni D. Juan Manual, han emitido juicio alguno sobre qué pudo pretender y o motivar al autor de la frase para hacerla.

Pero, hemos de presuponer muy buenas razones para semejante frase, porque para el no católico e incluso el católico "poco convencido" la pregunta tras la frase es obligada: "¿ Así que la Iglesia no es pobre, sino que es rica ?", y aún sin pretenderlo, la frase pone en el "disparadero" a tantas y tantas personas, católicas, que trabajan por el bien de otros e incluso sin trabajar, siendo católico militante, puede hacerle aparecer como un miembro de un club selecto.

Ha sacado vd. una frasecita que me tiene muy mosca. Yo no veo las parroquias que conozco que sean ricas, tampoco creo que las parroquias de por ejemplo Namibia anden en abundancia, ¿ a qué tipo de riqueza se refiere el autor ? Se entiende que es la riqueza material, porque ante la ambigüedad, y sin aclaración del autor, estamos en nuestro derecho de pensar lo más obvio.

En fin DonSin, entre caballeros sobran palabras, pero ¡ es que hay que ver ! ¿ eh ? ;-)

Saludos.

Sinretorno dijo...

Misael, usted como tipo listo, era antes filósofo???, hila fino. Mayormente estoy con usted y por eso el artículo de Prada me parece aclaratorio
Pero es que hay gente con muy buen criterio que empieza a irmás lejos
cfr http://fraynelson.com/blog/2013/03/23/una-carta-al-papa-francisco/

De todos modos, me enseñaron que al Papa hay que quererlo, sea quien sea. Todavía estamos en los gestos, en la impronta humana...queda mucho, pero Fray Nelson, ya lo apunta.

misael dijo...

Sinre,

Cállese bombre, cállese !! Que me descubre !! ;-)

Si yo fuera listo... no llevaría esta vida, sino la que Jesús quiere para mi.

Creo que estamos 100% de acuerdo. Al Papa hay que quererlo, hay que rezar por él y esperar. El Espíritu Santo, sin duda, ha encontrado muy buenas razones para elegir al Papa Francisco. La valentía que demuestra, tanto físicamente, con el coche descubierto, como espiritualmente, sin importarle romper cánones "humanos", nos provee de esperanza de una mejor Iglesia, que es precisamente lo que todos los católicos queremos.

Gracias por el link. Le echaré un vistazo.

Un cordial saludo.

Old Chap dijo...

En efecto, el término pobre es claramente polisénico y, en consecuencia puede conducir a interpretaciones variadas...
Pienso que el Papa Francisco cuando habla de pobreza se está refiriendo in recto a una iglesia -todos somos iglesia- no esclavizada por los sentidos, sino con visión sobrenatural -con vida teologal- que sepa llegar a todos los pobres: los que carecen de fe, esperanza y caridad, que son los más necesitados y por supuesto los que tienen carencias materiales..
Buona Pascua
Old Chap

Sinretorno dijo...

este blog tiene memoria y conoce a sus pastores y a sus ovejas.....anda reza por mí, que andamos todos en ello.

misael dijo...

Donsin,

A propósito de todo esto, y viniendo MUY al caso... el otro día le decía a una persona, no católica, sino protestante, y mi intención iba en el sentido de que no considerara que los católicos somos borregos detrás del Papa, bueno digo que le decía, "mire vd., es muy probable que muchos católicos no lo sepan, aunque sí lo practiquen, pero los católicos tenemos libertad de conciencia en prácticamente todo, porque muy pocos son los dogmas que nos obligan, pero... ¡ eso sí ! tenemos el deber de formar nuestra conciencia debidamente".

Vd. ya me entiende, donsin.
Pero no vuelvo a escribir más..., al menos en este hilo, que estoy monopolizándolo. Hasta otro hilo.

Saludos

misael dijo...

Faltando a mi palabra, donsin, a ver si puede leer este http://blogs.elconfidencial.com/economia/lleno-energia/2013/03/23/chipre-y-el-circo-europeo-otro-caso-ldquoexcepcionalrdquo-8208

¡ qué bueno !