martes, enero 15, 2008

Etapas del hombre.

















Cuando digo hombre me refiero también a la mujer, claro. Aunque precisamente al ser iguales como personas y diferentes por la modalización sexual, esto hay muchos que no lo admiten, esas etapas tienen colorido e intensidad diferentes. En un profesor se dice que de joven eres como Sancho el fuerte: se enseña más de lo que se sabe, se reforma casi todo, te comes el mundo; aspiramos a ser Sancho el Sabio: pocas certezas pero sólidas, dudas amplias, moderación y esperamos no acabar como Sancho Panza preocupados del plato, el vaso y el sillón. Una de las cosas que uno percibe es el sentido del sufrimiento, del dolor, de las limitaciones. En la Salve a la Virgen se habla de este valle de lágrimas, no es metáfora. Pero le decimos esa expresión que he oido en Jaén tantas veces, Ea, Señora nuestra míranos. Ser sabio no es ser listo o muy inteligente, es saber ponderar, aquilatar, aceptar y aceptarnos y aceptar a los demás. Al escribir este blog, soy muy consciente de que una cosa es predicar y otra hacer o ser. Puede dar la impresión de que lo que uno dice es fácil para unos tipos raros amantes del camino estrecho. No, yo y el creyente tenemos dudas y miserias y contradicciones más inexplicables en quien es consciente de ello que quien no. Sabios y también sencillos, que no simples.Ea.

2 comentarios:

gioconda dijo...

Desde el Norte alabamos la claridad y sencillez al explicar los temas que aludes."La alemana "queda maravillada con lo que escribes.El que quiera oir que oiga...

Sinretorno dijo...

Sois gente a favor, por eso os permito esos desvaríos. Besos a la ama y a Gioconda.