lunes, mayo 29, 2006

Obediencia civil.


Sinceramente me ha sorprendido, lo de la prohibición del tabaco. Se cumple. Yo esperaba que los vestíbulos , las estaciones, los centros comerciales, estarían llenos de colillas y de gente fumando, que nadie hiciese caso. Se ve que el personal está muy concienciado de que el tabaco es muy malo. Eso sí la complicidad de lo prohibido hace que fumar sea un rito, un guiño a los demás fumadores, de que somos trasgresores. Otra cosas son los bares, hay fuma todo el mundo. Pero en cualquier caso los españoles han dado nota alta en esto de obedecer, lo que me parece sospechoso, no somo lo que éramos. Me divertí ayer con las diferncias entre felipe Glez., todos sus amigos son riquísimos y de derechas, y el pobre Zapatero que cada vez que abre la boca, hay terremoto en Java. Ahora le dio por la poesía, a Zapatero, y Glez. dice que está machacando el invento. Echo en falta la alegría de mis sobrinos y a las gemelas.

3 comentarios:

Lilian dijo...

Debo dejar de fumar :(

Anónimo dijo...

Lamentable.
Penoso y ridículo es ser dependiente de unas substancias tan dañinas y alienantes como son las drogas, de cualquier tipo.
Isabel, SinRetorno, pertenézcanse a sí mismos.


El Chico del Amanecer

Embajador dijo...

Hace muchos años andaba por el aeropuerto de Barajas con un compañero australiano. Me paré cerca de una columna donde había un cenicero de esos grandes, y me encendí un cigarro. Mi compañero comentó:"Solamente un español es capaz de encenderse un cigarro debajo de un letrero de Prohibido Fumar". Era verdad, en la columna había un letrero bien grande. Pero yo no había reparado en él. ¿A quien se le ocurre poner un letrero de prohibido fumar encima de un cenicero?. A un español supongo. No había ánimo transgresor, en serio, era que como dice el anterior "no me pertenecía a mi mismo". Y sigo sin hacerlo, por cierto.