Otro domingo en Cataluña
El catalanismo político va perfeccionando su folklore y la representación de ayer de una jornada electoral, con sus colegios electorales, sus mesas, sus urnas, y sus papeletas, tuvo la apariencia de una total normalidad, como si realmente la consulta se estuviera llevando a cabo. Fue hasta tal punto preciso el simulacro que muchos de los que en él participaron acabaron confundiéndolo con la realidad. Vi a algunos que lloraban pero no por haber sido, una vez más, monumentalmente estafados por Convergència, sino porque creían haber conseguido lo que durante tantos años habían anhelado.
Me acordé del día que mi padre me llevó a ver a los Globetrotters y cuando le pregunté por qué no jugaban en la NBA me contestó que cualquier equipo de verdad les haría trizas. Y por más que me lo explicaba, yo veía aquellas acrobacias y no le creía.
Las ganas de creer de un sector del pueblo catalán le dan a Artur Mas todavía algún margen para continuar con su farsa. Aquellas canastas de los Globetrotters y, ¡alehop!, estas falsas urnas. Miles de catalanes no quieren ser despertados de la ensoñación de que están ganando el partido. Hombres serios, solventes, excelentes padres y competentes profesionales se acostaron ayer felices creyendo que habían votado.
Ante tal candor, ante una fe tan ciega, Mas aprovechará el éxito popular del enésimo domingo participativo para volver a presionar a Rajoy para que se abra a negociar una solución confederal para Cataluña, una suerte de boyante tercera vía. Presionará pero sin hacer locuras, porque las manifestaciones, como ha aprendido de la Historia, no son buenas consejeras y cuando, anticipando las elecciones, se subió a la ola de la que tuvo lugar durante la Diada de hace dos años, perdió 12 diputados.
Es poco probable que vuelva a cometer el mismo error, y más sabiendo que Esquerra no ha de acompañarle en la candidatura única. Y aunque ayer tuvo un buen día y fue él quien capitalizó el rendimiento político del evento festivo, no correrá el riesgo, como mínimo de entrada, de convocar elecciones.
Lo que de momento intentará es presionar a Rajoy por un lado y a Junqueras por el otro. A Rajoy para que le haga una oferta que no pueda rechazar y a Junqueras para salvar con la llamada «lista única» su carrera política. Todo esto, disfrazado del correspondiente folklore, puede dar un juego inacabable. El espectáculo al que asistiremos en los próximos días será considerable.
Mas y su entorno saben que no será eterna la fe ciega del sector más cerril de los independentistas, pero consideran que lo de ayer les da crédito para seguir, durante algún tiempo, enredando un poco por allá y un poco por aquí, como Peret en su canción mítica. ¿Hasta cuándo? Esto ni ellos lo saben. Dure lo que dure, será lo que durará Mas y su carrera política.
Esquerra, por su parte, presionará para la anticipación inmediata de las elecciones autonómicas. También el PP y el PSC lo harán, y hasta puede que Iniciativa y Ciutadans. Y es curioso porque a nadie le interesa tal anticipación. A Esquerra porque necesita estabilidad y pocas distorsiones para tener unos buenos resultados en las próximas elecciones municipales, y al resto de partidos porque en estos momentos las encuestas no les auguran nada bueno, y necesitan ganar tiempo.
Será una más de las farsas catalanas, o mejor dicho: la siguiente. Después de ésta vendrá otra, y luego otra más, como hemos hecho siempre a lo largo de nuestra Historia.
Aunque recibiera críticas por ello, el Gobierno hizo bien en no reaccionar a la pachanga, porque le habría dado la credibilidad que no tiene. El 9 de noviembre ha pasado y a los que todavía hoy estén excitados ya se les pasará la resaca. El Estado no puede comparecer en cada fiesta de cumpleaños y el presidente Rajoy no puede dar rango institucional a cada butifarrada saliendo a comentarla.
Otro domingo en Cataluña. La sangre no llegó al río, Mas sigue estando en su callejón sin salida, quien continúa gobernando España es Rajoy y no los puristas; y a pesar de los anunciados apocalipsis, la Tierra hoy todavía gira.
2 comentarios:
A lo mejor ya lo conoces este testimonio:
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Aquí dejo un enlace a un vídeo de YouTube, donde se relata el testimonio de D. Bosco Gutiérrez Cortina, un arquitecto del Opus Dei, que fue secuestrado y retenido durante 9 meses en un agujero de 3 metros de largo por 1 metro de ancho, sin ventilación ni luz natural. La fe lo sostuvo. Al final del cautiverio logró escapar y salvarse. En el testimonio también aparece su esposa. El vídeo, pinchando en este enlace, aquí:
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https://www.youtube.com/watch?v=TzNvZRExQdc
mil gracias, van a hacer una peli ahora creo, con esa experiencia.
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