Pocos días antes de la muerte del Papa Juan Pablo II, Sor Tobiana, la religiosa enfermera que cuidaba de él, lo vio tan mal que sintió la necesidad de decirle: «Santo Padre: estoy muy preocupada por la salud de Su Santidad...». Y Juan Pablo II, con un hilo de voz, le respondió: «Yo también, Hermana. Yo también estoy muy preocupado por la salud de mi santidad».
Sobran las palabras.....
6 comentarios:
Que grande y santo!
Precioso. ¡¡¡Grande!!!, es verdad...
Gracias.
Solo un Santo de esa talla lo habría dicho que bello y grande! Saludos Sinre.
Rosa y Margarita María, saludos especiales....
Yo conocía la anécdota en otras palabras, con un cambio muy sutil:
-Estoy preocupada por Su Santidad.
-Hermana, yo también estoy preocupado por mi santidad.
Un abrazo, amigo, feliz y serena Cuaresma a todos.
Puede ser Ana, excelente tu blog de Dios y Ciencia
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