miércoles, agosto 28, 2024

Sepulcro blanqueado.

 Por muy guapo que te lo dejen, un muerto es un muerto, y la muerte es fea. El Crucifijo, sin embargo, es hermoso. Su belleza no proviene de los hombres, ni del trabajo de celadores de funeraria, ni siquiera de los amorosísimos bálsamos de la Magdalena. La belleza del Crucifijo brota de un corazón atravesado que ha derramado su perfume sobre la tierra y ha convertido la muerte en Amor y en Vida. Quien repara en esa belleza entiende que ese Hombre resucitaría.



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