lunes, junio 30, 2025

sic.

30 de junio de 2025
“Practica la caridad sin límites”
Ama y practica la caridad, sin límites y sin discriminaciones, porque es la virtud que nos caracteriza a los discípulos del Maestro. –Sin embargo, esa caridad no puede llevarte –dejaría de ser virtud– a amortiguar la fe, a quitar las aristas que la definen, a dulcificarla hasta convertirla, como algunos pretenden, en algo amorfo que no tiene la fuerza y el poder de Dios. (Forja, 456)

El Señor tomó la iniciativa, viniendo a nuestro encuentro. Nos dio ese ejemplo, para que acudamos con Él a servir a los demás, para que -me gusta repetirlo- pongamos generosamente nuestro corazón en el suelo, de modo que los otros pisen en blando, y les resulte más amable su lucha. Debemos comportarnos así, porque hemos sido hechos hijos del mismo Padre, de ese Padre que no dudó en entregarnos a su Hijo muy amado.

La caridad no la construimos nosotros; nos invade con la gracia de Dios: porque Él nos amó primero. Conviene que nos empapemos bien de esta verdad hermosísima: si podemos amar a Dios, es porque hemos sido amados por Dios. Tú y yo estamos en condiciones de derrochar cariño con los que nos rodean, porque hemos nacido a la fe, por el amor del Padre. Pedid con osadía al Señor este tesoro, esta virtud sobrenatural de la caridad, para ejercitarla hasta en el último detalle.

Con frecuencia, los cristianos no hemos sabido corresponder a ese don; a veces lo hemos rebajado, como si se limitase a una limosna, sin alma, fría; o lo hemos reducido a una conducta de beneficencia más o menos formularia. Expresaba bien esta aberración la resignada queja de una enferma: aquí me tratan con caridad, pero mi madre me cuidaba con cariño. El amor que nace del Corazón de Cristo no puede dar lugar a esa clase de distinciones. (Amigos de Dios, nn. 228-229)

 

viernes, junio 27, 2025

Inquina-

 

Inquina

 

 

Daniel Tirapu


Basílica de San Pedro. Ciudad del Vaticano. Roma.

 

 

 

 

 

Últimamente he hablado con dos o tres personas y en cuanto les he manifestado mi afecto a la Iglesia se han puesto de los nervios. Qué vergüenza, la Iglesia es la mayor mentira y el mejor negocio del mundo, se aprovechó de la ignorancia, ahora lo va a pagar, el Vaticano, las riquezas, los avances científicos.

Tópicos, típicos y en cuanto empiezas a dialogar y desmontar, te dicen que has sido programado para contestar así. Les digo que quien les programó a ellos. He llegado a oír que las culturas indígenas del nuevo mundo estaban mucho más desarrolladas (sacrificios humanos, edad de bronce). Es curioso pero se ha metido en la gente un odio superficial pero muy efectivo, que impide todo diálogo. Parece que el intento racionalista y masón y luterano de las leyendas negras de la Iglesia ha ido cuajando.

¿Por qué no me hablan de ingleses y franceses en sus maravillosas colonizaciones, donde no queda ni un indio para contarlo? Además justo en un momento creo yo, donde la Iglesia es más libre del poder temporal que nunca, más abierta al diálogo con el mundo y las religiones que nunca. Cierto que hay mucho que matizar y explicar, pero en la Iglesia es donde he conocido a Cristo, es el cuerpo místico de Cristo. Puede ser una muy buena señal, os perseguirán, no es menos el discípulo que el Maestro, os enviarán a la cárcel.

Eso fue lo que dijo Jesús y parece que se cumple. En cualquier caso un esfuerzo por no ser superficiales. La ignorancia es muy atrevida. Uno de estos me decía que los evangelios los impuso un emperador romano ¿¿¿¿????. Pero conviene también considerar que la Iglesia es madre, mi madre y exige un respeto.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

sic.

 

27 de junio de 2025
"Las delicadezas del Corazón del Señor"
La plenitud de Dios se nos revela y se nos da en Cristo, en el amor de Cristo, en el Corazón de Cristo. Porque es el Corazón de Aquel en quien habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente. Por eso, si se pierde de vista este gran designio de Dios —la corriente de amor instaurada en el mundo por la Encarnación, por la Redención y por la Pentecostés—, no se comprenderán las delicadezas del Corazón del Señor (Es Cristo que pasa, 163).

Tengamos presente toda la riqueza que se encierra en estas palabras: Sagrado Corazón de Jesús. Cuando hablamos de corazón humano no nos referimos sólo a los sentimientos, aludimos a toda la persona que quiere, que ama y trata a los demás. Y, en el modo de expresarse los hombres, que han recogido las Sagradas Escrituras para que podamos entender así las cosas divinas, el corazón es considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los pensamientos, de las palabras, de las acciones. Un hombre vale lo que vale su corazón, podemos decir con lenguaje nuestro.

Al corazón pertenecen la alegría: que se alegre mi corazón en tu socorro; el arrepentimiento: mi corazón es como cera que se derrite dentro de mi pecho; la alabanza a Dios: de mi corazón brota un canto hermoso; la decisión para oír al Señor: está dispuesto mi corazón; la vela amorosa: yo duermo, pero mi corazón vigila. Y también la duda y el temor: no se turbe vuestro corazón, creed en mí. (Es Cristo que pasa, 164)


En la fiesta de hoy hemos de pedir al Señor que nos conceda un corazón bueno, capaz de compadecerse de las penas de las criaturas, capaz de comprender que, para remediar los tormentos que acompañan y no pocas veces angustian las almas en este mundo, el verdadero bálsamo es el amor, la caridad: todos los demás consuelos apenas sirven para distraer un momento, y dejar más tarde amargura y desesperación.

Si queremos ayudar a los demás, hemos de amarles, insisto, con un amor que sea comprensión y entrega, afecto y voluntaria humildad. Así entenderemos por qué el Señor decidió resumir toda la Ley en ese doble mandamiento, que es en realidad un mandamiento solo: el amor a Dios y el amor al prójimo, con todo nuestro corazón (Es Cristo que pasa, 167).

miércoles, junio 25, 2025

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25 de junio de 2025
“La mies es mucha y pocos los operarios”
La mies es mucha y pocos los operarios. -"Rogate ergo!" -Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe operarios a su campo. La oración es el medio más eficaz de proselitismo. (Camino, 800)

Aún resuena en el mundo aquel grito divino: "Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?" -Y ya ves: casi todo está apagado...

¿No te animas a propagar el incendio? (Camino, 801)

Querrías atraer a tu apostolado a aquel hombre sabio, a aquel otro poderoso, a aquel lleno de prudencia y virtudes.

Ora, ofrece sacrificios y trabájalos con tu ejemplo y con tu palabra. -¡No vienen! -No pierdas la paz: es que no hacen falta.

¿Crees que no había contemporáneos de Pedro, sabios, y poderosos, y prudentes, y virtuosos, fuera del apostolado de los primeros doce? (Camino, 802)

Desgarra el corazón aquel clamor –¡siempre actual!– del Hijo de Dios, que se lamenta porque la mies es mucha y los obreros son pocos.

–Ese grito ha salido de la boca de Cristo, para que también lo oigas tú: ¿cómo le has respondido hasta ahora?, ¿rezas, al menos a diario, por esa intención? (Forja, 906)

Para seguir al Señor, es preciso darse de una vez, sin reservas y reciamente: quemar las naves con decisión, para que no haya posibilidades de retroceder. (Forja, 907)

martes, junio 24, 2025

2 SAN JOSEMARÍA

sic.

 

24 de junio de 2025
“Eres hijo de Dios”
El bautismo nos hace “fideles —fieles, palabra que, como aquella otra, “sancti —santos, empleaban los primeros seguidores de Jesús para designarse entre sí, y que aún hoy se usa: se habla de los "fieles" de la Iglesia. —¡Piénsalo! (Forja, 622)

Entonces vino Jesús al Jordán desde Galilea, para ser bautizado por Juan [...]. Y una voz desde los cielos dijo: —Éste es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido (Mt 3, 13.17).

En el Bautismo, Nuestro Padre Dios ha tomado posesión de nuestras vidas, nos ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el Espíritu Santo.

La fuerza y el poder de Dios iluminan la faz de la tierra.

¡Haremos que arda el mundo, en las llamas del fuego que viniste a traer a la tierra!... Y la luz de tu verdad, Jesús nuestro, iluminará las inteligencias, en un día sin fin.

Yo te oigo clamar, Rey mío, con voz viva, que aún vibra: "ignem veni mittere in terram, et quid volo nisi ut accendatur?" —Y contesto —todo yo— con mis sentidos y mis potencias: "ecce ego: quia vocasti me!"

El Señor ha puesto en tu alma un sello indeleble, por medio del Bautismo: eres hijo de Dios.

Niño: ¿no te enciendes en deseos de hacer que todos le amen? (Santo Rosario, Iº misterio luminoso)

lunes, junio 23, 2025

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23 de junio de 2025
“Jesús, en tu nombre, buscaré almas”
“Duc in altum”. –¡Mar adentro! –Rechaza el pesimismo que te hace cobarde. “Et laxate retia vestra in capturam” –y echa tus redes para pescar. ¿No ves que puedes decir, como Pedro: “in nomine tuo, laxabo rete” –Jesús, en tu nombre, buscaré almas? (Camino, 792)

Vamos a acompañar a Cristo en esta pesca divina. Jesús está junto al lago de Genesaret y las gentes se agolpan a su alrededor, ansiosas de escuchar la palabra de Dios. ¡Como hoy! ¿No lo veis? Están deseando oír el mensaje de Dios, aunque externamente lo disimulen. Quizá algunos han olvidado la doctrina de Cristo; otros -sin culpa de su parte- no la aprendieron nunca, y piensan en la religión como en algo extraño. Pero, convenceos de una realidad siempre actual: llega siempre un momento en el que el alma no puede más, no le bastan las explicaciones habituales, no le satisfacen las mentiras de los falsos profetas. Y, aunque no lo admitan entonces, esas personas sienten hambre de saciar su inquietud con la enseñanza del Señor. (Amigos de Dios, nn. 260)

domingo, junio 22, 2025

sic.

 

22 de junio de 2025
“Ahora está allí, con su Carne y con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad”
"Este es mi Cuerpo...", y Jesús se inmoló, ocultándose bajo las especies de pan. Ahora está allí, con su Carne y con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad: lo mismo que el día en el que Tomás metió los dedos en sus Llagas gloriosas. Sin embargo, en tantas ocasiones, tú cruzas de largo, sin esbozar ni un breve saludo de simple cortesía, como haces con cualquier persona conocida que encuentras al paso. –¡Tienes bastante menos fe que Tomás! (Surco, 684)

Hoy, fiesta del Corpus Christi, meditamos juntos la profundidad del amor del Señor, que le ha llevado a quedarse oculto bajo las especies sacramentales (...)

Ante todo, hemos de amar la Santa Misa que debe ser el centro de nuestro día. Si vivimos bien la Misa, ¿cómo no continuar luego el resto de la jornada con el pensamiento en el Señor, con la comezón de no apartarnos de su presencia, para trabajar como Él trabajaba y amar como Él amaba? Aprendemos entonces a agradecer al Señor esa otra delicadeza suya: que no haya querido limitar su presencia al momento del Sacrificio del Altar, sino que haya decidido permanecer en la Hostia Santa que se reserva en el Tabernáculo, en el Sagrario.

La procesión del Corpus hace presente a Cristo por los pueblos y las ciudades del mundo. Pero esa presencia, repito, no debe ser cosa de un día, ruido que se escucha y se olvida. Ese pasar de Jesús nos trae a la memoria que debemos descubrirlo también en nuestro quehacer ordinario. Junto a esa procesión solemne de este jueves, debe estar la procesión callada y sencilla, de la vida corriente de cada cristiano, hombre entre los hombres, pero con la dicha de haber recibido la fe y la misión divina de conducirse de tal modo que renueve el mensaje del Señor en la tierra. No nos faltan errores, miserias, pecados. Pero Dios está con los hombres, y hemos de disponernos para que se sirva de nosotros y se haga continuo su tránsito entre las criaturas.

Vamos, pues, a pedir al Señor que nos conceda ser almas de Eucaristía, que nuestro trato personal con Él se exprese en alegría, en serenidad, en afán de justicia. Y facilitaremos a los demás la tarea de reconocer a Cristo, contribuiremos a ponerlo en la cumbre de todas las actividades humanas. (Es Cristo que pasa, nn. 150-156)

viernes, junio 20, 2025

orar.

 

Hablar con Jesús, con Dios

 

 

Daniel Tirapu


Oración delante del Sagrario.

 

 

 

 

 

Cómo se reza, como se habla con Dios, cómo sabes que te escucha, que te responde?. Sinceramente no soy un experto en estas cuestiones. La Biblia dice que Dios hablo con Moisés, cara a cara, como se habla con un amigo. Jesús habló con mucha gente: su Madre, los apóstoles, con multitudes, con judíos, no judíos, con militares, con ladrones, con bebedores, con niños, con mujeres, con Pilatos, con endemoniados. Él mismo nos dio ejemplo, pasaba mucho tiempo en oración, noches enteras.

Un cristiano debe orar por imitar a Jesús. Nos dijo que donde hubiera dos o más en su nombre, ahí estaría, nos dejó su cuerpo como alimento y en el sagrario para hacerle compañía. La oración puede ser mental, sin palabras, ni discursos, de mente a mente, de corazón a corazón, o vocal, oraciones de la Iglesia especialmente el Padre nuestro, en ambas hay que procurar poner la cabeza en lo que decimos. Es apasionante, Jesús hombre como tú conoce tu corazón, tus cabellos, tus dificultades, tus problemas y circunstancias mejor que tú mismo. Pero te ofrece siempre la posibilidad de que le cuentes, como a un amigo que no falla, lo que preocupa, el sentido de las cosas, tus debilidades, lo que no entiendes, lo que te gusta, lo que no, la muerte, la vida, lo que no puedes y notarás su consuelo, su ánimo, su alegría, su respuesta, porque es Dios. Podemos hablar con Dios, de tú a tú.

Pedirle, adorarle, quejarte, contarle un chiste. Maria guardaba en su corazón los sucesos de su vida con Jesús, que a veces no entendía, guarda en tu corazón y saca un poco de tiempo para hablar con Él. Puede que a veces, Dios no es una máquina de cocacola que si le hecho un euro sale, no entiendas, no te sientas escuchado, pero te habla siempre a través de los sucesos, de luces, del ejemplo de los demás. Escrivá decía en Camino que no sabes orar, díselo así y ya estás hablando con Él.

 

 

Daniel Tirapu
dtirapu@ujaen.es

 

jueves, junio 19, 2025

sic.

 

19 de junio de 2025
“Querer a todos, comprender, disculpar”
El amor a las almas, por Dios, nos hace querer a todos, comprender, disculpar, perdonar... Debemos tener un amor que cubra la multitud de las deficiencias de las miserias humanas. Debemos tener una caridad maravillosa, “veritatem facientes in caritate”, defendiendo la verdad, sin herir. (Forja, 559)

Vosotros, como yo, os encontraréis a diario cargados con muchos errores, si os examináis con valentía en la presencia de Dios. Cuando se lucha por quitarlos, con la ayuda divina, carecen de decisiva importancia y se superan, aunque parezca que nunca se consigue desarraigarlos del todo. Además, por encima de esas debilidades, tú contribuirás a remediar las grandes deficiencias de otros, siempre que te empeñes en corresponder a la gracia de Dios. Al reconocerte tan flaco como ellos -capaz de todos los errores y de todos los horrores-, serás más comprensivo, más delicado y, al mismo tiempo, más exigente para que todos nos decidamos a amar a Dios con el corazón entero.

Los cristianos, los hijos de Dios, hemos de asistir a los demás llevando a la práctica con honradez lo que aquellos hipócritas musitaban aviesamente al Maestro: no miras a la calidad de las personas. Es decir, rechazaremos por completo la acepción de personas -¡nos interesan todas las almas!-, aunque, lógicamente, hayamos de comenzar por ocuparnos de las que por una circunstancia o por otra -también por motivos sólo humanos, en apariencia- Dios ha colocado a nuestro lado. (Amigos de Dios, 162)

miércoles, junio 18, 2025

sic.

 

18 de junio de 2025
"Le tienes siempre a tu lado"
Qué estupenda es la eficacia de la Sagrada Eucaristía, en la acción –y antes en el espíritu– de las personas que la reciben con frecuencia y piadosamente. (Forja, 303)

Si aquellos hombres, por un trozo de pan –aun cuando el milagro de la multiplicación sea muy grande–, se entusiasman y te aclaman, ¿qué deberemos hacer nosotros por los muchos dones que nos has concedido, y especialmente porque te nos entregas sin reserva en la Eucaristía? (Forja, 304)

Niño bueno: los amadores de la tierra ¡cómo besan las flores, la carta, el recuerdo del que aman!...

–Y tú, ¿podrás olvidarte alguna vez de que le tienes siempre a tu lado... ¡a Él!? –¿Te olvidarás... de que le puedes comer? (Forja, 305)

Asoma muchas veces la cabeza al oratorio, para decirle a Jesús: ...me abandono en tus brazos.

–Deja a sus pies lo que tienes: ¡tus miserias!

–De este modo, a pesar de la turbamulta de cosas que llevas detrás de ti, nunca me perderás la paz. (Forja, 306)

martes, junio 17, 2025

sic.

 

17 de junio de 2025
“Constancia, que nada te desconcierte”
El desaliento es enemigo de tu perseverancia. -Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y a la tibieza, después. -Sé optimista. (Camino, 988)

Constancia, que nada desconcierte. -Te hace falta. Pídela al Señor y haz lo que puedas por obtenerla: porque es un gran medio para que no te separes del fecundo camino que has emprendido. (Camino, 990)

No puedes "subir". -No es extraño: ¡aquella caída!...

Persevera y "subirás". -Recuerda lo que dice un autor espiritual: tu pobre alma es pájaro, que todavía lleva pegadas con barro sus alas.

Hacen falta soles de cielo y esfuerzos personales, pequeños y constantes, para arrancar esas inclinaciones, esas imaginaciones, ese decaimiento: ese barro pegadizo de tus alas.

Y te verás libre. -Si perseveras, "subirás". (Camino, 991)

Da gracias a Dios, que te ayudó, y gózate en tu victoria. -¡Qué alegría más honda, esa que siente tu alma, después de haber correspondido! (Camino, 992)