domingo, diciembre 31, 2006

2007.

























Me acuerdo del horizonte 2000, era una fecha mágica, el futuro, el milenio, el siglo XXI. Resulta que vamos para el 2007, todavía sin replicantes, sin revisión de la pupila, pero ya cerca. Paseaba por San Sebastián, más belenes que nunca y el Belén de la plaza guipuzkoa, precioso, con su mercado, su río natural y los patos. Entramos para ver el Belén de la Diputación. La frase del frontal no para de golpearme: "vino a los suyos, y los suyos no le recibieron". El evangelio no sólo es un tratado de frases que dan paz, acaramelado, de algodón de azúcar. Es duro, a veces, incomprensible. Lo más duro es ir a los tuyos y que no te reciban. A la vuelta de 2007 años sigue viniendo y buscando. Que nos bendiga en este año.