miércoles, abril 30, 2025

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30 de abril de 2025
“¡Que no vuelva a volar pegado a la tierra!”
Señor mío Jesús: haz que sienta, que secunde de tal modo tu gracia, que vacíe mi corazón..., para que lo llenes Tú, mi Amigo, mi Hermano, mi Rey, mi Dios, ¡mi Amor! (Forja, 913)

Me veo como un pobre pajarillo que, acostumbrado a volar solamente de árbol a árbol o, a lo más, hasta el balcón de un tercer piso..., un día, en su vida, tuvo bríos para llegar hasta el tejado de cierta casa modesta, que no era precisamente un rascacielos...

Mas he aquí que a nuestro pájaro lo arrebata un águila –lo tomó equivocadamente por una cría de su raza– y, entre sus garras poderosas, el pajarillo sube, sube muy alto, por encima de las montañas de la tierra y de los picos de nieve, por encima de las nubes blancas y azules y rosas, más arriba aun, hasta mirar de frente al sol... Y entonces el águila, soltando al pajarillo, le dice: anda, ¡vuela!...

–¡Señor, que no vuelva a volar pegado a la tierra!, ¡que esté siempre iluminado por los rayos del divino Sol –Cristo– en la Eucaristía!, ¡que mi vuelo no se interrumpa hasta hallar el descanso de tu Corazón! (Forja, 39)

martes, abril 29, 2025

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29 de abril de 2025
“¿Tú..., soberbia? -¿De qué?”
¿Tú..., soberbia? -¿De qué? (Camino, 600)

Cuando el orgullo se adueña del alma, no es extraño que detrás, como en una reata, vengan todos los vicios: la avaricia, las intemperancias, la envidia, la injusticia. El soberbio intenta inútilmente quitar de su solio a Dios, que es misericordioso con todas las criaturas, para acomodarse él, que actúa con entrañas de crueldad.

Hemos de pedir al Señor que no nos deje caer en esta tentación. La soberbia es el peor de los pecados y el más ridículo. Si logra atenazar con sus múltiples alucinaciones, la persona atacada se viste de apariencia, se llena de vacío, se engríe como el sapo de la fábula, que hinchaba el buche, presumiendo, hasta que estalló. La soberbia es desagradable, también humanamente: el que se considera superior a todos y a todo, está continuamente contemplándose a sí mismo y despreciando a los demás, que le corresponden burlándose de su vana fatuidad. (Amigos de Dios, 100)

lunes, abril 28, 2025

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28 de abril de 2025
“Pide la verdadera humildad”
La humildad nace como fruto de conocer a Dios y de conocerse a sí mismo. (Forja, 184)

Esas depresiones, porque ves o porque descubren tus defectos, no tienen fundamento...

–Pide la verdadera humildad. (Surco, 262)

Huyamos de esa falsa humildad que se llama comodidad. (Surco, 265)

Señor, te pido un regalo: Amor..., un Amor que me deje limpio. –Y otro regalo aún: conocimiento propio, para llenarme de humildad. (Forja, 185)

Son santos los que luchan hasta el final de su vida: los que siempre se saben levantar después de cada tropiezo, de cada caída, para proseguir valientemente el camino con humildad, con amor, con esperanza. (Forja, 186)

Si tus errores te hacen más humilde, si te llevan a buscar con más fuerza el asidero de la mano divina, son camino de santidad: «felix culpa!» –¡bendita culpa!, canta la Iglesia. (Forja, 187)

La humildad lleva, a cada alma, a no desanimarse ante los propios yerros.

–La verdadera humildad lleva... ¡a pedir perdón! (Forja, 189)

domingo, abril 27, 2025

La Divina Misericordia

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27 de abril de 2025
“Donde hay humildad hay sabiduría”
“Quia respexit humilitatem ancillae suae” –porque vio la bajeza de su esclava... ¡Cada día me persuado más de que la humildad auténtica es la base sobrenatural de todas las virtudes! Habla con Nuestra Señora, para que Ella nos adiestre a caminar por esa senda. (Surco, 289)

Si acudimos a la Sagrada Escritura, veremos cómo la humildad es requisito indispensable para disponerse a oír a Dios. Donde hay humildad hay sabiduría, explica el libro de los Proverbios. Humildad es mirarnos como somos, sin paliativos, con la verdad. Y al comprender que apenas valemos algo, nos abrimos a la grandeza de Dios: ésta es nuestra grandeza.

¡Qué bien lo entendía Nuestra Señora, la Santa Madre de Jesús, la criatura más excelsa de cuantas han existido y existirán sobre la tierra! María glorifica el poder del Señor, que derribó del solio a los poderosos y ensalzó a los humildes. Y canta que en Ella se ha realizado una vez más esta providencia divina: porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava, por tanto ya desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.

María se muestra santamente transformada, en su corazón purísimo, ante la humildad de Dios: el Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, por cuya causa el santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios. La humildad de la Virgen es consecuencia de ese abismo insondable de gracia, que se opera con la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima en las entrañas de su Madre siempre Inmaculada. (Amigos de Dios, nn. 95-96)

sábado, abril 26, 2025

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Pedro

 

 

Daniel Tirapu


Imagen de una estatua que representa a
San Pedro con las llaves del cielo.
En la Basílica de San Pedro.

 

 

 

 

 

Pedro es mi apóstol preferido, a lo mejor nos parecemos en el carácter. Bocazas, noblote, un poco mandón, primario, tú no me lavas, lávame hasta la cabeza, fanfarrón, con espada, moriré contigo Jesús, dormilón, le niega en tres ocasiones ante dos criadas, llora, mientras todos los gallos del mundo cantaban, sincero, leal, sabe pedir perdón.

Ese es Pedro, cabeza de la Iglesia, un pescador. No hizo tesis, ni máster, ni nada. Murió por Cristo, es la roca sobre la que Cristo edificó su Iglesia. Jesús después de resucitar le pregunta si le ama más que los demás, una. dos, tres veces; Pedro dice y yo con Pedro le digo: "Señor, Tú lo sabes todo, tú sabes que te amo", perdón me gustaría amarte como te amó Pedro, ayúdame.

Os pido perdón si alguna vez me pasé, os ofendí o fui un poco bocazas. Pero también como Pedro, os digo que defenderé la doctrina de Jesús, aunque soy una basura, porque sin Ti, Jesús, ¿a quién iremos?.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

JESUS A F. KOWALSKA:“QUIEN RECE LA CORONILLA NO PERECERÁ”; CONFESIÓN.EUC...

sic.

 

26 de abril de 2025
“Vino a revelarnos el amor”
Cristo, que subió a la Cruz con los brazos abiertos de par en par, con gesto de Sacerdote Eterno, quiere contar con nosotros –¡que no somos nada!–, para llevar a "todos" los hombres los frutos de su Redención (Forja, 4).

No es la vida corriente y ordinaria, la que vivimos entre los demás conciudadanos, nuestros iguales algo chato y sin relieve. Es, precisamente en esas circunstancias, donde el Señor quiere que se santifique la inmensa mayoría de sus hijos.

Es necesario repetir una y otra vez que Jesús no se dirigió a un grupo de privilegiados, sino que vino a revelarnos el amor universal de Dios. Todos los hombres son amados de Dios, de todos ellos espera amor. De todos, cualesquiera que sean sus condiciones personales, su posición social, su profesión u oficio. La vida corriente y ordinaria no es cosa de poco valor: todos los caminos de la tierra pueden ser ocasión de un encuentro con Cristo, que nos llama a identificarnos con Él, para realizar –en el lugar donde estamos– su misión divina.

Dios nos llama a través de las incidencias de la vida de cada día, en el sufrimiento y en la alegría de las personas con las que convivimos, en los afanes humanos de nuestros compañeros, en las menudencias de la vida de familia. Dios nos llama también a través de los grandes problemas, conflictos y tareas que definen cada época histórica, atrayendo esfuerzos e ilusiones de gran parte de la humanidad (Es Cristo que pasa, 110).

viernes, abril 25, 2025

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25 de abril de 2025
”Cristo resucitado es el compañero”
El Maestro pasa, una y otra vez, muy cerca de nosotros. Nos mira... Y si le miras, si le escuchas, si no le rechazas, Él te enseñará cómo dar sentido sobrenatural a todas tus acciones... Y entonces tú también sembrarás, donde te encuentres, consuelo y paz y alegría (Via Crucis, Estación VIII, n.4).

VEn medio de las ocupaciones de la jornada, en el momento de vencer la tendencia al egoísmo, al sentir la alegría de la amistad con los otros hombres, en todos esos instantes el cristiano debe reencontrar a Dios. Por Cristo y en el Espíritu Santo, el cristiano tiene acceso a la intimidad de Dios Padre, y recorre su camino buscando ese reino, que no es de este mundo, pero que en este mundo se incoa y prepara.

Hay que tratar a Cristo, en la Palabra y en el Pan, en la Eucaristía y en la Oración. Y tratarlo como se trata a un amigo, a un ser real y vivo como Cristo lo es, porque ha resucitado. Cristo, leemos en la Epístola a los Hebreos, como siempre permanece, posee eternamente el sacerdocio. De aquí que puede perpetuamente salvar a los que por medio suyo se presentan a Dios, puesto que está siempre vivo para interceder por nosotros (Heb VII, 24–25.).

Cristo, Cristo resucitado, es el compañero, el Amigo. Un compañero que se deja ver sólo entre sombras, pero cuya realidad llena toda nuestra vida, y que nos hace desear su compañía definitiva. El espíritu y la esposa dicen: ven. Diga también quien escucha: ven. Asimismo el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome de balde el agua de vida, la felicidad eterna... Y el que da testimonio de estas cosas dice: ciertamente, vengo pronto. Así sea. Ven, Señor Jesús (Apoc XXII, 17 y 20.). (Es Cristo que pasa, 116)

jueves, abril 24, 2025

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24 de abril de 2025
"Todo lo atraeré hacia mí"
Un secreto. -Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos. -Dios quiere un puñado de hombres "suyos" en cada actividad humana. -Después... "pax Christi in regno Christi" -la paz de Cristo en el reino de Cristo (Camino, 301).

Instaurare omnia in Christo, da como lema San Pablo a los cristianos de Efeso (Eph I, 10.); informar el mundo entero con el espíritu de Jesús, colocar a Cristo en la entraña de todas las cosas. Si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad meipsum (Ioh XII, 32.), cuando sea levantado en alto sobre la tierra, todo lo atraeré hacia mí. Cristo con su Encarnación, con su vida de trabajo en Nazareth, con su predicación y milagros por las tierras de Judea y de Galilea, con su muerte en la Cruz, con su Resurrección, es el centro de la creación, Primogénito y Señor de toda criatura.

Nuestra misión de cristianos es proclamar esa Realeza de Cristo, anunciarla con nuestra palabra y con nuestras obras. Quiere el Señor a los suyos en todas las encrucijadas de la tierra. A algunos los llama al desierto, a desentenderse de los avatares de la sociedad de los hombres, para hacer que esos mismos hombres recuerden a los demás, con su testimonio, que existe Dios. A otros, les encomienda el ministerio sacerdotal. A la gran mayoría, los quiere en medio del mundo, en las ocupaciones terrenas. Por lo tanto, deben estos cristianos llevar a Cristo a todos los ámbitos donde se desarrollan las tareas humanas: a la fábrica, al laboratorio, al trabajo de la tierra, al taller del artesano, a las calles de las grandes ciudades y a los senderos de montaña (Es Cristo que pasa, 105).

miércoles, abril 23, 2025

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23 de abril de 2025
“Ya está todo dado en Cristo”
Tú, que vives en medio del mundo, que eres un ciudadano más, en contacto con hombres que dicen ser buenos o ser malos...; tú, has de sentir el deseo constante de dar a la gente la alegría de que gozas, por ser cristiano. (Surco, 321)

Si miramos a nuestro alrededor y consideramos el transcurso de la historia de la humanidad, observaremos progresos y avances. La ciencia ha dado al hombre una mayor conciencia de su poder. La técnica domina la naturaleza en mayor grado que en épocas pasadas, y permite que la humanidad sueñe con llegar a un más alto nivel de cultura, de vida material, de unidad.

Algunos quizá se sientan movidos a matizar ese cuadro, recordando que los hombres padecen ahora injusticias y guerras, incluso peores que las del pasado. No les falta razón. Pero, por encima de esas consideraciones, yo prefiero recordar que, en el orden religioso, el hombre sigue siendo hombre, y Dios sigue siendo Dios. En este campo la cumbre del progreso se ha dado ya: es Cristo, alfa y omega, principio y fin (Apoc XXI, 6.).

En la vida espiritual no hay una nueva época a la que llegar. Ya está todo dado en Cristo, que murió, y resucitó, y vive y permanece siempre. Pero hay que unirse a Él por la fe, dejando que su vida se manifieste en nosotros, de manera que pueda decirse que cada cristiano es no ya alter Christus, sino ipse Christus, ¡el mismo Cristo! (Es Cristo que pasa, 104)

martes, abril 22, 2025

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22 de abril de 2025
“Cristo vive en su Iglesia”
Enciende tu fe. -No es Cristo una figura que pasó. No es un recuerdo que se pierde en la historia. ¡Vive!: "Jesus Christus heri et hodie: ipse et in saecula!" -dice San Pablo- ¡Jesucristo ayer y hoy y siempre! (Camino, 584)

Cristo vive en su Iglesia. "Os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros, pero si me voy, os lo enviaré" (Ioh XVI, 7.). Esos eran los designios de Dios: Jesús, muriendo en la Cruz, nos daba el Espíritu de Verdad y de Vida. Cristo permanece en su Iglesia: en sus sacramentos, en su liturgia, en su predicación, en toda su actividad.

De modo especial Cristo sigue presente entre nosotros, en esa entrega diaria de la Sagrada Eucaristía. Por eso la Misa es centro y raíz de la vida cristiana. En toda misa está siempre el Cristo Total, Cabeza y Cuerpo. Per Ipsum, et cum Ipso et in Ipso. Porque Cristo es el Camino, el Mediador: en Él, lo encontramos todo; fuera de Él, nuestra vida queda vacía. En Jesucristo, e instruidos por Él, nos atrevemos a decir –audemus dicere– Pater noster, Padre nuestro. Nos atrevemos a llamar Padre al Señor de los cielos y de la tierra.

La presencia de Jesús vivo en la Hostia Santa es la garantía, la raíz y la consumación de su presencia en el mundo. (Es Cristo que pasa, 102)

lunes, abril 21, 2025

Papa Francisco de Navarro Valls.

 

Se ha dicho que los pesimistas miran tanto al pasado que ignoran el presente, y los optimistas miran tanto al presente que ignoran el pasado. Ambos se equivocan. El pasado explica mucho el presente, pero sin absolutizarlo. De ahí, que al hacer balance de una persona su pasado explica algo de su presente, pero no todo.

Juan Pablo II, por ejemplo, no puede prescindir de sus raíces polacas, Benedicto XVI tampoco de su pasado académico y Francisco, fallecido este lunes en el Vaticano, de su pertenencia a la Compañía de Jesús y de sus vicisitudes argentinas. Cuando falleció Pablo VI se buscó un sucesor que, en primer lugar, no fuera italiano, subrayando así que la Iglesia es católica, o sea, universal. Y se encontró una figura joven, enérgica, de lealtad ejemplar, que además venía del otro lado del telón de acero, de esa Iglesia perseguida a la que se debía un reconocimiento.

Cuando murió Juan Pablo II lo decisivo para elegir a Benedicto XVI, por paradójico que parezca, fue la continuidad: el hecho de que había sido un colaborador estrecho de Juan Pablo II. ¿Y qué perfil se buscaba en la elección de Francisco? Se buscaba un pastor cercano a su pueblo, a ser posible de un área geográfica nueva. Y así se dio con el cardenal Bergoglio, que contaba con una larga experiencia en Buenos Aires.

Las dos estrellas polares de su Pontificado han sido los pobres y la familia. A esta última dedicó un año internacional, una exhortación apostólica (Amoris laetitia), dos sínodos y multitud de referencias en su enseñanza. Aunque la prensa se hará eco de algunas manifestaciones paralelas LGTB, lo cierto es que el Pontífice alentará a fieles y pastores a la dedicación de tiempo y esfuerzos a la atención de los matrimonios y familias tradicionales que procuran vivir su fe. Con mayor motivo, si ese empeño se desarrolla en medio de dificultades en un ambiente cultural opuesto a los principios de la antropología cristiana.

Su especial atención a los pobres tuvo multitud de manifestaciones. Basten dos ejemplos: el mensaje de Francisco en la VII Jornada Mundial de los Pobres (19 de noviembre de 2023) y la encíclica Fratelli tutti.

En el documento de 2023 se leía algo que ha sido una constante en su Pontificado: "Vivimos un momento histórico que no favorece la atención hacia los más pobres. La llamada al bienestar sube cada vez más de volumen, mientras las voces del que vive en la pobreza se silencian... Los pobres se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, entonces intervienen el fastidio y la marginación. La prisa, cotidiana compañera de la vida, impide detenerse, socorrer y hacerse cargo de los demás. La parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,25-37) no es un relato del pasado, interpela el presente de cada uno de nosotros. Delegar en otros es fácil; ofrecer dinero para que otros hagan caridad es un gesto generoso; la vocación de todo cristiano es implicarse en primera persona".

La encíclica Fratelli Tutti resultó moderadamente polémica. Para algunos, es la mejor encíclica social de la historia. Para otros -menos-, un manifiesto político de alguien que debe ser neutral. Permítaseme acercarme al documento dejando al margen las pasiones y guiándonos por la inteligencia, precisamente porque contiene su testamento espiritual y su legado más evidente. En rápida sucesión aborda temas muy variados; la pandemia, la guerra, la especulación financiera, el nacionalismo, la pena de muerte, la política, el holocausto judío, la política y un largo etcétera. Sobre la guerra, parece eliminar la idea de una "guerra justa", cuestionada desde Juan XXIII en adelante. Para Francisco: "Jamás la guerra". Entre otras cosas, porque "no es un fantasma del pasado", sino una amenaza "constante". Respecto a la política, cuando se basa exclusivamente en el mercado o en el populismo, se degrada. Lo cual no significa -como algunos dicen- que "todas las ganancias son obscenas y todas las pérdidas, castas".

Hizo un notable esfuerzo para actualizar la doctrina social de la IglesiaLaudatio si, es un gran documento ecológico en el que se califica de "bien para la humanidad" la sincera exposición de los desafíos ecológicos que derivan de las convicciones religiosas".

En Laudatio si -como dije en otro lugar- no solamente se contiene un grito de alarma hacia la paulatina erosión del planeta por una descontrolada actividad humana, también se reafirman problemas de "ecología humana" y "ecología integral", tan cercanos al Magisterio de la Iglesia como la función social del derecho a la propiedad privada, que "no es absoluto o intocable", pues está sometido a la "hipoteca social" de la que habla Juan Pablo II; el respeto a la vida, "en la que no parece muy compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto"; el rechazo del relativismo, que corrompe a la cultura "cuando no se reconoce ninguna verdad objetiva y que hace de las leyes imposiciones arbitrarias" o el peligro de una guerra química o nuclear que aún se cierne sobre la humanidad. Su día de ayuno en toda la cristiandad plantando cara a Estados Unidos y Francia cuando la invasión militar de Siria estaba en marcha tuvo un resultado imprevisto: la aparición del presidente Putin proponiendo moderación y planteando como alternativa la destrucción del arsenal químico de Bashar Asad. El mundo entero suspiró aliviado.

Desde Washington, la trayectoria del Papa argentino se analizaba con especial atención, ya que estaba cerca la visita de Obama al Vaticano. Por entonces, Obama devolvía el texto de un delicado discurso político a su redactor con una sola anotación a mano: "Citar al Papa Francisco". El presidente afroamericano sabía muy bien que el 85% de los católicos de Estados Unidos y casi el 70% de los que no lo son, tienen una visión favorable del Papa. Su valoración era superior a la máxima que tuvo Benedicto XVI -un 83 % en 2008, tras su visita a Washington y Nueva York-, aunque sin llegar a los niveles de Juan Pablo II, que superó en varios momentos el 90%.

Sin incidir en confusiones, invitó a los líderes israelí y palestino a rezar por la paz en los jardines vaticanos. Se trataba de dar un respiro a la diplomacia, sacar la cuestión de la paz en Oriente Próximo de las reuniones políticas -donde languidecía desde 1948- y desplegar la principal arma de las religiones: la oración.

Ciertamente, la paz no depende solamente de la oración. Pero desde luego crea un clímax favorable a ella. Cuando todo el proceso de paz en Oriente Próximo estaba en coma, lo único que quedaba es rezar. Así procedió Francisco. "Mover montañas" es lo que se necesita en Oriente Próximo. Las montañas del odio, del cálculo político y de la violencia. Y esto solamente es posible con fe.

En fin, como todo Papa sufrió contradicciones. Entre otros, “fuego amigo” de ciertos grupos reducidos, dentro de la Iglesia. En mi opinión, cuando se escriban biografías serias sobre el “Papa de los pobres”, podrán enjuiciarse esos sucesos. Y se dictaminará si conviene escribirlos en el texto de su historia, o más bien se perderán en la letra chica de sus notas.

Rafael Navarro-Vallses catedrático, académico y presidente de la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas Iberoamericanas.

Papa Francisco descansa en paz.

 


Regina coeli.

 


domingo, abril 20, 2025

Feliz Pascua de Resurrección.

 


sic.

20 de abril de 2025
"El día del triunfo del Señor"
El día del triunfo del Señor, de su Resurrección es definitivo. ¿Dónde están los soldados que había puesto la autoridad? ¿Dónde están los sellos, que habían colocado sobre la piedra del sepulcro? ¿Dónde están los que condenaron al Maestro? ¿Dónde están los que crucificaron a Jesús?... Ante su victoria, se produce la gran huida de los pobres miserables. Llénate de esperanza: Jesucristo vence siempre. (Forja, 660)

Al caer la tarde del sábado, María Magdalena y María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar el cuerpo muerto de Jesús. –Muy de mañana, al otro día, llegan al sepulcro, salido ya el sol. (Marc., XVI, 1 y 2.) Y entrando, se quedan consternadas porque no hallan el cuerpo del Señor. –Un mancebo, cubierto de vestidura blanca, les dice: No temáis: sé que buscáis a Jesús Nazareno: non est hic, surrexit enim sicut dixit –no está aquí, porque ha resucitado, según predijo. (Math., XXVIII, 5.)

¡Ha resucitado! –Jesús ha resucitado. No está en el sepulcro. –La Vida pudo más que la muerte.

Se apareció a su Madre Santísima. –Se apareció a María de Magdala, que está loca de amor. –Y a Pedro y a los demás Apóstoles. –Y a ti y a mí, que somos sus discípulos y más locos que la Magdalena: ¡qué cosas le hemos dicho!

Que nunca muramos por el pecado; que sea eterna nuestra resurrección espiritual. –Y, antes de terminar la decena, has besado tú las llagas de sus pies..., y yo más atrevido –por más niño– he puesto mis labios sobre su costado abierto (Santo Rosario. 1º misterio glorioso).

 

sábado, abril 19, 2025

COMIENZA LA ETERNIDAD PARA EL HOMBRE: TUMBA VACÍA: CRISTO VIVE. MUERTE V...

sic.

 

19 de abril de 2025
“Cadáver de Cristo”
Nicodemo y José de Arimatea –discípulos ocultos de Cristo– interceden por el desde los altos cargos que ocupan. En la hora de la soledad, del abandono total y del desprecio..., entonces dan la cara audacter (Mc XV,43)...: ¡valentía heroica!

Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad! Cuando todo el mundo os abandone y desprecie..., serviam! os serviré, Señor. (Via Crucis, Estación XIV, n.1)

Habréis observado cómo algunas madres, movidas de un legítimo orgullo, se apresuran a ponerse al lado de sus hijos cuando éstos triunfan, cuando reciben un público reconocimiento. Otras, en cambio, incluso en esos momentos permanecen en segundo plano, amando en silencio. María era así, y Jesús lo sabía.

Ahora, en cambio, en el escándalo del Sacrificio de la Cruz, Santa María estaba presente, oyendo con tristeza a los que pasaban por allí, y blasfemaban meneando la cabeza y gritando: ¡Tú, que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo!; si eres el hijo de Dios, desciende de la Cruz. Nuestra Señora escuchaba las palabras de su Hijo, uniéndose a su dolor: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Qué podía hacer Ella? Fundirse con el amor redentor de su Hijo, ofrecer al Padre el dolor inmenso –como una espada afilada– que traspasaba su Corazón puro.

De nuevo Jesús se siente confortado, con esa presencia discreta y amorosa de su Madre. No grita María, no corre de un lado a otro. Stabat: está en pie, junto al Hijo. Es entonces cuando Jesús la mira, dirigiendo después la vista a Juan. Y exclama: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: ahí tienes a tu Madre. En Juan, Cristo confía a su Madre todos los hombres y especialmente sus discípulos: los que habían de creer en Él.

Felix culpa, canta la Iglesia, feliz culpa, porque ha alcanzado tener tal y tan grande Redentor. Feliz culpa, podemos añadir también, que nos ha merecido recibir por Madre a Santa María. Ya estamos seguros, ya nada debe preocuparnos: porque Nuestra Señora, coronada Reina de cielos y tierra, es la omnipotencia suplicante delante de Dios. Jesús no puede negar nada a María, ni tampoco a nosotros, hijos de su misma Madre. (Amigos de Dios, nn. 287-288)

viernes, abril 18, 2025

Viernes santo.

 

Semana Santa, retiro

 

 

Daniel Tirapu


Jesús en la Cruz.

 

 

 

 

 

Desde hace unos años, aprovecho estos días de semana santa para hacer unos días de retiro. Podrían preguntarme, como Fidel Castro al Papa ( que hace un Papa?????, le pregunto yo y qué hace un Dictador acabado????), y qué se hace en unos días de retiro.

En primer lugar parar el reloj y tomar la brújula; dedicamos tiempo al espejo, a estar en forma, a ducharnos; pues lo mismo necesitamos con el alma: echar cuentas, ver cómo vamos, darnos cuenta de qué va mal y qué va bien o qué puede ir mejor, con la amable mirada del Señor. Además son días para vivir muy unidos a los misterios más importantes de la humanidad: pasión muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Tiempo para rezar con más calma, para leer algún buen libro, para rezar con los salmos, para callar exteriormente; vivir el via crucis, hacer una buena confesión. Por eso hasta el Domingo de Pascua; acuérdense de mí y yo de ustedes, no lo duden.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

sic.

 

18 de abril de 2025
“Todo está cumplido”
Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano –no hay dolor como su dolor–, llena de fortaleza. Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz. (Camino, 508)

En la parte alta de la Cruz está escrita la causa de la condena: Jesús Nazareno Rey de los judíos (Ioh XIX,19). Y todos los que pasan por allí, le injurian y se mofan de Él.

–Si es el rey de Israel, baje ahora de la cruz (Mt XXVII, 42).

Uno de los ladrones sale en su defensa:

–Este ningún mal ha hecho... (Lc XXIII,41).

Luego dirige a Jesús una petición humilde, llena de fe:

–Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino (Lc XXIII,42).

–En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso (Lc XXIII,43).

Junto a la Cruz está su Madre, María, con otras santas mujeres. Jesús la mira, y mira después al discípulo que el ama, y dice a su Madre:

–Mujer, ahí tienes a tu hijo

Luego dice al discípulo:

–Ahí tienes a tu madre (Ioh XIX, 26–27).

Se apaga la luminaria del cielo, y la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres, cuando Jesús exclama:

–Elí, Elí, lamma sabachtani?! Esto es: Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt XXVII,46).

Después, sabiendo que todas las cosas están a punto de ser consumadas, para que se cumpla la Escritura, dice:

–Tengo sed (Ioh XIX,28).

Los soldados empapan en vinagre una esponja, y poniéndola en una caña de hisopo se la acercan a la boca. Jesús sorbe el vinagre, y exclama:

–Todo está cumplido (Ioh XIX,30).

El velo del templo se rasga, y tiembla la tierra, cuando clama el Señor con una gran voz:

–Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc XXIII,46).

Y expira.

Ama el sacrificio, que es fuente de vida interior. Ama la Cruz, que es altar del sacrificio. Ama el dolor, hasta beber, como Cristo, las heces del cáliz. (Via Crucis, XII estación)

viernes, abril 11, 2025

sic.

 

Sagrarios

 

 

Daniel Tirapu


Oración delante del Sagrario.

 

 

 

 

 

Cuenta S. Juan en el cap. 6 de su evangelio que Jesús dijo que el que no comiera su carne y bebiera su sangre no tendría vida eterna. Algunos discípulos de Jesús pensaron que ya era demasiado, que era una doctrina excesiva y dice que le dejaron de seguir. Jesús podía haber explicado más las cosas, suavizar la afirmación, tender un puente; pero lejos de eso dirigiéndose a sus apóstoles, les dijo, "¿queréis marcharos vosotros también?"

En la última cena les dijo tomando pan, "Esto es mi cuerpo", tomando el cáliz "Esta es mi sangre", "haced esto en memoria mía". Esto es lo que hay. Un no creyente de Japón preguntó que hacían los cristianos ante al sagrario, le explicaron que allí estaba Dios de un modo eminente, exclamó "y por qué no estáis todo el día allí, con Dios".

Que pena esos sagrarios solos, abandonados, cerrados durante la noche, con el suspiro de cuatro viejas; miento, no están sólos porque miríadas de ángeles adoran y hacen compañía a Jesús. Que torpe, qué estúpido cuando pasé cerca de un sagrario y no te saludé. Esa es la mayor fuerza, la mayor esperanza, la presencia más silenciosa pero más poderosa de la tierra. En el fondo, una madre atontada con su hijo le dice "te comería", pues eso es lo que ha hecho Jesús para nosotros.

Aclaro que no se debe comulgar si no se han confesado los pecados graves en la confesión. S. Josemaría Escrivá decía que Jesús en el sagrario debía encontrarse como en Betania, aquel lugar donde descansaba, donde se encontraba con confianza y gusto, en casa, con Lázaro, Marta y María. Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es


sic.

 

11 de abril de 2025
“El peligro es la rutina”
“Nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via?” –¿Acaso nuestro corazón no ardía en nosotros cuando nos hablaba en el camino? Estas palabras de los discípulos de Emaús debían salir espontáneas, si eres apóstol, de labios de tus compañeros de profesión, después de encontrarte a ti en el camino de su vida. (Camino, 917)

Me gusta hablar de camino, porque somos viadores, nos dirigimos a la casa del Cielo, a nuestra Patria. Pero mirad que un camino, aunque puede presentar trechos de especiales dificultades, aunque nos haga vadear alguna vez un río o cruzar un pequeño bosque casi impenetrable, habitualmente es algo corriente, sin sorpresas. El peligro es la rutina: imaginar que en esto, en lo de cada instante, no está Dios, porque ¡es tan sencillo, tan ordinario!

Iban aquellos dos discípulos hacia Emaús. Su paso era normal, como el de tantos otros que transitaban por aquel paraje. Y allí, con naturalidad, se les aparece Jesús, y anda con ellos, con una conversación que disminuye la fatiga. Me imagino la escena, ya bien entrada la tarde. Sopla una brisa suave. Alrededor, campos sembrados de trigo ya crecido, y los olivos viejos, con las ramas plateadas por la luz tibia.

Jesús, en el camino. ¡Señor, qué grande eres siempre! Pero me conmueves cuando te allanas a seguirnos, a buscarnos, en nuestro ajetreo diario. Señor, concédenos la ingenuidad de espíritu, la mirada limpia, la cabeza clara, que permiten entenderte cuando vienes sin ningún signo exterior de tu gloria.

Se termina el trayecto al encontrar la aldea, y aquellos dos que —sin darse cuenta— han sido heridos en lo hondo del corazón por la palabra y el amor del Dios hecho Hombre, sienten que se vaya. Porque Jesús les saluda con ademán de continuar adelante. No se impone nunca, este Señor Nuestro. Quiere que le llamemos libremente, desde que hemos entrevisto la pureza del Amor, que nos ha metido en el alma. (Amigos de Dios, nn. 313-314)

jueves, abril 10, 2025

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10 de abril de 2025
“Seguir a Cristo, ése es el secreto”
Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo”. Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera? (Camino, 382)

¿Cómo podremos superar esos inconvenientes? ¿Cómo lograremos fortalecernos en aquella decisión, que comienza a parecernos muy pesada? Inspirándonos en el modelo que nos muestra la Virgen Santísima, nuestra Madre: una ruta muy amplia, que necesariamente pasa a través de Jesús.

En este esfuerzo por identificarse con Cristo, he distinguido como cuatro escalones: buscarle, encontrarle, tratarle, amarle. Quizá comprendéis que estáis como en la primera etapa. Buscadlo con hambre, buscadlo en vosotros mismos con todas vuestras fuerzas. Si obráis con este empeño, me atrevo a garantizar que ya lo habéis encontrado, y que habéis comenzado a tratarlo y a amarlo, y a tener vuestra conversación en los cielos.

Ruego al Señor que nos decidamos a alimentar en nuestras almas la única ambición noble, la única que merece la pena: ir junto a Jesucristo, como fueron su Madre Bendita y el Santo Patriarca, con ansia, con abnegación, sin descuidar nada. Participaremos en la dicha de la divina amistad -en un recogimiento interior, compatible con nuestros deberes profesionales y con los de ciudadano-, y le agradeceremos la delicadeza y la claridad con que Él nos enseña a cumplir la Voluntad del Padre Nuestro que habita en los cielos.

Seguir a Cristo: éste es el secreto. Acompañarle tan de cerca, que vivamos con Él, como aquellos primeros doce; tan de cerca, que con Él nos identifiquemos. No tardaremos en afirmar, cuando no hayamos puesto obstáculos a la gracia, que nos hemos revestido de Nuestro Señor Jesucristo. Se refleja el Señor en nuestra conducta, como en un espejo. Si el espejo es como debe ser, recogerá el semblante amabilísimo de nuestro Salvador sin desfigurarlo, sin caricaturas: y los demás tendrán la posibilidad de admirarlo, de seguirlo. (Amigos de Dios, nn. 299-303)

 

miércoles, abril 09, 2025

Madre del Amor hermoso.

 


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9 de abril de 2025
“No rehusemos la obligación de vivir”
Te quedaste muy serio al escucharme: acepto la muerte cuando Él quiera, como Él quiera y donde Él quiera; y a la vez pienso que es “una comodidad” morir pronto, porque hemos de desear trabajar muchos años para Él y, por Él, en servicio de los demás. (Forja, 1039)

Os libraré de la cautividad, estéis donde estéis. Nos libramos de la esclavitud, con la oración: nos sabemos libres, volando en un epitalamio de alma encariñada, en un cántico de amor, que empuja a desear no apartarse de Dios. Un nuevo modo de pisar en la tierra, un modo divino, sobrenatural, maravilloso. Recordando a tantos escritores castellanos del quinientos, quizá nos gustará paladear por nuestra cuenta: ¡que vivo porque no vivo: que es Cristo quien vive en mí!

Se acepta gustosamente la necesidad de trabajar en este mundo, durante muchos años, porque Jesús tiene pocos amigos aquí abajo. No rehusemos la obligación de vivir, de gastarnos -bien exprimidos- al servicio de Dios y de la Iglesia. De esta manera, en libertad: in libertatem gloriae filiorum Deiqua libertate Christus nos liberavit; con la libertad de los hijos de Dios, que Jesucristo nos ha ganado muriendo sobre el madero de la Cruz.

Es posible que, ya desde el principio, se levanten nubarrones de polvo y que, a la vez, empleen los enemigos de nuestra santificación una tan vehemente y bien orquestada técnica de terrorismo psicológico -de abuso de poder-, que arrastren en su absurda dirección incluso a quienes, durante mucho tiempo, mantenían otra conducta más lógica y recta. Y aunque su voz suene a campana rota, que no está fundida con buen metal y es bien diferente del silbido del pastor, rebajan la palabra, que es uno de los dones más preciosos que el hombre ha recibido de Dios, regalo bellísimo para manifestar altos pensamientos de amor y de amistad con el Señor y con sus criaturas, hasta hacer que se entienda por qué Santiago dice de la lengua que es un mundo entero de malicia. Tantos daños puede producir: mentiras, denigraciones, deshonras, supercherías, insultos, susurraciones tortuosas. (Amigos de Dios, nn. 297-298)

martes, abril 08, 2025

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Mensaje del Prelado (8 abril 2025)

El prelado del Opus Dei invita a seguir rezando por la salud del Papa, anima a vivir la Semana Santa contemplando el amor infinito de Jesucristo y pide oraciones por el próximo Congreso general.

Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!

Sigamos rezando mucho por la completa recuperación de la salud del Papa, muy unidos a toda la Iglesia, que en el Romano Pontífice tiene su principio visible de unidad.

Como sabéis, a finales de marzo tuve la alegría de participar en la celebración, en Zaragoza, del centenario de la ordenación sacerdotal de san Josemaría. Ha sido una particular ocasión de dar gracias a Dios, de reavivar nuestra devoción –llena de agradecimiento y de cariño– a nuestro Padre, con la alegría también de ver a muchas personas, especialmente hijas e hijos míos.

Está ya muy próxima la Semana Santa: días en los que la liturgia de la Iglesia –sobre todo en el Triduo Pascual– nos impulsa a una mayor unión con Jesucristo. Unión de fe, de esperanza y de amor. No nos cansemos de contemplar que «la víspera de la Pascua, como Jesús sabía que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin» (Jn 13,1). Y ese amor atraviesa los siglos haciéndose hoy y ahora presente en nuestras vidas. Como cada año, en esas fechas tendrán lugar muchas y variadas actividades apostólicas; entre estas, el Univ en Roma: las acompañamos con nuestra oración.

Está también muy cercano el Congreso general ordinario de la Obra. Durará varios días, divididos en dos partes (una para cada sección) entre el 23 de este mes y el 5 de mayo. Como está previsto, se harán los nombramientos para el Consejo General y la Asesoría Central, y se estudiará el impulso de las labores apostólicas, también a la vista de las conclusiones de las pasadas Asambleas de trabajo en las Regiones. Además, en este Congreso se tratará de la propuesta –definitiva por nuestra parte– del texto de los Estatutos, para presentar ya a la aprobación de la Santa Sede. Participad todos con vuestra oración.

Con todo cariño, os bendice

vuestro Padre

Fernando Ocáriz

Roma, 8 de abril de 2025

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8 de abril de 2025
“Señor, si quieres, puedes curarme”
No lo dudes: el corazón ha sido creado para amar. Metamos, pues, a Nuestro Señor Jesucristo en todos los amores nuestros. Si no, el corazón vacío se venga, y se llena de las bajezas más despreciables. (Surco, 800)

¿Cómo dirigirnos a Él, cómo hablarle, cómo comportarse? No se compone de normas rígidas la vida cristiana, porque el Espíritu Santo no guía a las almas en masa, sino que, en cada una, infunde aquellos propósitos, inspiraciones y afectos que le ayudarán a percibir y a cumplir la voluntad del Padre. Pienso, sin embargo, que en muchas ocasiones el nervio de nuestro diálogo con Cristo, de la acción de gracias después de la Santa Misa, puede ser la consideración de que el Señor es, para nosotros, Rey, Médico, Maestro, Amigo. (...)

Es Médico y cura nuestro egoísmo, si dejamos que su gracia penetre hasta el fondo del alma. Jesús nos ha advertido que la peor enfermedad es la hipocresía, el orgullo que lleva a disimular los propios pecados. Con el Médico es imprescindible una sinceridad absoluta, explicar enteramente la verdad y decir: Domine, si vis, potes me mundare, Señor, si quieres ‑y Tú quieres siempre‑, puedes curarme. Tú conoces mi flaqueza; siento estos síntomas, padezco estas otras debilidades. Y le mostramos sencillamente las llagas; y el pus, si hay pus. Señor, Tú, que has curado a tantas almas, haz que, al tenerte en mi pecho o al contemplarte en el Sagrario, te reconozca como Médico divino. (Es Cristo que pasa, nn. 92-93)

lunes, abril 07, 2025

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7 de abril de 2025
“La tristeza es la escoria del egoísmo”
Que nadie lea tristeza ni dolor en tu cara, cuando difundes por el ambiente del mundo el aroma de tu sacrificio: los hijos de Dios han de ser siempre sembradores de paz y de alegría. (Surco, 59)

Los hijos de Dios, ¿por qué vamos a estar tristes? La tristeza es la escoria del egoísmo; si queremos vivir para el Señor, no nos faltará la alegría, aunque descubramos nuestros errores y nuestras miserias. La alegría se mete en la vida de oración, hasta que no nos queda más remedio que romper a cantar: porque amamos, y cantar es cosa de enamorados.

Si vivimos así, realizaremos en el mundo una tarea de paz; sabremos hacer amable a los demás el servicio al Señor, porque Dios ama al que da con alegría. El cristiano es uno más en la sociedad; pero de su corazón desbordará el gozo del que se propone cumplir, con la ayuda constante de la gracia, la Voluntad del Padre. Y no se siente víctima, ni capitidisminuido, ni coartado. Camina con la cabeza alta, porque es hombre y es hijo de Dios.

Nuestra fe confiere todo su relieve a estas virtudes que ninguna persona debería dejar de cultivar. Nadie puede ganar al cristiano en humanidad. Por eso el que sigue a Cristo es capaz -no por mérito propio, sino por gracia del Señor- de comunicar a los que le rodean lo que a veces barruntan, pero no logran entender: que la verdadera felicidad, el auténtico servicio al prójimo pasa sólo por el Corazón de Nuestro Redentor, perfectus Deus, perfectus homo(Amigos de Dios, nn. 92-93)

domingo, abril 06, 2025

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6 de abril de 2025
“Cuidar las cosas pequeñas”
Cuidar las cosas pequeñas supone una mortificación constante, camino para hacer más agradable la vida a los demás. (Surco, 991)

Pensando en aquellos de vosotros que, a la vuelta de los años, todavía se dedican a soñar –con sueños vanos y pueriles, como Tartarín de Tarascón– en la caza de leones por los pasillos de su casa, allí donde si acaso no hay más que ratas y poco más; pensando en ellos, insisto, os recuerdo la grandeza de la andadura a lo divino en el cumplimiento fiel de las obligaciones habituales de la jornada, con esas luchas que llenan de gozo al Señor, y que sólo Él y cada uno de nosotros conocemos.

Convenceos de que ordinariamente no encontraréis lugar para hazañas deslumbrantes, entre otras razones, porque no suelen presentarse. En cambio, no os faltan ocasiones de demostrar a través de lo pequeño, de lo normal, el amor que tenéis a Jesucristo. (...)

Por lo tanto, tú y yo aprovecharemos hasta las más banales oportunidades que se presenten a nuestro alrededor, para santificarlas, para santificarnos y para santificar a los que con nosotros comparten los mismos afanes cotidianos, sintiendo en nuestras vidas el peso dulce y sugestivo de la corredención. (Amigos de Dios, nn. 8-9)

sábado, abril 05, 2025

A LA ADÚLTERA: ¿TE HAN CONDENADO? ELLA: NO; JESÚS: "TAMPOCO YO TE CONDEN...

sic.

 

5 de abril de 2025
“El santo no nace: se forja”
Todo aquello en que intervenimos los pobrecitos hombres –hasta la santidad– es un tejido de pequeñas menudencias, que –según la rectitud de intención– pueden formar un tapiz espléndido de heroísmo o de bajeza, de virtudes o de pecados. Las gestas relatan siempre aventuras gigantescas, pero mezcladas con detalles caseros del héroe. –Ojalá tengas siempre en mucho -¡línea recta!– las cosas pequeñas. (Camino, 826)

El principal requisito que se nos pide –bien conforme a nuestra naturaleza–, consiste en amar: la caridad es el vínculo de la perfección; caridad, que debemos practicar de acuerdo con los mandatos explícitos que el mismo Señor establece: amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, sin reservarnos nada. En esto consiste la santidad.

Ciertamente se trata de un objetivo elevado y arduo. Pero no me perdáis de vista que el santo no nace: se forja en el continuo juego de la gracia divina y de la correspondencia humana. Todo lo que se desarrolla –advierte uno de los escritores cristianos de los primeros siglos, refiriéndose a la unión con Dios–, comienza por ser pequeño. Es al alimentarse gradualmente como, con constantes progresos, llega a hacerse grande. Por eso te digo que, si deseas portarte como un cristiano consecuente –sé que estás dispuesto, aunque tantas veces te cueste vencer o tirar hacia arriba con este pobre cuerpo-, has de poner un cuidado extremo en los detalles más nimios, porque la santidad que Nuestro Señor te exige se alcanza cumpliendo con amor de Dios el trabajo, las obligaciones de cada día, que casi siempre se componen de realidades menudas. (Amigos de Dios, 7)

viernes, abril 04, 2025

Acudir a la Divina Misericordia

Tomás Moro.

 

Tomás Moro

 

 

Daniel Tirapu


Tomás Moro.

 

 

 

 

 

Un hombre culto, familiar, abogado y juez incorruptible, renacentista, escribió Utopía, libro muy recomendado por los marxistas de cierta época, Lord Canciller de Inglaterra. Hombre respetado por su prestigio, dotes de gobierno, prudencia, inteligencia; al mismo tiempo, cristiano ejemplar, usaba una camisa como cilicio, piadoso, fiel al Papa en los duros tiempos del cisma inglés, hombre de oración que escribió la agonía de Cristo siguiendo la Pasión de Jesús.

Para mí ha sido guía de importantes decisiones. Leí su biografía de Vázquez de Prada, y he visto la película "Un hombre para la eternidad" más de diez veces, hay diálogos que recuerdo de memoria. Dimitió de Lord canciller, por su oposición al matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena y por el sometimiento al que se veía forzada la Iglesia en Inglaterra. Pero era discreto, no quiso dar sus motivos, fue procesado en la Torre de Londres, juzgado y condenado a morir decapitado por especial privilegio del Rey.

Citaré dos episodios, en el primero el típico trepas le pide un puesto político, un favor, una ayuda. Moro es consciente de que ese hombre no tardaría más de 24 horas en vender su conciencia y le recomienda que se haga maestro de filosofía. Le dice "es un buen puesto, tus testigos serán Dios y tus alumnos". A él le encomiendo mis alumnos y mi tarea universitaria.

El otro es un diálogo con el Duque de Norfolk, hombre duro, buen amigo de Tomás pero que no entiende por qué Moro no cede a las presiones cuando la mayor parte de la nobleza inglesa ha cedido. Moro le dice: "Ah vosotros la nobleza inglesa, os habríais dormido en el sermón de la montaña, mientras pasáis toda una noche discutiendo sobre el pedigree de un perro".

Murió, mártir, tranquilo, diciendo que había procurado servir a su Rey como el más leal súbdito, pero que Dios está por encima de él y a Él se le ha servir antes. Moro tenía un fino sentido del humor inglés. Juan Pablo II lo nombró patrono de los políticos, ojalá cundiera el ejemplo, de personajes públicos que pongan su conciencia, nobleza y honradez muy por encima de sus intereses de partido, estrategias y chanchullos. Mi homenaje para vos, Sir Tomás Moro.

 

 

Daniel Tirapu

sic.

 

4 de abril de 2025
"Haz lo que debes y está en lo que haces"
Hacedlo todo por Amor. -Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. -La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo. (Camino, 813)

¿Quieres de verdad ser santo? -Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces. (Camino, 815)

La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante. (Camino, 817)

Me dices: cuando se presente la ocasión de hacer algo grande... ¡entonces! -¿Entonces? ¿Pretendes hacerme creer, y creer tú seriamente, que podrás vencer en la Olimpiada sobrenatural, sin la diaria preparación, sin entrenamiento? (Camino, 822)

¿Has visto cómo levantaron aquel edificio de grandeza imponente? -Un ladrillo, y otro. Miles. Pero, uno a uno. -Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto. -Y trozos de hierro. -Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas... ¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?... -¡A fuerza de cosas pequeñas! (Camino, 823)

¿No has visto en qué "pequeñeces" está el amor humano? -Pues también en "pequeñeces" está el Amor divino. (Camino, 824)

jueves, abril 03, 2025

Don Julián Urbistondo.

 


sic.

    

3 de abril de 2025
"Que tu vida no sea una vida estéril"
Que tu vida no sea una vida estéril. -Sé útil. -Deja poso. -Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. -Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón. (Camino, 1)

Si admitieras la tentación de preguntarte, ¿quién me manda a mí meterme en esto?, Habría de contestarte: te lo manda –te lo pide– el mismo Cristo. La mies es mucha, y los obreros son pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe operarios a su mies (Mt IX, 37–38). No concluyas cómodamente: yo para esto no sirvo, para esto ya hay otros; esas tareas me resultan extrañas. No, para esto, no hay otros; si tú pudieras decir eso, todos podrían decir lo mismo. El ruego de Cristo se dirige a todos y a cada uno de los cristianos. Nadie está dispensado: ni por razones de edad, ni de salud, ni de ocupación. No existen excusas de ningún género. O producimos frutos de apostolado, o nuestra fe será estéril.

Además: ¿quién ha dispuesto que para hablar de Cristo, para difundir su doctrina, sea preciso hacer cosas raras, extrañas? Vive tu vida ordinaria; trabaja donde estás, procurando cumplir los deberes de tu estado, acabar bien la labor de tu profesión o de tu oficio, creciéndote, mejorando cada jornada. Sé leal, comprensivo con los demás y exigente contigo mismo. Sé mortificado y alegre. Ese será tu apostolado. Y, sin que tú encuentres motivos, por tu pobre miseria, los que te rodean vendrán a ti, y con una conversación natural, sencilla –a la salida del trabajo, en una reunión de familia, en el autobús, en un paseo, en cualquier parte– charlaréis de inquietudes que están en el alma de todos, aunque a veces algunos no quieran darse cuenta: las irán entendiendo más, cuando comiencen a buscar de verdad a Dios. (Amigos de Dios, 272-273)