domingo, junio 30, 2024

Sanar.

 


La sanación interior

En la infancia, los padres, muchas veces, hacen de escudo para que los hijos no sufran. Pero llega un momento en la vida en que nos alcanza el verdadero dolor, y allí no están mamá y papá para cubrirnos. De niño, si te caías de la bicicleta, te raspabas la rodilla y, en una semana, aquello había pasado. De mayor, te visitan dolores que vienen para quedarse.

Vete en paz y queda curada de tu enfermedad. Si Cristo sanó enfermedades corporales, aquello era símbolo de la verdadera sanación: la interior. A quien ama a Jesús, la enfermedad, si no resulta sanada, lo lleva al cielo. Pero las heridas más sangrantes son las del corazón y el alma.

Soledad, angustia, preocupación… Eso nos mata por dentro. Y entonces nos arrodillamos ante el crucifijo, y encontramos al Compañero. El corazón traspasado del Señor aquieta nuestro corazón afligido y, de repente, nos sorprendemos diciendo: «¡Da gusto sufrir contigo, Jesús!»

¿Y qué te diré de las heridas del alma, los pecados? Nos postramos ante el sacerdote, y, en cada absolución, la sangre de Cristo nos purifica. Salimos como niños recién nacidos.

Por eso aclamamos: «¡Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos!»

viernes, junio 28, 2024

Homilía de hoy.

 


Él se ensució para limpiarte a ti

Mira a este pobre leproso, postrado a los pies de Jesús:

Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Míralo bien y hoy, viernes, póstrate así ante el Crucifijo. Llámalo Jesús, como el buen ladrón, y dile esas mismas palabras: Jesús, si quieres, puedes limpiarme.

Abre bien los ojos, míralo. Jesús está sucio, no hay en Él nada sano. Se mezclan en su cuerpo el polvo, la sangre seca, la sangre fresca, los salivazos de los soldados, los moratones de las caídas… ¡A quién vienes a pedir limpieza!

Y, sin embargo, Él se ha ensuciado con nuestra inmundicia, con tus pecados y los míos. Vuelve a decirle: Jesús, si quieres, puedes limpiarme.

Mira ahora cómo, al ser atravesado por la lanza del centurión, ese cuerpo comienza a manar un torrente de sangre y agua. Sitúate bajo esa fuente, que penetrará en tu alma a través de los sacramentos de la Iglesia, y deja que esa efusión de gracia te limpie por dentro de todas tus culpas e infidelidades. Bebe de esa agua hasta saciarte, y déjate bañar por esa sangre hasta quedar convertido en otro Cristo.

Ya lo ves: Él se ensució para que tú quedaras limpio. ¿No es para morir de gratitud?

Haz el bien.

 





jueves, junio 27, 2024

F.R David - Words (Official HD Video)

Homilía del 27 de junio.



 

Una violencia enamorada

Primero se sienta, y sentado imagina la casa de sus sueños. Tan bien la imagina, que antes de que exista ya ha quedado prendado de ella. Y por eso, porque la desea con verdaderas ansias, quiere que permanezca, que se convierta en hogar. Y decide edificarla sobre roca. Entonces se levanta, se viste la ropa de trabajo y empieza a cavar. No es fácil horadar la roca para poner los cimientos. Son muchas horas de esfuerzo, sudor, cansancio y, a veces, desaliento… Hasta que lo logra, y entonces todo ha merecido la pena.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.

Todo empieza por la escucha. No habrá santidad sin oración. Al escuchar la Palabra, el hombre se enamora, y sueña ese sueño que, según el salmo, es el único deseo del santo: Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida (Sal 24, 4).

Pero no basta con haber escuchado. Ahora es preciso poner en práctica, entregar la vida, aunque para ello haya que hacerse violencia. Y de esa violencia enamorada surge el Hogar.

miércoles, junio 26, 2024

Ratzinger sobre San Josemaría Escrivá.

 


El Papa Benedicto XVI sobre San Josemaría Escrivá

"Dejar que Dios trabaje": Artículo del entonces cardenal Joseph Ratzinger, publicado con motivo de la canonización de Josemaría Escrivá.


Siempre me ha llamado la atención la interpretación que Josemaría Escrivá hizo del nombre Opus Dei, una interpretación que podríamos llamar biográfica y que permite comprender al fundador en su dimensión espiritual. Escrivá sabía que debía encontrar algo, pero siempre fue consciente de que fuera lo que fuera no era obra suya, que no había inventado nada, que el Señor simplemente se había servido de él. Por tanto, no fue obra suya, sino el Opus Dei [latín, "obra de Dios"]. Él era sólo un instrumento con el que Dios había actuado.

Mientras reflexionaba sobre este hecho, me vinieron a la mente las palabras del Señor relatadas en el Evangelio de Juan (5:17): “Mi Padre siempre está trabajando”. Son palabras pronunciadas por Jesús durante una discusión con algunos especialistas religiosos que no querían reconocer que Dios podía actuar ni siquiera en sábado. Este es un debate que todavía continúa, en cierto modo, entre la gente e incluso entre los cristianos de nuestro tiempo. Algunas personas piensan que después de la creación Dios “se retiró” y ya no tiene ningún interés en nuestros asuntos cotidianos. Según esta manera de pensar, Dios ya no podría entrar en el tejido de nuestra vida diaria. Pero las palabras de Jesús afirman lo contrario. Un hombre abierto a la presencia de Dios descubre que Dios siempre está obrando y sigue obrando hoy: Debemos, pues, dejarle entrar y dejarle trabajar. Y así nacen cosas que se abren al futuro y renuevan a la humanidad.

Todo esto nos ayuda a comprender por qué Josemaría Escrivá no se consideraba “fundador” de nada, sino sólo una persona que quiere cumplir la voluntad de Dios, secundar su acción, obra, precisamente, de Dios. En este sentido, el teocentrismo de Escrivá, según las palabras de Jesús, significa esa confianza en que Dios no se ha retirado del mundo, que Dios está obrando ahora y nosotros sólo debemos ponernos a su disposición, para ser listo, capaz de reaccionar a su llamado. Éste, para mí, es un mensaje de suma importancia. Es un mensaje que lleva a superar lo que podría considerarse la gran tentación de nuestro tiempo: la pretensión de que después del "big bang" Dios se retiró de la historia. La acción de Dios no “se detuvo” en el momento del “big bang”, sino que continúa a lo largo del tiempo en el mundo de la naturaleza y en el mundo del hombre.

El fundador del Opus Dei decía: No soy yo quien inventó nada; hay Otro que actúa, y Yo sólo estoy dispuesto a servir de instrumento. De modo que el nombre, y toda la realidad que llamamos Opus Dei, está profundamente ligada a la vida interior del fundador. Él, siendo muy discreto en este punto, nos hace comprender que estaba en diálogo permanente, en contacto real, con Aquel que nos creó y obra a través de nosotros y con nosotros. El Libro del Éxodo (33:11) dice de Moisés que Dios habló con él “cara a cara, como habla un amigo con un amigo”. Creo que, aunque el velo de la discreción nos oculta muchos detalles, todavía a partir de algunas pequeñas referencias podemos muy bien aplicar a Josemaría Escrivá ese “hablar como habla un amigo con un amigo”, que abre las puertas del mundo para que Dios puede hacerse presente, para obrar y transformarlo todo.

Desde esta perspectiva se puede comprender aún mejor lo que significa la santidad , así como la llamada universal a la santidad. Conociendo un poco la historia de los santos y entendiendo que en las causas de canonización se indaga en la virtud “heroica”, casi inevitablemente tenemos un concepto equivocado de la santidad: “No es para mí”, nos hacen pensar, “porque no me siento capaz de alcanzar la virtud heroica. Es un objetivo demasiado alto”. La santidad se convierte entonces en algo reservado para algunos “grandes” cuyas imágenes vemos en los altares y que son completamente diferentes de nosotros, pecadores comunes y corrientes. Pero se trata de una noción errónea de santidad, una percepción errónea que ha sido corregida –y este me parece el punto central– precisamente por Josemaría Escrivá.

Virtud heroica no significa que el santo realice una especie de “gimnasia” de santidad, algo que la gente normal no se atreve a hacer. Significa más bien que en la vida de una persona se revela la presencia de Dios, algo que el hombre no podría hacer por sí mismo y por sí mismo. Quizás en última instancia se trate más bien de una cuestión de terminología, porque el adjetivo “heroico” ha sido mal interpretado. La virtud heroica propiamente dicha no significa que uno haya hecho grandes cosas por sí mismo, sino que en su vida aparecen realidades que la persona no ha hecho por sí misma, porque ha sido transparente y dispuesta a la obra de Dios. O, dicho de otro modo, ser santo no es otra cosa que hablar con Dios como habla un amigo con un amigo. Esto es santidad.

Ser santo no significa ser superior a los demás; el santo puede ser muy débil, con muchos errores en su vida. La santidad es este contacto profundo con Dios, hacerse amigo de Dios: es dejar trabajar al Otro, al Único que realmente puede hacer el mundo bueno y feliz. Y si, entonces, Josemaría Escrivá habla de la llamada de todos a ser santos, creo que en realidad se refiere a esta experiencia personal suya de no haber hecho cosas increíbles por sí solo, sino de haber dejado obrar a Dios. Y así nació una renovación, una fuerza para el bien en el mundo, aunque todas las debilidades de la humanidad permanecerán siempre presentes. Verdaderamente todos somos capaces, todos estamos llamados a abrirnos a esta amistad con Dios, a no dejar las manos de Dios, a no descuidar el volverse y volver al Señor, hablando con Él como si hablara con un amigo, sabiendo bien que el Señor realmente es un verdadero amigo de todos, incluso de aquellos que por sí solos no pueden hacer grandes cosas.

De todo esto he comprendido mejor el carácter interior del Opus Dei, esta sorprendente unión de absoluta fidelidad a la gran tradición de la Iglesia, a su fe, y de apertura incondicional a todos los desafíos de este mundo, ya sea en el mundo académico, en el campo del trabajo, o en cuestiones de economía, etc. La persona que está ligada a Dios, que tiene esta conversación ininterrumpida, puede atreverse a responder a estos desafíos, y ya no tiene miedo. Porque la persona que está en las manos de Dios siempre cae en las manos de Dios. Y así el miedo se desvanece y en su lugar nace el coraje para responder al mundo de hoy.

Meditación de hoy.

 



Mentiras veraniegas

Ahora que empieza a apretar el calor, consolémonos con una mentira invernal, a ver si con el frío de mentira olvidamos las verdades del termómetro. Porque no hay mayor mentira que un árbol de Navidad. No da manzanas ni peras: da bolas de colores y regalos con lacitos que él no ha producido, porque alguien los ha puesto allí. De no ser por su enorme valor simbólico, diríamos que él es el «árbol dañado»:

Todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos.

Y es que el árbol bueno da sus frutos de dentro a fuera. No lo olvides. Toda la lucha ascética de nada sirve si el corazón no se empapa de Cristo. Una conducta externamente piadosa lograda a base de esfuerzo, si dentro oculta un corazón endurecido, te convertiría en un falso profeta: Se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Un árbol de Navidad.

No te conformes con «hacer» la oración. Deja el «hacer» para la calceta. Tú ora, contempla, rinde la voluntad y el entendimiento, pon en corazón en la fragua del corazón de Jesús hasta que se derrita. Así tus frutos, muchos o pocos, olerán a Cristo.

Oración al Espíritu Santo.




 


26 de junio, San Josémaría.

 


June 26 | St. Josemaría Escrivá

An estimated 300,000 people filled St. Peter’s Square on October 6, 2002, for the canonization of Josemaria Escriva de Balaguer, the founder of Opus Dei. His canonization came only 27 years after his death, one of the shortest waiting periods in Church history.

Opus Dei, which means Work of God, emphasizes that men and women can become holy by performing their daily duties with a Christian spirit. In his homily, Pope John Paul II emphasized the importance of every believer following God’s will, as had the newly sainted founder of Opus Dei. “The Lord has a plan for each one of us. Saints cannot even conceive of themselves outside of God’s plan: They live only to fulfill it.”

Born in Barbastro, Spain, Josemaria Escriva de Balaguer sensed early in life that he had a vocation to the priesthood. Following his ordination in 1925, he briefly ministered in a rural parish. He moved to Madrid, where he obtained a doctorate in law.

At the same time Father Escriva was beginning to envision a movement that would offer ordinary people help in seeking holiness through their everyday activities. It was officially founded in 1928.

As Opus Dei grew, Father Escriva continued his studies and his priestly work among the poor and sick. During the Civil War in Spain he had to exercise his ministry secretly and move from place to place. Only after the war did he return to Madrid and complete his doctoral studies.

He later moved to Rome and obtained a doctorate in theology. Pope Pius XII named him an honorary prelate and a consultor to two Vatican congregations. All the while, Opus Dei grew in size and influence.

When Msgr. Escriva died in 1975, Opus Dei could be found in dozens of places around the globe. Today its membership includes approximately 83,000 laypersons and 1,800 priests in 60 countries. It is a “personal prelature,” a special jurisdictional entity within the Church.

St. Josemaría Escrivá, pray for us.



25
166
Comentarios destacados


Comentarios

François De S. Labrecque
I was there on the 2nd of October. Deus lo vult !
2
Carol A. Damian
Happy feast day of St. JOSEMARIA ESCRIVA! May GOD bless us, provide for us and protect us now and always! 💐🙏🎚️🕊☮️
Susan Santos
Pray for us
Sticker Love, hand holding flowers de Me gusta
William Eteng
God always wins. Amen
Ver más comentarios
6 de 25