miércoles, diciembre 08, 2004

Gracias blogreaders.

Todo empezó como un juego con esto del blog. Los primeros que entraban, me tomaban el pelo, eran dos o tres amiguetes, se inventaron lugares y personas, desarrollaron una personalidad múltiple para animarme a seguir escribiendo. Pero aquí viene la magia del blog, de internet, se te va de las manos y te lee gente que no sabes. Hay uno que insiste en que soy cura, no lo soy pero gracias, otro me llama loco o fundamentalista, gracias, gracias a todos. No está de moda decir gracias, te dicen "no me des las gracias, lo hago porque es mi deber" "porque me pagan","porque es mi trabajo", pues sí gracias a todos, todos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

por fin esto suena a tu despedida!!!! Adios !!!!

Anónimo dijo...

Espero que como dice el anterior esto no sea tu despedida de los blogs. A mi me comentó mi hermana lo de tu blog y lo encuentro de lo mas interesante. A veces me rio por las cosas que te ponen, pero eso es porque te lee mucha gente, osea que son muchos, y de esos muchos algunos te comentan. Es la primera vez que te escribo. Yo no tengo blog, porque no se me ocurren cosas que poner, pero no dejes de poner tus articulos. Somos ya muchos/as lo que lo leemos. Y pasa de los que te ponen verde y no dan la cara. Son unos cobardes. Me llamo Esther y tengo 16 años.

Anónimo dijo...

Esto es como lo de Vera. Que se va a suicidar, que va a hablar, que ha dicho que va a hacer algo. En este blog tan genial no veo por ningun sitio que caracara se retire. Y no debe retirarse.

Anónimo dijo...

No quiero ni pensar en que vas a dejar el blog. El hueco que quedará en la blogosfera sería tan difícil, tan difícil de rellenar, que no puedo ni imaginarlo

Anónimo dijo...

Tus fans te suplicamos que no dejes este blog por favor. Sería muy dificil vivir sin esas opiniones tan acertadas y que nos acen pensar y esas cosas. Gracias de verdad y aguanta.

Anónimo dijo...

Pues la verdad, a mí tampoco me importaría mucho que lo dejases. Cierto que tendría que buscar nuevas formas de perder el tiempo que dedico a tu blog; pero creo que me haría bien.
Una cosa curiosa me pasa sin embargo: si tú lo dejas, dejaré de leerte; pero no puedo dejarlo si no lo dejas: soy incapaz.
¿Qué extraño sortilegio ejerce el blog sobre mi mano, que desliza el ratón y lo cliquea de forma que no puede evitarte?
Abandona el blog. Lo prefiero a seguir encontrando estupideces de "tengo catorce años, me llamo Jennifer y tu blog espiritual me reconforta" o "qué razón tienes aunque no seas cura, cómo te queremos los blogueros y qué bonito tu traserito: muakss"; porque esa es otra: no sólo me leo tu post, buceo en los comentarios. Es la droga más repugnante a la que me he enganchado.