lunes, noviembre 02, 2009

Los fieles difuntos.



Llega un momento en la vida, en que tienes más amigos, familia, etc, en la otra vida que en esta. La doctrina católica nos dice que hemos de purificarnos en esta vida y también en la otra para ver a Dios cara a cara. Una lágrima se seca , una flor se marchita, pero las oraciones, los sacrificios, las horas de trabajo ofrecidas por quienes han fallecido les ayudan a purificarse. En el círculo de esta semana nos leyeron un texto de santo Tomás Moro sobre su devoción a las almas del purgatorio. A los pobres y necesitados se les ve, a veces podemos darles incluso para que no nos den la lata. Pero rezar por los difuntos a quienes no vemos es una obra de misericordia genial. El pueblo cristiano lo tiene muy claro, por eso estos días los cementerios y las Iglesias se llenan para rezar por los difuntos, sin que nadie toque a rebato. La comunión de los santos; cielo, tierra, purgatorio es una realidad palpable. Y al tiempo una ocasión estupenda para servir a Señor que no pueda morir.

4 comentarios:

Carlos Esteve Rozas dijo...

Amén

Sinretorno dijo...

Amén, amén. jajajajajajajaja.

Anónimo dijo...

Tienes razón, acabo de llegar de Misa. Llenazo, aunque ví poca gente joven. Ya empezarán a ver la otra orilla.

calvo dijo...

La comunión de los santos es imparable.Hoy por ti mañana por mi.ANIMO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!