Ayer los diarios daban cuenta puntual de que un sacerdote, capellán y amigo de la familia Alba la había visitados para los últimos sacramentos y auxilios espirituales ante la muerte. Todo bautizado tiene derecho a esos auxilios. Así pasó, gracias a Dios, con mis padres. Ya sea en el Hospital o en casa todos podemos ser tratados como Duques y Duquesas en este aspecto, no es privilegio de los Alba. Cierto que algunas familias temerosas piensan que eso puede asustar al enfermo, no es así, o que a veces en algunas parroquias no se vea demasiada disponibilidad. Los sacerdotes del Opus Dei que conozco, se sacrifican para esta labor con enfermos y sus familias.
O sea, lo que quiero decir es que la Iglesia nos trata como duques o duquesas, mejor como hijas o hijos queridísimos.
Descanse en paz la duquesa de Alba. Por cierto, me parece que a la gente hay que dejarla morir en paz, sin agobios mediáticos y las femen hispanas profanaron ayer la cruz de Paracuellos; cuidado, con los muertos no se juega.
3 comentarios:
Así es, los sacerdotes de nuestra parroquia asisten a todos por igual, como hijos queridísimos de la Iglesia. Cuántas gracias debemos dar por ellos.
Descanse en Paz.
Gracias.
Amén!
gracias Rosa y Elige y a todos los sacerdotes...
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