domingo, septiembre 11, 2005

Perdonar.

Pido perdón por mi pataleta, pero es un clásico dentro de este blog el despedirse periódicamente, para que aparezcan personajes nuevos, conjeturas, ánimos,disputas y cierto ambiente de jolgorio. Creo que los domingos comentaré algo del evangelio del día. El de hoy trata del perdón. Decimos en el Padre nuestro, "perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Perdonar es algo divino. En uno de sus milagros Jesús dice perdonados te son tus pecados, los fariseos y doctores de la ley pensaron , "quien puede perdonar los pecados sino sólo Dios". Jesús muere perdonando, salvando, ofreciéndose como víctima por cada uno de nosotros. Pero ojo, nosotros hemos de perdonar también, porque siempre Dios te ha perdonado a ti más que tú a los demás. Algunos dicen perdono pero no olvido, otros no han perdonado nunca, o no piden perdón nunca, otros te perdonan la vida. Hay que tener corazón grande y noble para perdonar. Muchos me dicen que se confiesan directamente con Dios, efectivamente sólo Dios sabe lo que pasa entre una persona y El, pero también sopló sobre los apóstoles, después de resucitar y les dijo "a quienes les perdonarais los pecados les serán perdonados", el sacramento de la confesión es muy sano, nada enfermizo, no hay más que ver con que ilusión se confiesan los niños y los mayores, y el sacerdote que es tan pecador o más que tú, te dice "yo te absuelvo de tus pecados", respuesta cierta y visible a nuestra petición de perdón. Una protestante que se convirtió, me dijo que un momento determinado le daban envidia los católicos porque se podían confesar. Es el sacramento de la alegría, del abrazo del Padre y del hijo, de la Madre y la hija.

5 comentarios:

Maru dijo...

lo único que descubrí con todo esto, es que usted es un ser muy querido, y famoso por lo demás, voy a tener que leerlo desde el inicio para entenderlo bien.

Bien lo del perdón, sólo que hay que distinguir entre el perdón y el olvido, el primero es del corazón, el segundo es más dificil, siempre vuelve.

Lilian dijo...

Querido SR: Bonito post. Perdón y olvido deben ir juntos, pienso yo. Pedir perdón cuesta pero le hace tan bien a uno, pienso que más que al que lo pides.
Insisto Ud.es muy regalón, un abrazote :)

Anónimo dijo...

Vaya desconcierto...

¿Pero no te ibas?

Anónimo dijo...

Esto es muy bonito pero me suena a abandono. Me explico, uno no hace nada o lo hace todo mal, y luego, pues se confiesa y ya está. Desde luego, su propuesta es la mejor, dejarse llevar e implorar perdón. ¿Por qué esta apología si todos hacemos esto? Más fácil imposible, a pecar mucho para que nos perdonen mucho. Me gusta.

Sinretorno dijo...

Al número cuatro. Es un poco tontería lo que dices. Lutero decía peca fortiter, peca con ganas, pues así se verá mejor la gracia de Dios y la naturaleza corrompida del hombre. El perdón de los pecados, además de su confesión, lleva consigo el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, de quitar las ocasiones, de luchar por no volver a hacerlo. Dios te perdona, pero cada uno ha de poner de su parte. Somos débiles. Una persona se ducha a diario y no es que quiera ensuciarse, en el alma pasa parecido. Agradecido.