Jesús quiso nacer, estar en el vientre de su Madre nueve meses; aprendió a hablar, a rezar, a jugar, a obedecer, a trabajar, se perdió. El Dios del tiempo, el Señor de la historia, el alfa y el omega no tiene prisa. Quiso tener madre y padre. Corren malos tiempos para la familia; los poderes públicos prefieren individuos, piezas del sistema, ciudadanos; la siquiatría mata al padre, la mujer pare y decide. Se podía haber manifestado como quisiera. Despistan al terrible y tonto Herodes, que no toma nota de lo que le dicen los magos. Emigró. El futuro de la Iglesia y de la humanidad se juega en la familia, nos dijo Juan Pablo II en una carta dirida a las familias. En la familia te quieren y debemos querer por lo que somos, no por lo que tenemos. Curiosa expresión " Derecho de familia"; si hay familia poco derecho hace falta y si hay mucho derecho poca familia.
No compliquemos las cosas, seamos sencillos como los pastores, como los sabios Magos de Oriente: hemos venido a ver al Mesías, al Rey de la humanidad...envuelto en pañales. La familia es muy sencilla; un padre, una madre, los hijos habidos y educados sobre el compromiso irrevocable de esos padres. Hoy me acuerdo especialmente de las familias rotas, de las familias alternativas, de los hijos que se olvidan de sus padres, de los padres que tratan a sus hijos como mercancías. La santísima Trinidad es Familia. Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía. Tuyo soy, para ti nací, que quieres Jesús de mí.
3 comentarios:
Nos ha emocionado usted!
Oiga!
Jyy+
Y usted me emociona a mí.
Esta entrada es especialmente bonita.
Gracias sinre.
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