jueves, marzo 14, 2013

Francisco I, el Papa que vino de América.

    De aceprensa.




Los cardenales tenían que elegir obispo de Roma y “parece que han ido a buscarlo casi al fin del mundo”, ha dicho el nuevo Papa a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro. El Card. Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, que ha tomado el nombre de Francisco I, era hasta hoy arzobispo de Buenos Aires. Es el primer Papa jesuita y también el primero procedente del continente americano.




Tras saludar a la gente y agradecerle la acogida, el nuevo Papa pidió una oración por su antecesor, Benedicto XVI, “para que el Señor le bendiga y la Virgen le guarde”. Él mismo comenzó el rezo de un padrenuestro, una avemaría y un gloria.



En su alocución desde el balcón de la basílica de S. Pedro, Francisco I se ha presentado ante todo como obispo de Roma. Ha expresado su esperanza de que el camino recién emprendido “sea fructífero para la evangelización de esta bella ciudad”.



Antes de impartir la bendición, Francisco I pidió a los fieles que rezasen por él, y se inclinó mientras los presentes en la plaza elevaban sus plegarias en silencio. Subrayó la necesidad de rezar unos por otros y por el mundo entero, para que sea una gran fraternidad. Al despedirse de la gente, dijo que al día siguiente iría a rezar a la Virgen.



Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Estudió ingeniería química, y después, en 1958, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. Recibió formación humanística, filosófica y teológica en Chile y Argentina, y fue ordenado sacerdote en 1969. Los dos años siguientes residió en España.



Luego fue maestro de novicios y profesor de Teología. Desde 1973 fue Provincial de los jesuitas en Argentina, y a partir de 1980, párroco en la diócesis de San Miguel. En 1986 se trasladó a Alemania para completar su tesis doctoral.



En 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires, y en 1997, coadjutor de la misma archidiócesis. Al año siguiente, a la muerte del Card. Antonio Quarracino, le sucedió en la sede de Buenos Aires. Juan Pablo II lo nombró cardenal en 2001. Fue presidente de la Conferencia Episcopal argentina de 2005 a 2011.



Es autor de los libros Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986) y Reflexiones de esperanza (1992).

3 comentarios:

elsillóndepapá dijo...

Creo que es el momento de un Papa así, estoy convencido de que es lo que la Iglesia y el mundo necesitan. Rezaremos por él, para ayudarle en su nueva y dura misión. Un abrazo

o blog de xesús lópez dijo...

Creo que la Iglesia se hace aún más universal. Además, un papa jesuíta.
Conocéis algo de Leonardo Castellani, otro jesuíta y enciclopedista argentino, de mediados del pasado siglo, con muchísima obra que, poco a poco, nos va presentando en España Juan Manuel de Prada?.
Una oración, o más, por el nuevo papa, jesuíta como Castellani, el Papa Francisco I.
Un saludo.

Anónimo dijo...

No era papable,o eso decían los "enterados".Era nada más que el que tenía que ser,tiene todo mi amor y agradecimiento.Y además !me gusta!,la Iglesia es Una pero tan diversa como todos sus hijos.Acompaño al Papa con la oración,!viva,viva,viva!Tu contenta tia Janusa