miércoles, enero 03, 2007

Catarsis.

























Estos días tan familiares suelen tener escenas de catarsis. Llega la cena del 31 y los niños no quieren delicatessen, sino tortilla de patatas y gulas con Fanta y chuches. Intentas levantar a un pastor del Belén y descubres en el musgo dos huesos de aceituna y un trozo de pollo sin mascar. La familia está entonada con la copita previa, la abuela llora mientras se quita los dientes, la cuñada pone cara de asco, el abuelo comienza a hablar de las facturas del teléfono y de que en sus navidades sólo había pan con aceite. Se pone un poco la tele para tranquilizar la intensidad del evento, ves a Rubalcaba, a Ibarretxe, a Pepiño, a la Pantoja, a Zapatero y el personal , caliente, comienza a insultar, a vociferar, a recordar el verano que pasamos en Fuengirola. Alguien chilla más, pero nadie atiende, uno de los peques se ha atragantado con el turrón duro. Nadie es médico, pero todos intentan la maniobra que vieron un día en la Tienda en casa o saber vivir, el niño está ya morado, hasta que alguien le pone boca abajo, le sacude y el niño respira. Alguien se ha desmayado. Dónde están la uvas? Se perdieron. Los niños hacen competición con bocabits y gana el mediano que se ha comido 22 en los doce segundos.. Hogar, dulce hogar.

2 comentarios:

Karola dijo...

Vaya ajetreo de fin de año!! Suelen pasar cosas así.. Jaja. Feliz Año

Anónimo dijo...

Venga, venga, Caraacara, que no todo es como lo pintas. Seguro que la cena del 31 fue de agárrate y no te menees, que te han cañido algunos suculentos aguinaldos, que has tenido todo el tiempo del mundo y que este año tampoco se te ha visto por la cocina ni antes ni después del evento. Menos llorar que te has puesto tibio y te encantan las batallistas familiares. Qué sería de nosotros sin ellas...