Trato amable.

Alfonso es un chico joven , encargado de un restaurante italiano al que voy. Te atiende con educación, respeto, pero te hace sentir especial, porque aunque tenga a muchos que atender , te hace sentir único. Son pequeños detalles, imperceptibles, pero lo hace muy bien. Ayer le felicité y me lo agradeció. La hostelería puede ser un buen negocio, pero simpre me pareció muy esclavo, de mucho trabajo. Sonreir sin ganas, de hecho cuando hay mal rollo en ese trabajo se nota mucho. Madrid tuvo fama de ser un sitio donde eras muy bien atendido, ahora muy multicultural, la camarera brasileña no se entera de lo que pides, de que es un vaso ancho, pero mantiene nivel. No hay peor cosas que entrar en un sitio para comprar y que parece que no les guste vender, no atienden, si pides el 44 te dicen que no lo tienen y no te intenta colar otra cosa. Un homenaje a este personal.