Preparando San Valentín en serio, lanoticia de Abc.es
Muchos matrimonios canónicos deciden renovar en algún momento de sus vidas sus promesas matrimoniales. Ese es el caso de la jueza Mercedes Alaya que el próximo mes de marzo celebrará en Sevilla, delante del Gran Poder y con banquete de bodas incluido, una ceremonia en el que recordará, junto a su marido, el auditor Jorge Castro, el sacramento del matrimonio, que recibieron hace nada menos que 30 años.
Como en el caso de la jueza, este tipo de celebraciones litúrgicas suelen tener lugar cuando coincide con algún aniversario importante (las bodas de plata o de oro) o en un momento especialmente significativo para la pareja.
De hecho muchos lo hacen en Tierra Santa, cuando visitan Caná,donde según cuentan los Evangelios, Jesús asistió a una boda donde convirtió el agua en vino. Los matrimonios celebran estas promesas allí"independientemente coincida o no con un aniversario",explican los sacerdotes consultados por ABC, ya que la Iglesia "no tiene ninguna norma que diga cuándo se debe hacer".
Bendición de los anillos
Este recuerdo especial del sacramento del matrimonio siempre tiene lugar en el marco de una ceremonia litúrgica presidida por un presbítero. Durante la misa, los cónyuges renuevan sus votos de fidelidad, amor y respecto, los tres compromisos que asumieron el día de su boda, cuando expresaron esta famosa frase: "Yo ...... te acepto a ti como mi esposa y prometo serte fiel en la properidad y en la adversidad, en la salud y en el enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida".
En esta ocasión, y si los cónyuges desean renovar externamente el propósito (lo pueden hacer también en secreto), la Iglesia propone varias fórmulas, como: "Bendito seas Señor, porque ha sido un regalo tuyo recibir a ...... por mujer (o por marido)". Luego ambos pueden añadir: "Bendito seas, Señor, porque nos has asistido amorosamente en las alegrías y en las penas de nuestra vida. Te pedimos que nos ayudes a guardar fielmente nuestro amor mutuo, para que seamos fieles testigos de la alianza que has establecido con los hombres".
A continuación, el sacerdote bendice los anillos que se utilizaron el día de la boda, pero también pueden ser alianzas nuevas. La ceremonia concluye con una bendición de los esposos en la que se recuerda los pasajes del Génesis en el que Dios creó al hombre y la mujer.
2 comentarios:
Pues sí ,es una buena idea.Hoy en día que la gente no dura nada en el matrimonio,que lo que está de moda son los adulterios,los cambios de pareja etc la idea de renovar los votos es muy buen ejemplo.
A lo mejor soy la más veterana de los que por aquí paseamos.Por gracia del Señor llevamos 52 años casados.Un abrazo de Janusa
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